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Opinión

Cómo enfrentar el fracaso

03-09-2020, 3:53:44 AM Por:
© Depositphotos

Esa palabra tan temida y odiada, simplemente un tabú del cual evitamos hablar a toda costa porque nos decepciona, confunde y entristece, pero debemos reconocer que marca nuestra vida.

Por Mtra Roxanna Romero*

Últimamente hemos escuchado, y tal vez desgraciadamente más en los últimos días, comentarios de las personas que nos rodean como: “Me despidieron”, “Voy a tener que cerrar mi empresa”, “No puedo más con estos gastos”, “No consigo trabajo”, etc.

A lo largo de nuestra vida tenemos muchos proyectos, planes que ideamos; sin embargo, en muchos de ellos, hay que decirlo: fracasamos o simplemente no conseguimos lo que hubiéramos querido.

Hace unos años estudié un curso de Emprendimiento en una universidad de Estados Unidos y una de las pláticas se titulaba “Failure” (fracaso), lo cual sinceramente me sorprendió; pero al escuchar al ponente me pareció muy lógico que dentro de este curso se tocara este tema, ya que si hay algo que cualquier emprendedor tiene que lidiar es con el riesgo y, por ende, el posible fracaso. El ponente comentaba que el fracaso se ve y afronta de diferente forma en los diversos países y culturas, ya que hay algunas que ven al fracaso como el fin y otras como el comienzo.

Para cualquier emprendedor, empresario o persona en general, es muy difícil hablar de los problemas, fallas y errores que se cometen. No es nada placentero afrontar el hecho de que, a pesar de nuestros esfuerzos, no siempre las situaciones resultan como queremos. Hay que tener madurez e inteligencia emocional para afrontarlo y, sobre todo, salir adelante.

Sobre este punto, les comparto algunos puntos del artículo de la revista Harvard Business Review titulado Use failure as an Opportunity to reflect on your strengths (Usa el fracaso como una oportunidad para reflexionar sobre tus fortalezas) de la autora Susan Peppercorn, en el que  plantea tres estrategias básicas para lograr recuperarse de alguna meta o proyecto no logrado:

1. Reconocer el dolor emocional

Por ejemplo, cuando no logramos un trabajo o una promoción, es lógico que dudemos acerca de nuestras competencias, de nuestra capacidad, que nos deprimamos; pero en lugar de hacer esto, en lo que tenemos que enfocarnos es en reconocer que no obtuvimos lo que quisimos, pero no enfrascarnos en esto y salir adelante.

2. Evitar preguntarse a sí mismo: “¿Fui yo, fueron ellos, o fuimos nosotros?”

Es lógico que cuando no logramos lo que nos propusimos, nos cuestionemos quién fue el culpable. Sin embargo, lo que sucede en la mayor parte de las veces es que los intereses y valores de los involucrados no coinciden, y no tiene nada que ver si alguien hizo algo mal.

3.Aprovechar tus fortalezas

Es importante no ver hacia atrás y pensar: “¿qué hubiera pasado si…?”; es mejor enfocarse en ver todas las posibilidades y oportunidades alternas que se tienen. De hecho, en algunos estudios que se realizaron, se observó que algunas personas, inclusive, les fue mejor a largo plazo; es decir, para ellos fue mucho mejor no conseguir esa “oportunidad”, ya que al tener esa frustración les impulsó a buscar nuevas opciones, probar cosas diferentes y obtener conocimientos valiosos que les servirían posteriormente.

Lee: Así debes enfrentar un contexto desafiante y vencer el fracaso

Muchas empresas se han dado cuenta de esto y han incorporado dentro de sus procesos la variable de la “falla” pero de una forma que pueda no sólo ser detectada, sino que también sea aprovechada, y capitalizable. Por ejemplo, Toyota desarrolló un sistema de producción de continuo aprendizaje basado en los errores que se cometían, y así pudo lograr que su proceso mejorara y fuera más eficiente y rápido.

Otro caso es que algunas empresas han implementado la práctica denominada “Lecciones aprendidas”, la cual es la etapa final de todo proceso donde se busca aprender de cada decisión y de cualquier incidente, y sacarle el mayor provecho posible, ya que esto es punto de partida para el proceso de mejora continua.

Lo que podemos concluir es que el fallar, equivocarse, no lograr lo que queremos, es y será una constante en nuestras vidas. Sin embargo, de nosotros depende tener una actitud positiva y no preguntarnos ¿por qué pasó esto?, sino en su lugar reflexionar ¿para qué pasó esto? Y, sobre todo, tener una visión mucho más grande para darnos cuenta de que aún en estos acontecimientos, podemos obtener cosas muy positivas y que al final estaremos fortalecidos.

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Claro que es difícil ser optimistas cuando todo parece estar en tu contra, cuando el panorama económico, financiero es difícil. Sin embargo, con lo que contamos es con nuestras ganas de trabajar, de aprender y de sacar cosas buenas de lo malo. Es clave hacer propio lo que un pensador dijo “Todo es para bien”. Es decir, siempre habrá la esperanza de que las cosas irán mejor y que de todo suceso podremos cosechar muchos frutos.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel

*Roxanna Romero es Program Manager, posgrados Empresariales, UP Ciudad de México

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