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Economía

¿Este sexenio estará perdido como el de Miguel de la Madrid?

31-08-2020, 6:10:00 AM Por:

En el periodo 1982 a 1988, el PIB creció en forma acumulada apenas 0.65%, con un promedio anual de 0.1083% ¿Se repetirá otra década perdida en este gobierno?

A raíz del histórico desplome del Producto Interno Bruto (PIB) de México en el segundo trimestre del año, en 18.7 por ciento respecto al mismo periodo de 2019, más las revisiones a la baja en el crecimiento y las expectativas de que ,en un escenario moderado, nuestra economía no se podrá recuperar antes de 2 años, o en un escenario promedio tardará entre 5 a 6 años y en el contexto más catastrófico tardaría hasta 10 años, se habla ya de un sexenio perdido y una década en la misma situación.

Este panorama empieza a tener muchas similitudes con “la década perdida” de los años ochenta del siglo pasado, que a su vez incluyó todo un sexenio perdido en materia de crecimiento económico, del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), aunque la crisis se gestó años antes en la administración de José López Portillo (1976-1982) y se extendió hasta inicios del periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

Pero, ¿qué sucedió en ese sexenio?, ¿por qué se dice que fue el sexenio perdido?, ¿qué factores influyeron?, ¿en que se parece el escenario de entonces al actual y en qué son diferentes? Valdría la pena contestar estas preguntas en la medida de lo posible para recuperar memoria histórica económica, además de proporcionar a las nuevas generaciones herramientas sobre lo que sucedió entonces, para que comprendan mejor lo que nos pasa hoy.

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Diferencias en el contexto económico-financiero

En los años ochenta del siglo pasado, México era otro país. La globalización era apenas una aspiración, prácticamente no existían los tratados comerciales entre naciones y el intercambio en esta materia tenía muchas limitantes. La tecnología no estaba tan desarrollada como ahora ni mucho menos masificada en aspectos como el de las comunicaciones.

La cerrazón de la economía y las finanzas era lo cotidiano, fue a principios de esa década cuando se cometió el error, también histórico, de nacionalizar el sistema bancario. Generaciones enteras de mexicanos lo pagamos muy caro.

En esos años todo se decidía desde el poder político, incluido desde el nivel del tipo de cambio y el régimen cambiario, hasta el de las tasas de interés. El Banco de México no era autónomo y, por mucho que sus titulares recomendaran lo que debía hacerse en materia económico-financiera, la última palabra se tomaba en la Presidencia.

Hoy México es de hecho una de las naciones que más tratados comerciales tiene; la tecnología se ha desarrollado como nunca, eso permite un escenario de información constante, lo que siempre será mejor. Por no señalar los beneficios de la globalización y, por supuesto, los problemas generados. El contexto actual, por ejemplo, permitió que los bancos centrales de los países más industrializados del mundo inyectaran miles de millones de dólares en los circuitos financieros globales para tratar de salvar la crisis y evitar que el mundo caiga en una Gran Depresión como la de 1929, lo que hasta ahora se ha logrado, sin poder evadir la mayor crisis en 9 décadas para México y el planeta entero.

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Terremoto y pandemia, similitudes

En el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (MMH) se presentó, igual que en este, un elemento ajeno a la economía que terminó por colapsarla. Es aquí donde empezamos a encontrar las similitudes.

Igual que hoy, en el “sexenio perdido” la economía no marchaba bien, se hablaba de relanzar programas de ajuste que reanimaran el crecimiento. El presidente en turno estaba por cumplir 3 años completos de mandato y la brújula seguía extraviada. Pero llegó el 19 de septiembre de 1985 y, en retrospectiva, es muy claro que ese día se registraron dos terremotos, uno de consecuencias inmediatas y otro de largo plazo. El primero de los terremotos mató a miles de personas y destruyó algunas partes del país, el segundo terminó en los hechos con la presidencia de MMH, la crisis económica sería cada vez más y más profunda.

La historia nos dirá lo que sucederá con la pandemia de 2020, pero por lo pronto ha sacudido a la economía con una fuerza inusitada, ha desplomado el PIB en niveles jamás vistos y generó la expectativa de que la recuperación del país no será algo que veamos en este sexenio.

Cifras, ¿quién es quién?

Se dice que el sexenio de MMH fue un periodo perdido porque el crecimiento económico estuvo muy por debajo de cualquier expectativa, cerca de ser nulo. Es el peor periodo para el PIB en la era moderna, pero todo indica que ya no lo será más.

De acuerdo con los datos oficiales, el PIB creció en el sexenio señalado un acumulado de apenas 0.65 por ciento; fueron dos años con tasa negativa (1983 bajó 4.36% y 1986 perdió 3.71%), mientras que el mejor periodo de crecimiento fue el año 1984 con un PIB de 3.49 por ciento; si promediamos el crecimiento total del PIB tenemos un incremento anual de apenas 0.1083 por ciento, no hay hasta ahora ningún periodo presidencial con tan malos resultados, palpables y medibles ya en su conjunto, como el de la administración de MMH entre los años 1982 a 1988. Por ejemplo, el periodo previo, años 1976 a 1982, el PIB creció en forma acumulada 45.18 por ciento y el promedio anual se ubicó en 7.53 por ciento. De ese tamaño fue el frenón económico del llamado “sexenio perdido”.

Hoy lamentablemente las cosas van peor, claro que no podemos comparar un sexenio completo con una administración que apenas está por cumplir dos años, pero las evidencias indican que, en efecto, este puede ser otro sexenio perdido, incluso peor que el de MMH, con todas las consecuencia económico-generacionales que, irremediablemente, se presentan siempre.

Tomemos los datos oficiales del PIB, junto con las expectativas más optimistas del mismo que, por supuesto, son las del gobierno, y tratemos de dibujar un panorama para ver la magnitud del reto que tiene de frente la administración federal en funciones.

El primer año de gobierno, 2019, el PIB del país fue de menos 0.1 por ciento, mientras que para este año la expectativa de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (PIB) señala que habrá una contracción de -7.4 por ciento. Por su parte las más recientes proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) señalan que para 2021 el país crecerá a una tasa de 3.3 por ciento. Con estos datos tenemos lo siguiente, asumiendo que las cifras consideradas como expectativas de verdad se cumplan.

Al cierre de 2020 el PIB de México en forma acumulada será de menos 7.5 por ciento, mientras que para 2021 este mismo indicador se ubicaría en menos 4.2 por ciento; eso significa que al cierre de la primera mitad del sexenio habría un saldo totalmente negativo. Si el país tiene la capacidad de crecer en promedio 2.5 por ciento año con año (otro viejo tema), asumiendo que así pasara, tenemos que al final del sexenio quedaría en segundo lugar, detrás del de MMH, como el sexenio perdido, aunque los resultados serían mediocres. El crecimiento acumulado habría sido de solamente 3.3 por ciento y el promedio anual de 0.55 por ciento.

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Pero, el promedio de caída del PIB en este 2020 ya se ubica en 10.5 por ciento (iniciativa privada y organismos financieros multilaterales), por no hablar del peor escenario que lleva el PIB a niveles negativos de hasta 12.5 por ciento.

Si alguno de estas dos cifras se concreta para este 2020, o algo similar, serán necesarios esfuerzos sobrehumanos y una verdadera “revolución económica” para que el sexenio actual no solamente sea perdido en materia de crecimiento, sino que se considere como el peor de la historia; en el escenario promedio de una caída de 10 por ciento este año, el PIB acumulado de México al cierre de la administración sería de solamente 0.29 por ciento, para un promedio anual de 0.0483 por ciento. Un sexenio perdido.

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