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Economía

Mercado petrolero global vuelve a sacudirse, ¿cómo le afecta a México?

05-12-2022, 9:32:27 AM Por:
© Depositphotos

Desde la situación en Europa y Rusia, hasta el papel que juega la OPEP+, los factores de volatilidad siguen vigentes.

A partir del lunes 5 de diciembre, los países miembros de la Unión Europea dejarán de comprar crudo a Rusia por la vía marítima, con un impacto inicial estimado de un 90 por ciento de las importaciones actuales desde ese país.

Esta medida excluye las entregas por oleoducto, condición que impuso Hungría, nación que no tiene salida al mar y que depende en gran parte del petróleo ruso, así como del gas natural.

Adicionalmente, se acordó imponer un tope de al menos el 5 por ciento por debajo del precio que el petróleo ruso tenga en el mercado global, lo que significa que las navieras europeas no podrán transportar el petróleo ruso a terceros países cuando el precio del barril supere el tope pactado.

La intención es que el veto europeo genere presiones sobre las finanzas rusas, aunque en realidad todo es incierto, porque la medida llega casi 10 meses después de iniciada la guerra contra Ucrania, por lo que posiblemente Vladimir Putin ha podido financiar la invasión a ese país con los ingresos que en dicho periodo ya ha generado la guerra.

Por el momento, el tope al precio del petróleo de Rusia no le afecta en demasía a dicha nación debido a dos factores: por un lado, se estima que a Rusia le cuesta producir un barril entre 30 y 40 dólares, y que su punto de equilibrio fiscal se ubica entre 60 y 70 dólares, precio que está debajo de lo que cuesta hoy en mercados internacionales.

El otro factor obedece a que, desde que inició la guerra, Rusia también ha diversificado sus exportaciones, que en gran medida dependían de Europa, región a la que vendía alrededor de 8 millones de barriles diarios de petróleo y productos derivados del petróleo.

De este modo, Moscú desvió con éxito el suministro a Asia y las exportaciones cayeron solo levemente a 7.6 millones de barriles por día, un efecto mínimo en las finanzas del país.

Pero analistas del mercado petrolero global consideran que la producción de petróleo ruso sí podría caer hasta un millón de barriles diarios a principios de 2023, debido a la prohibición por parte de la Unión Europea.

La medida podría tener un efecto incierto en el precio del petróleo; por un lado, se teme que haya pérdida de suministro, pero también hay temores sobre una menor demanda en medio de una economía global en plena desaceleración.

OPEP+ podría mover sus piezas

En octubre pasado, para tratar de evitar un desplome de los precios del crudo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios externos, conocido como el cártel OPEP+, decidió dar un giro a su política de producción y anunció un recorte de la oferta de 2 millones de barriles diarios, vigente a partir de noviembre, lo anterior representó el mayor recorte parte del cártel desde la crisis del Covid-19.

Sin embargo, los esfuerzos de los grandes productores no han sido suficientes para cambiar la tendencia que viven los precios del crudo. Desde el 12 de octubre, cuando se tomó la decisión el barril ha bajado y registra un recorte acumulado en su precio de  más de 6 por ciento desde entonces.

En realidad, el planeta parece asumir que Europa y Estados Unidos van a sufrir una recesión económica debido a los bancos centrales y sin importar qué tan profunda sea, tendrá un impacto negativo en la demanda.

De esta manera, los analistas esperan que el precio del petróleo se mantenga estable en los próximos meses, los futuros lo sitúan entre 82 y 85 dólares durante todo el año que viene. Por su parte, el consenso de analistas recogido por Bloomberg estima un barril en 96 dólares a final de 2023, y 89 dólares en 2024.

Esto significa que los precios no van a tener gran variación los próximos 24 meses, esa es una buena noticia por un lado, pero también tendría implicaciones.

Lo que sucede es que los precios reflejan un mercado que no tiene definiciones en cuanto a dos factores: el suministro y la oferta.

Por un lado, los conflictos geopolíticos pueden generar presiones sobre los precios, e interrupciones en los suministros, que es el otro factor. No se sabe lo que puede suceder, por el momento, los precios reflejan cierta estabilidad, pero también son el punto de partida hacia arriba o viceversa. El reflejo de lo anterior es el tope y el embargo al petróleo ruso por parte de la Unión Europea.

La OPEP +, por su parte, tiene el potencial para desatar una tormenta sobre los mercados petroleros, eso es indudable.

¿Y México?

El país está cada vez más aislado del mundo en su sector energético, eso tendría sus ventajas en el escenario petrolero actual, pero también sus consecuencias.

Pese a que los precios del petróleo en el mundo han repuntado y teóricamente eso ha beneficiado a la empresa petrolera nacional, lo cierto es que Pemex sigue siendo un lastre para las finanzas públicas del país.

De acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), entre los meses de enero y septiembre de 2022 el precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo crudo de exportación fue de 94.0 dólares por barril, precio 48 por ciento mayor al observado durante el mismo periodo de 2021, que se ubicó en 63.3 dólares.

Sin embargo, Pemex mantiene un patrimonio neto negativo pues sus pasivos (3.91 billones de pesos) prácticamente duplican sus activos (2.32 billones de pesos) como consecuencia de las pérdidas recurrentes reportadas en años anteriores.

Sólo con esas cifras es evidente la delicada situación de la compañía, pese al contexto de altos precios del petróleo. En este año, el promedio de la mezcla mexicana es de 100.41 dólares, ha servido de poco.

Los mercados petroleros del mundo siguen sacudiéndose, este mismo lunes se registrará un suceso relacionado del que no se sabe qué consecuencias tendrá. A final de cuentas, el precio internacional del petróleo depende justamente de factores globales. La relativa estabilidad para los próximos dos años, que hasta el momento reflejan los mercados, le podrían dar oxígeno al país para tratar de acelerar el saneamiento de la empresa pública más importante del país, pero no hay garantía de nada y la situación es tan delicada que se necesitan más que dos años para sacarla del hoy en el que está.

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