Buscador
Ver revista digital
Economía

Si bajan los precios del petróleo, ¿por qué la gasolina sigue tan cara?

01-09-2022, 1:01:23 PM Por:
© Reuters

Una serie de factores externos e internos evitan que los precios de la gasolina bajen más rápido en México y en el resto del mundo, a menos que el contexto global dé un giro radical.

Los precios internacionales del petróleo están a la baja, desde hace algunas semanas las cotizaciones empezaron a retroceder, de tal modo que, al cierre del 31 de agosto, los precios del petróleo en la modalidad WTI ya se colocaron por debajo de como estaban cuando inició la invasión de Rusia a Ucrania, mientras que el crudo Brent está ligeramente arriba pero también con tendencia a la baja.

Cuando inició la invasión rusa el WTI estaba en 91.34 dólares por barril, pero al final de agosto en las operaciones de los mercados americanos, se registró una caída de 3.4 por ciento en esta modalidad, para ubicarse en 88.75 dólares.

A pesar de este recorte de los petroprecios, en la gran mayoría de los países se presenta la queja ciudadana en el sentido de que los precios de las gasolinas no están bajando, o no lo hacen con la misma velocidad con la que lo hacían antes si se llegaba a registrar un retroceso de las cotizaciones del petróleo.

En el caso de México, es claro que las gasolinas no bajan de precio.

El precio promedio de la gasolina regular en México era 20.89 pesos por litros el 24 de febrero, según datos de PetroIntelligence, mientras que el 31 de agosto el precio promedio fue de 21.84 pesos, un 4.5% más.

Hay que recordar que durante todo este periodo, la SHCP ha aplicado estímulos de hasta el 100% del IEPS a las gasolinas, y otros estímulos adicionales.

En el mismo periodo, la gasolina premium también ha tenido un aumento de 4.5%, de 23 pesos a 24.05 pesos en promedio nacional.

¿Qué sucede?, ¿por qué no bajan los precios de las gasolinas si están bajando las cotizaciones internacionales del petróleo? Aquí algunas explicaciones.

Hay varias causas que exponen lo que sucede, pero podemos dividir esto en las de mercado y las de coyuntura.

Shock en los mercados, siguen sin recuperarse

Una explicación importante es el shock que han recibido los mercados en los meses recientes. El primero de ellos es sin duda el de la invasión de Rusia a Ucrania y la prolongación de un conflicto bélico que el mercado no esperaba, la gran apuesta siempre fue por una guerra corta, si es que acaso esta llegaba, las expectativas apuntaban a una campaña militar rusa de aproximadamente 3 a 4 semanas, antes de que cayera Ucrania en sus manos y se viera obligada a negociar.

Como sabemos, este conflicto desató una serie de sanciones contra Rusia, y estrechó los procesos de refinación en el mundo, además de que la guerra por sí misma mantiene los conflictos en las cadenas logísticas del mundo y existen temores fundados de que el conflicto pueda derivar en algún momento en un periodo de recorte a los suministros, por ahora no es el escenario base, pero sí una probabilidad que evita que bajen los costos y los productos refinados, como la gasolina.

El shock de la guerra en los mercados energéticos es muy amplio porque Rusia es un actor importante en dicho sector, proveedor de gas y petróleo a muchas partes del mundo, Europa una de ellas. Pero, no es el único factor.

Impuestos y otros costos, un lastre

En muchos países del mundo, México incluido, el precio que paga el consumidor cuando carga el tanque de gasolina, tiene incluido cuando menos un 50 por ciento de tasa impositiva, o algo muy cercano; por este motivo las gasolinas no pueden bajar nunca tan rápido como lo hace el precio del petróleo, porque su refinación implica costos que muchas veces los ciudadanos no conocemos.

Así, hay costos y márgenes que incrementan el precio de la gasolina respecto al petróleo, ligado por lo general a todo el proceso de transformación y comercialización. Para que el petróleo pase a ser gasolina, es necesaria la participación de otros agentes económicos que impactan en el costo final. De hecho, el precio del petróleo apenas representa el 40 por ciento del costo de la gasolina.

Por lo general, el precio de las gasolinas tiene varios componentes: los impuestos, los precios de logística, transporte y refinación, el precio internacional del petróleo, el ajuste por calidad y el margen de ganancia del gasolinero, entre los más relevantes.

En el caso de México, se calcula que el impuesto pagado es de alrededor del 41 por ciento, sin considerar los subsidios que ha aplicado el gobierno desde hace varios meses, en diversas ocasiones al 100 por ciento, para evitar que se dispare más el costo del combustible y pegue en la inflación.

Huele a recesión

Otro factor que los mercados energéticos consideran para no bajar los precios de los energéticos es el de una eventual recesión. Es cierto que una probable recesión y la desaceleración que ya se siente, han provocado el descenso de los precios internacionales del petróleo.

Pero, los productos refinados como las gasolinas no dejarían de demandarse por ser esenciales para mantener las actividades en las economías, y con las cadenas logísticas afectadas los precios, no podrían bajar demasiado. La recesión sería en este caso un factor adicional pero no determinante, lo que los mercados consideran es que la industria energética no está en sus mejores momentos de proveeduría de productos refinados, con gobiernos y bancos centrales ocupados en combatir la inflación, empresas que necesitan crecer, pero primero sobrevivir, ciudadanos que requieren seguir su ritmo de vida para dejar atrás los efectos de la pandemia, y coyunturas que no ayudan en nada a los mercados.

Suben como cohete, bajan como pluma

Entre los analistas y especialistas de los mercados existe un dicho que poco se conoce pero que explica en muchas ocasiones lo que sucede con los precios en general, los del sector energético no son la excepción.

Ante procesos inflacionarios que vive el mundo, se presente un fenómeno en el que los precios suben como cohete, es decir a gran velocidad, o cuando menos a una velocidad no observada previamente; en contraste, cuando se presentan momentos de recuperación en estos mismos precios, bajan con la velocidad de una pluma. Lo anterior obedece al hecho de que los mercados se ajustan siempre con gran prisa ante las condiciones vigentes o bien a las que los mercados esperan hacia el futuro (factor de descuento), pero son reacios a considerar de manera inmediata en los precios que dichas condiciones adversas ya se modificaron, o están pasando, hasta que haya mayores evidencias.

De este modo, los precios en general suelen subir como cohetes, pero bajar como plumas en el aire.

Por eso, se necesitará que los precios internacionales del petróleo bajen más, y que el contexto geoeconómico y geopolítico se modifique sustancialmente, para ver un descenso en las cotizaciones de las gasolinas, aunque eso no necesariamente sucederá en todos los países, quizás México sea uno de ellos.

MÁS NOTICIAS:

Comentarios