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Miguel Ángel Félix Gallardo, el ‘Jefe de jefes’ logra prisión domiciliaria

12-09-2022, 12:04:12 PM Por:
© Imagen Facebook

El narcotraficante, recluido en el penal de Puente Grande en Jalisco, deberá portar un brazalete localizador, determinó un juez federal de la Ciudad de México.

El juzgado Séptimo de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México le concedió prisión domiciliaria al narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, de 76 años, condenado -entre otros delitos- por el homicidio del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena Salazar, con lo que el capo saldrá en breve del penal de Puente Grande, en el estado de Jalisco.

Una de las condiciones establecidas por el órgano jurisdiccional, para que Félix Gallardo salga de prisión, es que compruebe la adquisición a su costa de un brazalete localizador que debe portar de manera permanente, de acuerdo con la determinación del juzgado.

La notificación de este beneficio para el narcotraficante, conocido con el apodo del “jefe de jefes”, la llevó a cabo -vía exhorto- un actuario del Juzgado Tercero de Distrito de Procedimientos Penales Federales del estado de Jalisco.

Se trata de un documento que el juez de la Ciudad de México le envío a su similar en Jalisco, especificando las condiciones de la libertad que obtendrá el sentenciado.

El reo “deberá acreditar ante el órgano jurisdiccional exhortante, con el contrato respectivo la adquisición del equipo electrónico (brazalete) a utilizarse para el debido cumplimiento de la medida de seguridad consistente en colocación de dispositivo de localización y vigilancia”, precisa el documento cuya copia posee ALTO NIVEL.

Miguel Ángel Félix Gallardo, detenido en abril de 1989, fue condenado a 37 años de prisión por el secuestro y homicidio de Enrique Camarena Salazar, un agente de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés)​ que en aquella época prestaba sus servicios en el consulado de ese país en Guadalajara.

Por este crimen también está condenado el narcotraficante Rafael Caro Quintero, detenido en julio pasado, luego de que había obtenido su libertad -en 2013- mediante un amparo que luego fue revocado.

En 2021, en una entrevista que le realizó la televisora Telemundo, Félix Gallardo se quejó de padecer varias enfermedades, por lo que desde hace por lo menos un lustro estaba buscando que se le concediera la prisión domiciliaria.

Sentencia confirmada

Además de solicitar el beneficio de reclusión en su domicilio, el narcotraficante promovió la revisión de un amparo en el que pedía se le redujera otra sentencia, recurso que fue rechazado en marzo de este año por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El máximo tribunal del país consideró improcedente la revisión del amparo de Félix Gallardo, quien pretendía una disminución de la sentencia de 40 años de prisión que se le impuso en 2003 por cohecho, acopio de armas y delitos contra la salud (narcotráfico).

Con esto, dado que el capo se encuentra preso desde 1989, quedan siete años de sentencia por cumplir, lo que deberá concretarse ahora en el domicilio del narcotraficante. Concluida esa condena, debe iniciarse a su vez la sentencia de 37 años por el homicidio de Enrique Camarena Salazar, haciendo un total de 44 años más de reclusión, en este caso con el beneficio de prisión domiciliaria.

En ese tenor, en agosto de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó su anuencia para que el sentenciado purgara el resto de su condena fuera del penal de Puente Grande en Jalisco.

El mandatario apuntó entonces que, si estaba justificado, no se oponía a la liberación del capo “porque él, por edad, por enfermedad, ya podría salir”, dijo López Obrador cuando se le preguntó por este caso.

Padecimientos varios

El pasado mes de julio, Miguel Ángel Félix Gallardo fue trasladado de Puente Grande al Hospital Civil de Guadalajara, debido a que presentó problemas oculares con peligro de perder la vista.

De acuerdo con lo reportado por las autoridades penitenciarias de Jalisco, el capo ya perdió la vista en un ojo, y no oye con un oído, por lo que los médicos han tratado de preservar el funcionamiento del ojo y oído que mantiene.

En la entrevista que le hizo Telemundo el año pasado, podía vérsele en una silla de ruedas, visiblemente envejecido, y afirmando no tener ningún “pronóstico de vida”.

“Perdí todo, perdí la sensibilidad, los oídos, los ojos”, aseguró a la televisora al narrar una larga lista de padecimientos, incluyendo hernias estomacales, y pérdida de la movilidad.

Historial delictivo

El narcotraficante, quien nació en 1946 en Culiacán, Sinaloa, fue uno de los fundadores del cartel de Guadalajara, organización delictiva ya desaparecida, de la que también formaba parte Rafael Caro Quintero.

Cuando fue detenido en 1989 se le consideraba uno de los mayores traficantes de cocaína en México, además de que -según las autoridades de la época- era propietario de decenas de inmuebles en los estados de Jalisco y Sinaloa, incluyendo un famoso centro comercial ubicado en Guadalajara.

Particularmente violento cuando se encontraba activo, durante el tiempo en el que ha permanecido en prisión, el capo no ha dejado de promover diversas demandas de amparo y otros recursos con el fin de obtener su libertad.

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autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
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