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Economía

IMSS-Bienestar, sin recursos suficientes para atender a los ‘damnificados’ del INSABI

09-06-2023, 11:59:41 AM Por:
© @sofia.ugalde.mx

La desaparición del INSABI, uno de los fracasos más grandes de la administración pública, aumenta las presiones del IMSS y necesita, como mínimo, 1% del PIB para su nueva tarea.

La incorporación del IMSS-Bienestar al reto de atender y proporcionar servicios de salud a las clases más marginadas del país, esencialmente a la población sin seguridad social, difícilmente tendrá éxito. No se trata de falta de vocación de la institución y de sus trabajadores, sino de falta de recursos.

Las cuentas simple y sencillamente no salen, hacen falta muchos recursos monetarios y no se ven las fuentes por medio de las cuáles se pudieran obtener. En estas condiciones el IMSS-Bienestar no alcanzaría a cubrir las funciones del extinto Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI) que, dicho sea de paso, nació sin vida porque jamás pudo implementarse y es candidato a ser uno de los grandes fracasos en la historia de la administración pública federal de México.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) hizo un análisis llamado “IMSS-Bienestar. Estimación del impacto presupuestario“, en el que expone los recursos que debería inyectar el gobierno para impulsar la operación del IMSS-Bienestar en condiciones de relativa eficiencia.

No hay fuente sostenible de recursos

El CIEP señala que el IMSS-Bienestar nació con mayores retos que el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) pero, igual que este, carece de una fuente de ingresos sostenible.

Así, el CIEP estima que el Organismo Público Descentralizado IMSS-Bienestar requiere invertir, al menos, 308 mil 833 millones de pesos, cifra que es equivalente al uno por ciento del PIB nacional, adicional a lo que actualmente se destina a este grupo de la población sin seguridad social.

La cifra anteriormente señalada es apenas un aproximado de las necesidades presupuestarias del IMSS, pero no resolvería sus actuales problemas operativos. El CIEP advierte que para lograr que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud y ampliar el paquete de servicios para este sector de la población se requiere incrementar, sí o sí, el presupuesto actual al sector salud. Además de incrementarlo año con año, acorde con las necesidades de la población y, desde luego, su crecimiento.

El programa IMSS-Bienestar registraba como beneficiarios hasta 2022 con servicios médico-preventivos y de promoción a la salud a más de 11.7 millones de personas de comunidades rurales en 20 entidades. Pero, según cálculos del CIEP, en México existen alrededor de 73.3 millones de personas que están consideradas entre la población sin seguridad social, incorporarlas a todas es algo poco menos que imposible.

Así, el análisis emite una de las primeras advertencias: ante la falta de una fuente sostenible que inyecte a los servicios de salud los recursos necesarios, el IMSS-Bienestar nace entonces con las mismas carencias que su antecesor, el IMSS-Coplamar, cuyos resultados saltan a la vista, fue un sistema de prestación de servicios de salud insuficiente para las necesidades de la población mexicana.

Impacto presupuestario, la clave

“Pensar en un sistema universal de salud requiere hablar de financiamiento. Más allá de las medidas de austeridad y eficiencia, el cambio en la estructura demográfica y el impacto de ésta en la transición epidemiológica presenta retos significativos para las finanzas públicas del país, el cual requerirá invertir más en la prevención y atención de enfermedades crónico degenerativas, además de hacer frente a las condiciones de adaptación en materia de salud planetaria”, así lo advierte el CIEP en su análisis.

El impacto presupuestario para la operación medianamente eficiente del IMSS-Bienestar incluye ampliar los servicios de salud ya que, mientras el INSABI cubría mil 807 intervenciones, el IMSS-Bienestar incluye apenas 50 enfermedades de salud pública, esto es apenas el 0.6 por ciento del paquete del IMSS ordinario, lo que significa que prácticamente no hay cobertura más que para algunos padecimientos, un servicio de salud como el que se pretende no puede operar de esa manera, ni presumir que es un auténtico servicio de salud para la población marginada.

Incorporar a millones de mexicanos a los servicios de salud será un reto mayúsculo, que desde luego requerirá grandes montos de inversión o, dicho de otra manera, más presupuesto.

Según las cifras contenidas en el análisis del CIEP, durante la última década, en promedio, el programa IMSS-Bienestar ha representado 1.9 por ciento del presupuesto del sector salud. Para 2022, se aprobó un aumento histórico que representaba 67.9 por ciento más que el monto aprobado para el año previo. Sin embargo, estos recursos no se ejecutaron en su totalidad y se tuvo un subejercicio de 14.8 por ciento, algo increíble de creerse en un país con tantas necesidades en el sector salud. Los 308 mil 833 millones de pesos adicionales que, como mínimo, se requieren para la operación medianamente eficiente del IMSS-Bienestar, sería el inicio, en realidad se requieren inversiones históricas, que jamás hemos visto en México y que difícilmente veremos en estas generaciones.

Carencias por doquier

El análisis del CIEP señala que, durante la existencia del INSABI, la población sin seguridad social casi se duplicó, al pasar de 15 por ciento a 28 por ciento. En contraste, la atención en el sistema público disminuyó, aunado a que el presupuesto para atención de enfermedades de alta especialidad, como cáncer de mama, cervicouterino e infantil cayó 20 por ciento mientras que el gasto de las familias para compra de medicinas y atención médica creció 40 por ciento.

Las carencias anteriores y muchas más no desaparecerían con el IMSS-Bienestar, debido sobre todo a la falta de recursos. El CIEP calcula que aunque se asigne el gasto per cápita del IMSS ordinario al total de la población objetivo del IMSS-Bienestar, las carencias actuales se replicarían o profundizarían y señalan como una de las grandes carencias a tasa de atención, que en 2020 fue de 32 por ciento; eso significa que 7 de cada 10 personas afiliadas al IMSS no recibieron atención en dicha institución cuando tuvieron un problema de salud, y aún con eso el IMSS no se da abasto en la atención de los servicios que se le requieren, ni en la cobertura de medicamentos y demás actividades relacionadas.

El programa IMSS-Bienestar enfrenta enormes retos para atender a una población creciente y con grandes necesidades, que además envejece. Pero, sin duda el gran reto que enfrenta es el de su propia supervivencia, no será fácil darle la viabilidad financiera que requiere.

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