El secreto de los niños triqui para conquistar el mundo
El hombre detrás del triunfo de los niños triqui tenía un solo objetivo: que los pequeños de la sierra mixteca de Oaxaca estudiaran y disfrutaran su infancia. Este fue el camino que recorrió.
Un jugador profesional de basquetbol viajó a la sierra mixteca de Oaxaca en 2006. Compró unas cajas de sardinas para comer, y una señora del lugar le ayudó a prepararlas. Se sentó con sus latas, y un niño pequeño, sin ropa, descalzo y con manchas en la cara se le acercó para pedirle comida. Le compartió y entonces aparecieron 20 más con la misma petición.
El deportista, que no conocía ese rostro de México, prometió volver y hacer un programa de educación integral para que esos niños pudieran disfrutar su infancia y soñar. ¿Cómo lograría esto? Usando una herramienta que sus padres le habían dado y que le abrió oportunidades: el basquetbol.
A 10 años de ese viaje, la promesa está más que saldada. Ocho niños triqui levantan con orgullo la Copa Mundial de Barcelona, después de vencer 39-18 a su rival Gravelins de Francia.
“Somos triquis, somos fuerza y actitud, y así es México”, es el mantra de Dylan Ramírez, Tobías de Jesús, Bernabé Martínez, Aniceto Guzmán, Efrén Martínez, Daniel Shalom, Luis Enrique Vargas y Anselmo de Jesús, quienes celebran el triunfo después de quedar en dos ocasiones como subcampeones.
Todo por la educación
Su entrenador, aquel joven basquetbolista, Sergio Ramírez Zúñiga comparte en entrevista con Alto Nivel cómo surgió la Academia Indígena de México (AIM) en 2009, a la cual pertenecen estos pequeños campeones, los obstáculos que enfrentó y algunas claves para triunfar.
“Mi objetivo era y es que los niños se interesen por la escuela como una forma de salir adelante. Los niños triqui, mixtecos y zapotecos son de comunidades donde las niñas se casan a los 13 años y los niños emigran a los 14 años. Había que convencerlos de quedarse”, explica.
Es así que creó un plan de educación integral utilizando como recompensa el deporte. “Los requisitos para ser parte de la Academia son tener promedio de 8.5, hablar su lengua natal y ayudar en las labores de la casa, esto les da derecho a tres comidas diarias (en las comunidades indígenas lo niños comen solo una vez al día), entrenar y salir a eventos”, explica.
Mientras más DURA tu historia más FUERTE debe ser tu sonrisa.
Nunca dejes de sonreír que tu historia siga inspirando pic.twitter.com/xABD03tapf— Sergio zúñiga (@directorzuniga) 24 de mayo de 2016
Los obstáculos
Cuando Zúñiga habla de basquetbol, no se refiere a un simple juego, sino a una disciplina, que implica trabajo en equipo y competitividad.
Al principio, cuando presentó el proyecto con los padres de familia encontró resistencia. “Les estaba quitando manos para trabajar en el campo”, dice, pero al poco tiempo cuando vieron los cambios en sus hijos, lo aceptaron.
El dinero nunca es un obstáculo. Esto lo sabe bien Zúñiga, quien para armar el proyecto tuvo que pedir un préstamo y buscar patrocinios con amigos. “Nosotros no recibimos dinero. Todo es en especie. Ayudan familias y empresas a que esto sea posible”, explica.
La Conade apoya a deportistas de élite con nutriólogos, psicólogos, campamentos, educación integral, pero no lo hace con niños a temprana edad. “Este programa puede cambiar la calidad educativa de todo el país. No solo de las montañas”, afirma.
“Créeme que cuando la gente ve como niños indígenas ponen el ejemplo de que solo se necesita corazón y garra para triunfar en la vida” la ayuda ha llegado, dice Zúñiga, quien por el basquetbol viajó a Argentina y que también vivió de indocumentado en Estados Unidos.
Lo mas importante como padres es enseñarle a sus hijos a sobrevivir sin ellos ese será mi legado en las montañas pic.twitter.com/s0El872QSw
— Sergio zúñiga (@directorzuniga) 7 de marzo de 2016
Pequeños gigantes de pies descalzos
Los niños triqui, los campeones descalzos de la montaña o los pequeños gigantes de pies descalzos llamaron la atención del mundo en 2013 cuando asistieron al Torneo Internacional YBOA, que se celebró en Orlando, Florida, y participaron descalzos.
“Desde pequeños los niños caminan descalzos, ponerles tenis era incómodo para ellos. Así que me tardé casi cuatro años para que se adaptaran al calzado, le salen callos y ampollas, fue un proceso largo. Inclusive, hay de los mil 600 niños todavía tengo unos de 7 y 8 años que juegan descalzos”, cuenta Ramírez Zúñiga.
A siete años de iniciar el programa, los entrenadores indígenas del programa han pasado de 50 a 300, algunos estudian la preparatoria vía internet y otros tienen becas para estudiar en Torreón, Monterrey o la Ciudad de México.
El más reciente triunfo, explica Ramírez Zúñiga, se debió a que ya teníamos instalaciones adecuadas para entrenar, se trabajó un año antes los principios de anemia que tenían los niños, con ayuda de un nutriólogo de una empresa de Canadá que les proporciona con suero de leche.
El entrenador da conferencias de liderazgo, trabajo en equipo e innovación en dicha empresa y ésta les da productos de nutrición.
Me enseñaron a vivir de una forma donde todo es posible y hoy educó a esta niñez indígena de la misma manera AIM. pic.twitter.com/5qSv8NGLPC
— Sergio zúñiga (@directorzuniga) 21 de junio de 2016
Claves para emprender
Ramírez Zúñiga, en su faceta de emprendedor, asegura que el proyecto se ha mantenido porque se ha salido del “sistema”. Ha hecho cosas diferentes para obtener resultados diferentes.
Y da las siguientes recomendaciones para emprender cualquier proyecto personal.
1. Identifica quién eres (tu proyecto es parte de tu personalidad)
2. Construye tu sueño (ponte metas y proyectos concretos)
3. Deja de buscar culpables
4. Emprende tu camino.
“Si quieres crear un negocio o vender algo, empieza a formar algo que esté de acuerdo a tu personalidad. No seamos imitadores, porque todos somos únicos”, afirma.
Un par de sueños más
Dylan Ramírez, Tobías de Jesús, Bernabé Martínez, Aniceto Guzmán, Efrén Martínez, Daniel Shalom, Luis Enrique Vargas y Anselmo de Jesús, niños entre 13 y 14 años, están estudiando Segundo Grado de secundaria en Oaxaca, el plan es que el Tercer Grado lo estudien en Monterrey para que tomen clases de inglés, pues en poco más de un año estarán estudiando la preparatoria en Houston, Estados Unidos, con una beca.
Mientras Zúñiga tiene un par de sueños más: replicar su modelo en diferentes partes del mundo con ayuda de universidades en Estados Unidos y Barcelona, y dar seguimiento a los niños para que con los dotes de liderazgo que ahora tiene sean capaces en el futuro de crear empresas que ayuden a sus propias comunidades.