Afore y pensión de adultos mayores, insuficientes para un retiro digno
El aumento a las pensiones para adultos mayores en 2024 será solamente un paliativo, pero comprometerán más las finanzas públicas.
El aumento de 25 por ciento que tendrá la Pensión Básica Universal para Adultos Mayores (PBAM) el siguiente año, y que fue justificado por las autoridades hacendarias del país, señalando que se trata de una medida para auxiliar a quienes se van a jubilar en los próximos dos a tres años y tendrán una muy baja tasa de reemplazo (salario de lo que aportaba diario), no sería un aliciente si no se corrigen en el sistema dos factores que han golpeado los niveles de pensiones del sistema de contribución definida.
Semanas cotizadas y monto de aportaciones, factores decisivos para una pensión
Los dos grandes factores decisivos para una pensión en nuestro sistema son las semanas cotizadas y el monto de aportación.
Se supone que, en el segundo caso, se tratará de corregir con el incremento al porcentaje de las aportaciones a las cuentas de los trabajadores, que serán incrementales hasta el año 2030 cuando lleguen a un tope y, para entonces, permitan que las tasas de reemplazo se ubiquen alrededor del 75 por ciento del salario.
Eso dicen las reglas, falta que se cumplan y que se eliminen prácticas todavía vigentes en muchas empresas, como las de registrar al trabajador con un salario más bajo, a fin de evitar precisamente el pago adecuado de las aportaciones a las cuentas de ahorro para el retiro.
Pero el primer factor es el más riesgoso, porque sale por completo del control de las autoridades hacendarías y en general, es un factor de mercado.
En México el promedio de semanas cotizadas es muy bajo, tan bajo que se debió hacer un ajuste en la reforma del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) y permitir que, momentáneamente, la cifra mínima de semanas cotizadas para obtener una pensión se fijara en 700 semanas, ya que la cuota previa de 1,200 semanas estaba dejando sin pensión o con una pensión muy baja a miles de trabajadores, con el riesgo de que llegaran a ser millones.
Se supone que, con el tiempo, la cuota de semanas mínimas cotizadas para una pensión se incrementará a mil semanas, y posteriormente a 1,200 como antes, pero también hay grandes tentaciones para mantener esa cuota mínima por un largo periodo, o incluso ajustarlo a la baja.
La mejora salarial es otro factor decisivo, es cierto que en este sexenio se ha avanzado en el tema, con aumentos a los salarios mínimos que no se observaban desde hace muchos años.
Toda mejora salarial es buena, y proporcionar herramientas de apoyo adicional también, pero aumentar la PBAM suena más a una medida electoral, ya que un apoyo sustancial no se observa.
Por ahora las cifras para una buena pensión y para que el apoyo denominado en la PBAM sea de verdad decoroso están lejos.
Según cifras de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), la pensión promedio en México se ubica en 5,645 pesos mensuales, mientras que la PBAM en 2024 será de 6,000 pesos bimestrales, ya con el aumento de 25 por ciento.
Lo anterior significa que, de forma mensual, los pensionados recibirán el año siguiente alrededor de 8,645 pesos mensuales. Esta cifra es ligeramente superior en poco más de 7 por ciento a los 8,045 pesos que actualmente perciben quienes obtienen tanto PBAM como pensión por el SAR.
El asunto es que, por más que se suba la PBAM, como vemos en el ejemplo anterior, es poco el impacto debido a las condiciones de las pensiones por el régimen de contribución definida.
Más aumentos tan significativos como el 25 por ciento decretado para el año 2024, representan un golpe directo a las finanzas públicas del país, muy difícil de absorber.
Los dos pilares para una pensión más justa y digna en el esquema de contribución definida pueden corregirse, pero será un proceso de décadas que casi siempre irá de la mano con la evolución de la economía, mientras esta siga siendo volátil y, sobre todo, tenga un bajo potencial de crecimiento, habrá problemas para subir las pensiones y el endeudamiento nacional traducido en déficit, será un factor presente de manera constante.
Vicios de origen en el SAR
Factores como las bajas semanas cotizadas y cuotas de aportación también bajas, se señalaron como retos a vencer para la evolución del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR)… ¡en 1997!, cuando surgió.
26 años después, los vicios de origen del SAR siguen vigentes, eso ratifica la expectativa de que serán necesarias varias décadas para que se corrijan, pero depende del momento en el que se empiece. Por lo pronto, ya se inició con la aparente corrección de las cuotas de aportación (por el lado de los patrones y de la cuota social, pero falta mejorar mucho más los salarios promedio), pero su verdadera corrección no llegará en 2030, sino que será apenas el inicio. De las semanas cotizadas mejor ni hablar, ni siquiera hay visos de que se haya iniciado un factor correctivo.
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