Buscador
Ver revista digital
Actualidad

El sureste y el Bajío, los extremos que marcaron la revocación de mandato

12-04-2022, 4:23:35 PM Por:
© EFE

Mientras en Tabasco participó el 35% de los inscritos en la Lista Nominal, en Jalisco, Aguascalientes y Guanajuato solo lo hicieron el 9% de ese padrón.

Tras el ejercicio de revocación de mandato hay una imagen clara de la polarización política que existe en el país, al igual que con la desigualdad económica . El apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador nos muestra dos países muy distintos: El del sur-sureste y el del norte y el Bajío occidental, que se constituyen en los extremos en los que se dividen las simpatías y antipatías con el titular del Ejecutivo federal.

Los resultados oficiales del Instituto Nacional Electoral (INE) son claros al respecto, los estados en los que la abstención en la revocación de mandato alcanzó casi el 91% de los ciudadanos inscritos en la Lista Nominal son Jalisco (9% de participación), Aguascalientes (9.3%), Durango (9.4%), y Guanajuato (9.5%); siguiéndoles Chihuahua (10.4%), Querétaro (10.7%) y Nuevo León (10.8%).

Por el contrario, las entidades con mayor participación fueron Tabasco (35.9%), Chiapas (27.8%), Campeche (26.8%), Veracruz (25.6%), Tlaxcala (24.9%) y Guerrero (22.3%).

También se destaca el mapa de la Ciudad de México, repitiéndose la imagen que nos dejaron las elecciones intermedias de junio de 2021, en las que el oriente capitalino votó por Morena, mientras que el occidente lo hizo por la oposición. En la revocación de mandato la participación promedio en la ciudad fue de 19.7%, guarismo superior en 1.9% a la media nacional que fue de 17.7% de la Lista Nominal.

Aquí, los distritos con mayores índices de afluencia a las urnas el pasado domingo son los que corresponden a las alcaldías de Venustiano Carranza (24.4%); Tláhuac (22.4%); e Iztapalapa (22%). Las demarcaciones con menos participación fueron Benito Juárez (12.8%), Miguel Hidalgo (16.4%) y Cuajimalpa (16.7%).

No hubo incertidumbre

Si bien estos resultados nos muestran muchas similitudes con el comportamiento de los votantes en elecciones generales, debemos destacar que en la revocación de mandato la abstención refleja en parte el rechazo de los ciudadanos al presidente y su administración, a los que se suman en minoría los electores que manifestaron en las urnas que estaban a favor de que el mandatario dejara su puesto.

Esto es así porque -en origen- la revocación de mandato fue desvirtuada por el aparato oficial y Morena. En vez de que ciudadanos verdaderamente inconformes con la administración actual reunieran las firmas necesarias para solicitar el ejercicio ante el INE, fueron simpatizantes morenistas quienes recabaron las rúbricas, tratando de convertir la revocación en una ratificación de mandato, figura que no contempla nuestra Constitución.

Con un 25% de firmas irregulares, en las que aparecieron personas fallecidas, lo que evidenció un uso irregular del padrón electoral, los promotores de la revocación de mandato presentaron poco más de 11 millones de registros signados ante la autoridad electoral.

No eran firmantes molestos con López Obrador, sino clientelas políticas que fueron utilizadas por Morena para cumplir el deseo del presidente de someterse a esta figura en la que faltó el ingrediente principal de cualquier proceso electoral democrático: La incertidumbre en los resultados.

Aunque el INE actuó adecuadamente, conforme a la ley y de acuerdo con los recursos disponibles, de antemano se sabía que -como el ejercicio lo pidieron simpatizantes del Ejecutivo federal- la participación en el mismo seguía la misma lógica. Por eso ciudadanos, organizaciones civiles y la oposición convocaron a la abstención.

Los resultados de esta son los que deben ser escuchados por el presidente, quien no ganó Guanajuato como apuntó el mismo López Obrador el lunes, sino que lo volvió a perder con el 90.5% de abstención, al igual que en Jalisco donde el 91% de los electores no salieron a votar.

Operación de Estado

Otro aspecto importante en los resultados de la revocación de mandato en las entidades con mayor participación, es la operación encabezada por Morena y funcionarios para movilizar a su base simpatizante, y a beneficiarios de los programas sociales del gobierno federal.

El uso clientelar -por parte del aparato oficial- de los apoyos que reciben ciudadanos que forman parte de la población más pobre del país, recuerda a las añejas prácticas antidemocráticas del Partido Revolucionario Institucional hegemónico, ese que por décadas se aprovechó de la necesidad de las personas, y hasta el año 2000, solía extorsionarlas para que acudieran a las urnas bajo la amenaza de quitarles esos beneficios. Morena hizo lo mismo el domingo.

Por otro lado, mención destacada merecen los gobernadores de ese partido, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y diversos diputados, todos señalados y amonestados por el INE por transgredir la Constitución y la ley al promover la revocación de mandato.

Ahora bien ¿Estos resultados pueden ser una inferencia de lo que podría pasar en 2024? Hay tres respuestas para ello: Sí en cuanto al rechazo abstencionista, pues en las entidades con menores índices de participación son claras las debilidades del partido oficial en el electorado, incluyendo su capacidad de movilización de simpatizantes y clientelas políticas.

Sí también en lo que se refiere a la operación de Estado que se ensayó el pasado domingo para inducir el voto, ya que dentro de dos años puede volver a implementarse utilizando de manera ilegal los recursos públicos, cometiéndose así diversas conductas contrarias a la ley.

No obstante, la pregunta se responde con un no si nos centramos en las posibilidades que tiene la oposición. Esta no puede creer que el éxito abstencionista de la revocación de mandato es una ventana de oportunidad que le augura un triunfo en los próximos comicios presidenciales, para ello le falta mucho trabajo, organización, y sobre todo candidatos.

MÁS NOTICIAS:

autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
Comentarios