¿El plan antiinflacionario de AMLO llega demasiado tarde?
Los bolsillos de los mexicanos tendrán que enfrentar los incrementos de precios y esperar que el plan antiinflacionario de AMLO funcione por un tiempo.
Después de 35 años, esta semana que inicia regresará el pasado a México, o cuando menos una parte del mismo.
Este miércoles se anunciará un acuerdo (o pacto), que busca en esencia mantener los precios de al menos 24 productos básicos, para evitar que sigan al alza debido a las condiciones de alta inflación que se viven en México y en el resto del mundo.
Es inminente conocer los detalles de un acuerdo que a estas horas se le está dando el toque final.
Pero, también en esencia, dicho acuerdo tiene y tendrá limitantes que desde ahora pueden anticiparse sin necesidad de conocer sus detalles. Estas son algunas.
Los precios ya no regresarán
En marzo de 2021, el kilo de carne de res costaba en promedio 110 pesos, un año después el mismo producto se vende en un promedio de 160 pesos, lo que supone un incremento nominal de 45.45 por ciento.
Sólo este producto tiene un aumento que resulta 6.3 veces superior a la tasa de inflación anualizada reportada en marzo pasado, de 7.2 por ciento en números cerrados; es la clara muestra de cómo en la carrera precios salarios, los segundos siempre son “devastados” por los primeros.
Hace un año, en marzo de 2021, el promedio del paquete de huevo con 30 piezas costaba 53 pesos, hoy ese mismo alimento se vende en un promedio de 70 pesos, es decir 32.07 por ciento más, tasa que supera en 4.45 veces el aumento de la inflación general.
El pan blanco individual, el bolillo como lo conocemos en muchas partes del país, costaba en marzo del año pasado 1.20 pesos, hoy está en un promedio de 1.50 pesos, es decir 25 por ciento arriba y más de 3 veces superior a lo que creció la inflación general en el mismo periodo.
Así podemos seguir con una inmensa cantidad de productos y servicios que fueron ajustados al alza, mientras los que no lo hicieron fue porque son productos de temporada o porque reciben subsidios, como las gasolinas.
Lo que esto nos deja claro es que los bolsillos de los mexicanos ya fueron afectados y el plan antiinflacionario que se anunciará el miércoles pretenderá “blindar” de nuevos aumentos.
Sin embargo, los incrementos registrados en los meses anteriores ya no se revertirán.
Para decirlo en términos sencillos: “el daño está hecho”; sucedió y sucederá lo mismo que hace 35 años, los bolsillos de los mexicanos tendrán que enfrentar el incremento de la inflación y esperar que al menos 24 productos ya no suban de precio, por un tiempo.
Es decir, no se anunciará un programa de reducción de precios, hasta donde se sabe. Lo que se anunciará es un esquema de contención o tope de precios, pero no más.
Poca efectividad
Ante la circunstancia tan particular, a diferencia de hace 35 años, en el sentido de que una parte importante de la inflación está asociada con factores externos, el plan anti-inflacionario que se anunciará el miércoles tendrá serías limitaciones.
Por ejemplo, será difícil evitar que las presiones mundiales en los mercados energéticos no sigan presionando, valga la redundancia, al alza los costos y por lo tanto la inflación.
Como sabemos, de alguna manera se tienen que reflejar y/o liberar esas presiones, a riesgo de que se acumulen y estallen posteriormente, algo similar a lo que aconteció en la transición política de 1994, por cierto.
En realidad, lo que se anunciará el miércoles es un plan acotado a una veintena de productos, que si bien podrían funcionar como un paliativo contra la inflación, será un factor coyuntural si los productos “controlados” no tienen una incidencia significativa en la trayectoria de la inflación.
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Control de precios disfrazado
Lo que también será un hecho es que lo que se anuncie, lleve el nombre que lleve, será un control de precios disfrazado.
Esto es muy relevante porque se tratará de artículos de primera necesidad, por lo que los economistas anticipan deberán vigilarse durante los próximos meses el desempeño no sólo de sus precios, sino más allá, los factores de su producción (costos, cadenas logísticas, niveles de producción, etc). Como se sabe, los controles de precios ejercen presiones de largo plazo sobre la disponibilidad de los productos sobre los que se ejercen, la carestía y el mercado informal son algunas de las consecuencias.
En este sentido, un factor esencial del acuerdo, pacto, o como se le quiere decir, será el tiempo de su vigencia.
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