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Economía

¿Es cierto que el peso ‘fortachón’ golpea las exportaciones mexicanas?

31-07-2023, 6:15:00 AM Por:

En 2022, las exportaciones mexicanas fueron por un total de 578,193 millones de dólares, 14 veces más que hace 30 años.

El peso mexicano registra una apreciación en lo que va del año de 14.29 por ciento, se trata de la segunda divisa más apreciada en el mundo, solamente por detrás del peso colombiano, que gana prácticamente 30 por ciento. En tercer lugar está el real brasileño, cuyo avance es poco menos de 12 por ciento.

La fortaleza cambiaria se debe, en gran medida a factores externos, no deja de ser un factor positivo para la economía mexicana porque se presenta justo en momentos en los que un repunte inflacionario llevó el crecimiento general de los precios a niveles no vistos en más de dos décadas, la fortaleza del peso ayudó a que disminuyeran las presiones por ese lado.

Beneficios Vs. impactos de la apreciación

Mucho se ha escrito respecto a si la apreciación del peso es benéfica y hasta qué punto. Evidentemente los beneficios son notables ya que, como lo hemos señalado, tiene una aportación a la reducción de la inflación, o cuando menos evita que siga al alza.

En este debate de si la apreciación excesiva es buena o mala, las empresas exportadoras e importadoras tienen una conexión directa con el tipo de cambio, para bien y para mal.

¿Qué tanto ha impactado el tipo de cambio en este sector?, ¿qué tanto les afecta a las empresas lo que sucede con el peso?

¿De verdad le pega la excesiva apreciación cambiaria al sector externo?

En otras épocas, la extrema fortaleza del peso era una mala noticia para el sector externo, especialmente para las compañías con ventas en el exterior.

Las empresas registraban fuertes pérdidas y deterioro de sus finanzas ante el desplome de sus ingresos porque la apreciación del peso les generaba menos recursos por la venta de sus productos al exterior.

Esta fórmula perduró por mucho tiempo, un peso fuerte era una mala noticia para miles de empresas; de hecho, llegó a compensarse con políticas de control cambiario y esquemas en el mismo sentido.

La pregunta es si este mecanismo sigue vigente, todo indica que no y, de ser cierto, eso también explicaría en gran parte el porqué la economía, y en particular el sector externo, parece “inmune” a la excesiva apreciación del tipo de cambio que, como ya dijimos, ha llevado al peso a colocarse como la segunda divisa más fuerte del planeta.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el último año, el 94 por ciento de las exportaciones mexicanas fue de productos no petroleros. Es decir, la actividad exportadora está “a toda máquina” luego de que registrara un notable descenso durante la pandemia.

En este universo de exportaciones, un 95 por ciento correspondió a productos manufacturados, especialmente línea blanca, autos y motores, todos estos productos alcanzaron el 75 por ciento de las manufacturas.

Los datos anteriores son muy relevantes porque los productos señalados tienen una característica determinante para lo que pretendemos explicar en el artículo: todos son intensivos en importaciones.

Por un lado, los productos manufacturados en México son exportados, pero para ser elaborados previamente, muchas partes de los mismos deben ser importados. Es decir, importamos componentes y exportamos productos finales.

Lo que sucede al final del ciclo para las empresas que tienen este modelo particular de producción y ventas, es que la apreciación cambiaria resulta “neutral” de alguna manera.

Lo que estas empresas ganan con menores costos y gastos importando partes cada vez más “baratas”, lo pierden con los menores ingresos que reciben al exportar los productos finales manufacturados, de modo que la apreciación cambiaria es un fenómeno que les resulta indistinto. Por un lado “ganan” y por el otro lado “pierden”; es decir “netean” el impacto de la apreciación cambiaria. El efecto en sus estados financieros es similar, lo que reciben lo pagan, pesos más o pesos menos.

Lo anterior, sin olvidar que muchas empresas son deudoras en dólares y en este caso la apreciación cambiaria sí beneficia sus balances.

Signo de los nuevos tiempos, resultado de las políticas públicas de otras épocas

Lo que sucede hoy día con el aparente “neteo” de los efectos de la apreciación del tipo de cambio, si sucede, es signo de los nuevos tiempos y resultado de las políticas públicas de otras épocas.

México era un país con bajos volúmenes exportadores hasta antes de 1995, el año de la gran devaluación y liberalización del tipo de cambio a las fuerzas del mercado, la llegada de la libre paridad que en ese momento curiosamente fue duramente criticada por quienes hoy reciben sus beneficios al estar al frente de la administración federal.

En 1994, un año antes de la devaluación, México exportada poco más de 40 mil millones de dólares; en 2022 las exportaciones de nuestro país totalizaron la cantidad de 578,193 millones de dólares, 14 veces más que en casi 30 años.

Lo anterior significa que hoy el impacto del tipo de cambio para bien o para mal debe ser mucho más notorio, mucho más profundo, y en apariencia no lo es, esta excesiva apreciación debería tener en jaque a las exportadoras a costa de la bonanza de las importadoras, pero el “neteo” es un fenómeno que ha diluido el efecto, al menos hasta ahora.

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