El joven de Guerrero que conmovió a una generación de universitarios
El día que Pedro Pablo supo que estudiaría en su universidad soñada con beca completa, su padre fue asesinado. Sin embargo, el guerrerense busca apoyar a los jóvenes y alejarlos de la delincuencia.
Fue el día más importante en la vida de Pedro Pablo. En mayo pasado, el joven guerrerense de 19 años conquistó una beca para estudiar en una de las mejores universidades de México y también fue la fecha en la que su padre fue asesinado.
“Aunque me quitaron a mi más grande pilar, yo sé que él está feliz donde quiera que esté porque, para él y para mí, el sueño era que yo estudiara y hoy estoy aquí”, dijo Pedro Pablo ante Salvador Alva, presidente del Tecnológico de Monterrey, en la ceremonia de bienvenida a la institución educativa.
Pedro Pablo es originario de Acapulco, Guerrero, una ciudad que se ha visto estremecida por el crimen organizado en México. Tiene 19 años y se ha dado a la tarea de emprender un proyecto que intenta integrar a los jóvenes guerrerenses en proyectos productivos.
El proyecto “Jóvenes, nueva mayoría” inició con un curso en el que un pequeño grupo de jóvenes aprendió a reparar aire acondicionado y, de acuerdo con Pedro, en casi 2 años se han beneficiado aproximadamente 500 familias acapulqueñas.
En entrevista con Alto Nivel, Pedro Pablo explicó que los jóvenes se acercan a la delincuencia porque no encuentran trabajo u otro medio para mantener a sus familias. Por eso, su propuesta consiste en ofrecer cursos gratuitos para que puedan aprender un oficio y llevar el pan de cada día a sus casas.
“Mi proyecto es alejar a los jóvenes de la violencia. Paradójicamente, unos chavos más jóvenes que yo fueron quienes asesinaron a mi padre. A pesar de esto, yo no pienso dejar de trabajar por ellos”, contó Pedro Pablo.
De acuerdo con cifras de Semáforo Delictivo, Guerrero es el tercer estado con mayor número de ejecuciones por crimen organizado: 895 tan solo durante el primer semestre de 2018, consecuencia de la competencia por el territorio de diferentes grupos de venta de drogas y narcotráfico en general.
La violencia en Guerrero ha llegado a tal punto que multinacionales como Coca-Cola, PepsiCo y Bimbo cerraron operaciones temporalmente al no poder garantizar la seguridad de su personal.
Pedro ingresó al programa Líderes del Mañana, del Tecnológico de Monterrey, para estudiar la Licenciatura en Negocios Internacionales con una beca del 100%. Después, se mudó a Monterrey a estudiar. Sin embargo, el joven espera implementar su iniciativa productiva en Nuevo León y, si es posible, en todo el país. Esta es su historia.
“Por salir adelante”
Pedro Pablo ha trabajado duro desde que tiene memoria: consiguió su primer empleo en el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
“Me levantaba a las 6 de la mañana para estar a la escuela a las 7. Salía a las 2 e iba a un curso de matemáticas porque, la verdad, nunca se me dieron. De ahí me iba al SAT y salía 7-8 de la noche. Sábados y domingos podía salir a las 10 pm”, dice.
También trabajó en el área de Comunicación y Publicidad del gobierno municipal de Acapulco donde podía terminar su jornada hasta la 1 de la mañana o saltarse clases para cumplir con las fechas de entrega.
Después, su familia se mudó a Los Cabos donde vivió la peor época de su vida pues fue cuando encontró la mayor cantidad de obstáculos para conseguir trabajo y perdió su beca, por lo que se encontraba sin oportunidades para estudiar.
“Terminé trabajando en un minisúper de cajero, de ahí me ascendieron a gerente, pero me costó muchísimo. Era un horario que, se suponía, eran nada más 8 horas, pero yo terminaba trabajando desde las 2 de la tarde hasta las 7 de la mañana y me pagaban nada más 1,500 pesos quincenales. No alcanzaba para nada, los Cabos era carísimo”, recuerda.
Con un trabajo tan absorbente, Pedro terminó la preparatoria a distancia: los profesores le mandaban las tareas y él las realizaba cuando no estaba trabajando. Tampoco pudo ir a su graduación. “Todo por salir adelante”, dice con una sonrisa.
El programa Líderes del Mañana le ha dado una nueva esperanza. Pedro es uno de los 210 estudiantes provenientes de 29 entidades del país que fueron seleccionados de un total de más de 13,000 jóvenes que aplicaron al programa. Esta iniciativa del Tec de Monterrey nació hace 5 años y ha apoyado a más de 900 jóvenes con becas completas para sus estudios universitarios.
Pedro Pablo cuenta que su idea es regresar a Guerrero y ayudar tanto a su comunidad como a su familia, pues su hermano menor aspira a una beca completa para estudiar Medicina el próximo año.
El joven de Guerrero sabe que la juventud necesita educación para salir adelante y, desde su trinchera, lucha por terminar con la violencia que le arrancó la vida de su padre. “Ahora que estoy aquí, las cosas llegan a tener sentido. Yo nunca perdí la fe. Terminaba con lágrimas, pero yo tenía las ganas de seguir avanzando y sigo teniéndolas porque aún falta mi hermano”.