Sé innovador en lo que quieras para vivir mejor

Hace unas semanas se conmemoró, como cada año desde 1970, el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, año en que se fundó la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), un organismo que forma parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuyo principal objetivo es la promoción de la protección de derechos de propiedad intelectual, así como las definición y el establecimiento de las estrategias necesarias para garantizar que la protección de los mismos sea lo más adecuada alrededor del mundo. Por ello, como homenaje a la creación de la OMPI es que cada 26 de abril se celebra en todo el mundo esta fecha simbólica, en que se hace reconocimiento a la creatividad, al ingenio, a la innovación y, por lo tanto, al desarrollo de la sociedad misma. Como hemos platicado en algunos números previos, la propiedad intelectual es causa y consecuencia del desarrollo socioeconómico de las naciones. Desafortunadamente, en muchos países está todavía relegada a un segundo plano y se habla de ella solo en momentos en los que se usa como moneda de cambio para negociaciones a nivel internacional, cuando existe una infracción de derechos, como por ejemplo el plagio de una canción; o cuando se confiscan millones de pesos en mercancía pirata. Sin embargo, la propiedad industrial y los derechos de autor están involucrados prácticamente en cualquier actividad económica en este mundo de transacciones globales, informática, inmediatez de la información, sociedades del conocimiento, activos intangibles y, por supuesto, de este rampante entorno digital en el cual nos movemos día a día, a veces conscientes y muchas otras, sin darnos cuenta. Por supuesto, se necesitan mentes disruptivas, así como emprendedores tenaces, quienes a través de la ciencia y generando tecnología puedan seguir la tendencia de innovación que permita a la sociedad en general tener una vida mejor. Si reflexionamos cómo es que se ha desarrollado el entorno tecnológico en los últimos 30 años, nos podremos dar cuenta de que ha tenido un crecimiento dramático y en algunos sectores ha sido exponencial, como la industria automotriz, aeroespacial, energía y de telecomunicaciones. Existen, por supuesto, tendencias tecnológicas que en su momento se convirtieron en puntos de inflexión, como los antibióticos, la vacuna contra la polio, el transistor o las redes inalámbricas de comunicación. Sin embargo, existen muchas otras más que, sin ser tan evidentes ni reconocidas, han generado un gran avance no solamente en la tecnología, sino –de manera más importante– en la calidad de vida de la sociedad. Sí, suena romántico, pero es un hecho que, cuando hablamos de desarrollo tecnológico, lo más importante y el fin último del mismo es mejorar nuestra sociedad, sus condiciones y hacer la vida de la gente, más afable y con condiciones mucho mejores. Así pues, este año, el Día Mundial de la Propiedad Intelectual se conmemoró con el tema de “Innovación… para una vida mejor”, con objeto de celebrar a todos aquellos que dedicaron y dedican su vida a investigar, desarrollar y generar tecnologías que nos permiten a todos gozar de una mejor calidad de vida. Su esfuerzo debe ser reconocido y aplaudido. En la medida en que sigamos esta tendencia de desarrollos, mejores condiciones nos esperarán en el futuro. Nuestro reconocimiento a quienes han hecho nuestra vida mejor.

Fernando Becerril Es presidente de Becerril, Coca & Becerril, firma legal especializada en propiedad intelectual.