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Economía

Latinoamérica pierde (otra vez) la batalla contra la inflación

24-06-2021, 1:21:43 PM Por:
© Depositphotos

El superciclo de los commodities se volvió una especie de "boomerang inflacionario" para las naciones latinoamericanas: ¿Cómo lo manejarán?

La inflación se ha convertido en un factor de preocupación para el mundo entero pese a que, según los bancos centrales más importantes del mundo, se trata de un fenómeno que está bajo control cuando menos por el momento.

Y en efecto, si bien es cierto que la inflación se ha disparado en gran parte del mundo, también es un hecho que todavía no alcanzamos niveles observados en otras épocas, lo que en cierta forma es un consuelo.

Pero, hay una región que sí debe preocuparse en este tema de la inflación, y de hecho en varios más. Las preocupaciones de Latinoamérica en torno a la inflación deben ir en varios sentidos: Primero, porque es la zona del mundo donde más ha repuntado el fenómeno, es decir nuevamente la región vuelve a ser golpeada por el crecimiento generalizado de precios, no en la misma magnitud, pero sí recuerda lo que sucedió en la década de los años ochenta del siglo pasado.

También debe preocuparse Latinoamérica porque es sede del único país con hiperinflación en el mundo. De igual modo, la inflación es para muchas naciones en realidad una especie de boomerang, que les afecta.

La región con las tasas más altas de inflación

La región latinoamericana es la que tiene en estos momentos las tasas de inflación más alta del mundo, lo que no habla bien de sus condiciones económicas presentes y futuras.

Si excluimos a Venezuela, país del que nos ocupamos un poco más adelante, casi todas las lecturas inflacionarias de la región son más altas que las registradas en las naciones desarrolladas; Latinoamérica pierde una vez más la batalla contra la inflación

Por ejemplo, las tasas de inflación anual durante mayo de naciones como México con 5.9 por ciento, Argentina con 48.8 por ciento, Brasil 4.5 por ciento y Chile 3.7 por ciento junto a Colombia con 3.3 por ciento, superan a casi todas las del mundo industrializado.

España tuvo una tasa anual de inflación durante mayo de 2.7 por ciento, Alemania de 2.6, Francia 1.4, Italia 1.1, Japón -0.1 por ciento, o Suiza con 1.2 por ciento, por mencionar algunos ejemplos.

Excepto con Estados Unidos, país que tuvo una tasa de inflación del 5 por ciento durante mayo, muy similar a varias naciones Latinoamericanas, con prácticamente todo el mundo industrializado, la región latinoamericana está más expuesta al ajuste de precios.

Si volvemos a excluir a Venezuela, Latinoamérica tiene la segunda economía con más inflación en el mundo, nos referimos a Argentina con 48.8 por ciento en el crecimiento anual de precios durante mayo. El primer sitio es para Líbano, con una tasa inflacionaria de 119.8 por ciento anualizada.

También hay que señalar que Latinoamérica tiene algunos casos excepcionales, como Costa Rica, con deflación de 5.3 por ciento, o Ecuador con 1.1 por ciento de deflación o crecimiento negativo de precios. Lamentablemente son economías pequeñas que poco impacto tienen.

Hiperinflación, viejos recuerdos

En la década de los años ochenta del siglo pasado varios países de Latinoamérica vivieron periodos de hiperinflación que provocaron un periodo de nulo crecimiento.

Este fenómeno se instaló primero en naciones como Brasil y Argentina, para después contagiar al resto del continente. Ha sido hasta ahora la peor época en términos económicos para Latinoamérica.

En estos tiempos, hablar de hiperinflación es hablar del pasado, este fenómeno ya no existe y nadie quiere que regrese. De hecho, en el mundo sólo hay una nación que lo padece y que desde luego tiene una economía devastada y fracasada. Lamentablemente es Venezuela.

Venezuela es por el momento un fenómeno aislado, pocos economistas o quizás ninguno sea capaz de asegurar que el caso venezolano se reproducirá en la región. Efectivamente, no hay por ahora indicios de que la hiperinflación venezolana, de 2,719% durante mayo, vaya a contagiar a otras naciones latinoamericanas. Pero, tampoco puede asegurarse con certeza plena, Latinoamérica debe estar preocupada.

El boomerang inflacionario

En Latinoamérica, y especialmente en Sudamérica, hay un problema que nace de un factor positivo: el incremento de los precios de los commodities debido a la demanda mundial por la recuperación de las economías.

Así, una serie de productos que se producen en la región, como varios minerales, carnes, pieles, maderas, etc. han repuntado en sus precios, beneficiando las finanzas de estas naciones que, dicho sea de paso, estaban deprimidas desde hace algunos años precisamente por la caída de estos precios. Incluso las noticias son muy positivas, ya que se espera que estemos en el umbral de un superciclo de materias primas, con alza constantes en sus precios.

La mala noticia es que muchos de estos productos regresan a la región industrializados, y con precios mucho más elevados. Es así como Latinoamérica resiente el aumento de precios de otras zonas del planeta. Primero exporta sus materias primas con precios en alza, pero luego importa productos a costos todavía mayores, es un auténtico boomerang inflacionario que le puede costar caro a muchos países.

No estamos todavía como en aquella trágica década, de hecho, estamos lejos aparentemente; pero una vez más la inflación se ensaña más en esta región que en otras partes del mundo, y podría hacer retroceder en los logros que costaron décadas obtener. El tiempo y las estrategias económicas de cada país van a determinar lo que suceda.

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