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Economía

Ni con Peña ni AMLO, reformas a Pemex la han llevado al desastre financiero

01-03-2022, 6:10:00 AM Por:
© EFE

En el balance de los tres primeros años de cada gobierno sólo hay algo cierto: pérdidas impresionantes de la petrolera.

Los dos grandes periodos de transformación en la industria petrolera mexicana, posteriores a la nacionalización de 1938, han resultado en un desastre financiero para Petróleos Mexicanos (Pemex).

Eso es lo que refleja el comparativo de los tres primeros años de gobierno de las dos administraciones que los llevaron a cabo, la del presidente Enrique Peña Nieto y la actual, a cargo de Andrés Manuel López Obrador.

Dos visiones, un mismo desastre

Por un lado, existe aquella que abrió al sector a la inversión extranjera después de décadas de cerrazón que impidió la modernización de la industria petrolera. Y la actual, que pugna por una mayor participación del estado y que, en los hechos, significa el regreso del monopolio de Pemex,

Sin embargo, las cifras dicen que ambas visiones fracasaron

En el balance de los tres primeros años de cada gobierno sólo hay algo cierto, las pérdidas acumuladas son impresionantemente elevadas en ambos casos, lo que nos deja claro que ninguna de las dos visiones ha logrado encontrar la cuadratura al círculo de Pemex.

Pérdidas billonarias para Pemex

Considerando los tres primeros años de cada uno de los dos gobiernos ya mencionados, que han llevado a cabo cambios o transformaciones de gran calado para la industria petrolera mexicana en particular y energética en general, hay un desastre financiero para Pemex.

Así, entre los años 2013 a 2015 con la administración del presidente Enrique Peña Nieto y en el marco de su Reforma Energética, que abrió el sector a la inversión privada, Pemex tuvo pérdidas acumuladas en pesos por un total de 1 billón 148 mil 168 millones de pesos, lo que en dólares representó un monto de 78 mil 147.39 millones.

La reforma energética, que impulsaría al sector y con eso el desarrollo de nuestro país, no tuvo los resultados anunciados en los primeros tres años de ese gobierno.

Así llegó otra etapa en la historia moderna de México y con ella, una visión diferente para la industria petrolera.

La contrarreforma petrolera iniciada en este gobierno ha reducido los espacios de participación de la iniciativa privada en el sector. Básicamente, los limitó a darle mantenimiento a los contratos firmados con el gobierno pasado, ya que en esta administración no se han firmado ni se firmarán nuevos contratos con la iniciativa privada.

El argumento era uno sólo: rescatar a la industria petrolera mexicana y colocarla como el baluarte del desarrollo económico a partir de la segunda mitad de la administración. Es un hecho que eso no sucederá.

Pero si miramos el balance de Pemex en los tres primeros años de gobierno, sencillamente no queda la menor de las dudas: hasta el momento se ha fracasado en el objetivo.

Pemex acumuló entre 2019 y 2021 pérdidas por 1 billón 51 mil 464 millones de pesos, lo que en dólares representa un monto de 53 mil 210.46 millones.

Las dos visiones, las dos estrategias que buscaban impulsar a Pemex, la empresa pública más grande e importante de nuestro país, y con ella a la economía, tienen lamentablemente los mismos resultados.

Las preguntas naturales son: ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué han fracasado ambas estrategias? ¿Qué se puede hacer para sacar a Pemex de una vez por todas del hoyo en el que se encuentra? Son dos visiones contrarias, y ninguna de las dos ha funcionado, las cifras lo dicen todo.

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