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Opinión

Imprescindible que el ejército tome el mando en la guardia nacional

25-03-2019, 5:08:03 PM Por:
© Depositphotos Guardia Nacional operará con el apoyo de la Marina y el Ejército

Si los mandos no son preparados eficientemente, tendremos un cuerpo federal más que funcionará de manera inadecuada

La Guardia Nacional se votó por mayoría calificada en el Pleno de la Cámara de Diputados y se ratificó por el Senado de la República, y dado que ahora tendrá un mando civil, es imperativo que se le dé sentido de claridad; no solo a través de su estructura, sino de la implementación de estrategias concretas y eficaces ante el panorama de inseguridad creciente que actualmente se presenta en el país.

Lo deseable es que el Ejército hubiera tomado desde un inicio el liderazgo de la Guardia Nacional, ya que, a pesar que no tiene entre sus funciones básicas la vigilancia de las calles, posee la experiencia necesaria de más de 18 años de combatir la inseguridad en México. Cada gobierno entrante implementa un nuevo cuerpo de seguridad y eso no es conveniente, pero si ahora es la Guardia Nacional, lo positivo a resaltar es que el Ejército y la Marina tendrán un rol decisivo en este nuevo Cuerpo, ya que por lo menos serán ellos quienes capacitarán a los elementos que la integrarán a través de la gran efectividad de las fuerzas armadas, que poseen la estructura logística, operativa, administrativa, militar, médica, de ingeniería y de sanidad para hacer un cuerpo militarizado que NO es militar, como mucha gente supone.

Mi propuesta es que todo esto se realice a través de un Colegio Nacional de mandos policiacos, estructurado bajo un esquema de protocolos con premios,ascensos y beneficios económicos. El problema de nuestras policías es que ejercen la profesión de manera temporal y los mandos duran el mismo tiempo o menos que un gobernador o un presidente municipal, por lo que no existe la necesidad de hacer las cosas bien ni se presentan las condiciones para verlo como una carrera profesional, tal y como sucede con el Ejército, lo que ha  llevado a que los policías estatales y municipales sean un verdadero cáncer para nuestro país.

Todos los elementos que integran la Guardia Nacional deben recibir una formación que los convierta en verdaderos profesionales que aspiren a una mejor condición de vida mediante salarios equiparables a los del Ejército Mexicano.

El programa de promociones y ascensos para dichos mandos, basado en el desempeño de sus funciones, deberá permitir alcanzar beneficios de acuerdo a los resultados que den en términos de seguridad pública.

Todos los elementos de la Guardia Nacional deben tener una homologación de mandos equiparables a los del Ejército y estar certificados, entrenados y capacitados bajo un solo protocolo nacional con una estructura jerárquica clara; o, de otra forma, esto no va a funcionar. El servicio prestado en la Guardia Nacional debería ser motivo de orgullo para quienes lo ejercen. Por lo mismo, debemos empezar por depurarlo sin renovar por completo al personal actual, para luego dignificarlo y profesionalizarlo.

Nuestro país tiene 36 años sin mejora en términos de seguridad pública y, en contraste, tan solo tomaría seis meses adoptar los cambios que se requieren para reducir en un 50% el índice de criminalidad en un lapso de dos años.

Un aspecto desafortunado es que se ha dado la instrucción de reducir los salarios de mandos militares de alto nivel, que cuentan con compensaciones justas para retribuir toda una vida de trabajo arduo y no se les debe ni puede equiparar con funcionarios que se concedieron a sí mismos salarios muy altos. Los sueldos en el Ejército son escalonados y se obtienen de acuerdo a grados, canonjías y comisiones, por lo que es injusto que, con esta decisión, que perjudica su nivel de ingreso y prestaciones, se corra el riesgo de propiciar la corrupción; porque si de algo debemos sentirnos muy orgullosos es de que el Ejército se ha mantenido ajeno a ese concepto, al ser una institución verdaderamente confiable.

Para finalizar, insisto, la Guardia Nacional deberá estructurarse correctamente, aprovechando toda la experiencia del Ejército, ya que entender este precepto y hacerlo bien es la diferencia entre combatir de manera eficaz la inseguridad en el país o seguir estancados en más de lo mismo. La capacitación y la formación correcta de este nuevo cuerpo es fundamental para marcar el alto a la inseguridad en México.

autor Fundador de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
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