Las apps de bienestar y salud mental son un riesgo para tus datos personales
Se presentan como herramientas que proporcionan técnicas terapéuticas, pero tus datos suelen compartirse con terceros con fines de lucro.
La depresión, la ansiedad y el insomnio son algunos de los padecimientos que se vieron multiplicados exponencialmente a partir de la crisis generada desde 2020 por la pandemia de Covid-19, y lo mismo ocurrió con las aplicaciones dedicadas al bienestar y la salud mental, aunque estas -además de ofrecer diversas soluciones para relajarse- también adquieren datos personales sensibles de los usuarios, lo que representa un importante riesgo para su privacidad.
Apps como Crisis Text Line, Calm, Talkspace, Mindspa, Take a Break, Mindshift, Moodtools y Headspace, entre otras, se presentan como herramientas que te proporcionan técnicas terapéuticas, junto con ejercicios que sirven para reducir el estrés, pero para utilizarlas -como primer paso- se te pide llenar una autoevaluación en la que debes proporcionar datos sobre tu salud física y mental.
Al hacerlo, estás revelando información privada que solo debe ser compartida con un profesional como lo son los médicos psiquiatras o los psicólogos, y aunque en algunas de estas aplicaciones se dice que fueron creadas por expertos en estas materias, en realidad su propósito no es que te sientas mejor, pues tus datos son utilizados con fines de lucro y mercadotecnia.
En 2022, el tamaño del mercado mundial de aplicaciones de salud mental se valoró en 5,200 millones de dólares, y se espera que este tenga un crecimiento anual del 15.9% entre 2023 y 2030, según la firma Grand View Reserach.
Datos sin encriptar
De acuerdo con un estudio de la Fundación Mozzila, cuando se analiza el funcionamiento de estas apps, el primer riesgo que se encuentra es que no se puede saber si los datos que proporciona el usuario permanecen cifrados o encriptados.
Asimismo, algunas de estas aplicaciones cuentan con foros comunitarios en los que cualquier persona puede compartir su estado de ánimo, mientras que los otros participantes le ofrecen ayuda, sin que exista una supervisión o evaluación profesional de dicho soporte, lo que puede poner en riesgo la vida e integridad del usuario, pues este puede estar cursando por un episodio grave de depresión.
La Fundación Mozilla encontró además que las apps dedicadas a la salud mental suelen permitir -para iniciar sesión en la herramienta- contraseñas que son muy débiles, en tanto que no cuentan con información para poder gestionar vulnerabilidades de seguridad.
De hecho, probando una de estas aplicaciones, el estudio refiere que se creó un perfil con la contraseña “111111”, que es fácilmente identificable incluso sin necesidad de usar algún programa de hackeo.
Transferencia de datos
Este tipo de aplicaciones requieren que se detalle información que le permita al algoritmo hacer un perfil del posible padecimiento mental del usuario, con el fin de proporcionarle diversas soluciones que le permitirán mejorar su salud mental.
No importa si solo se trata de estrés, o de una depresión pasajera o no muy intensa, el problema es que esos datos pueden ser compartidos con otras empresas. Por ejemplo, el análisis de la Fundación Mozilla encontró que la app MindDoc transfiere información con Facebook y Google.
“En realidad, su política de privacidad es bastante exhaustiva al describir todos los terceros con los que dicen que pueden compartir datos. La otra mala noticia es que, al igual que en 2022, nunca respondieron a las preguntas relacionadas con la privacidad y la seguridad que les enviamos por correo electrónico”, detalla el estudio.
Con esto, no puede comprobarse si esta y otras aplicaciones similares cumplen con los estándares mínimos de seguridad que deben observarse al recopilar datos personales, y datos personales sensibles, entre los que se incluye el estado de salud de una persona.
Lucro y mercadotecnia
Las aplicaciones de salud mental revisadas por la Fundación Mozilla plantean “una serie de preguntas e inquietudes sobre privacidad” que suelen no responderse en los contenidos de las apps. No basta con exhibir la leyenda “respetamos su privacidad”, la aplicación debe tener un documento, al que pueda accederse fácilmente, en el que se precise la forma en la que se tratan los datos personales.
El estudio mencionado revela que algunas de estas aplicaciones informan al usuario que no venden ni alquilan la “información de identificación personal a terceros para sus fines de marketing sin su consentimiento previo”. Esto significa, enfatiza la Fundación Mozilla, “que pueden vender o alquilar su información personal a terceros”, a través de un consentimiento engañoso.
“Las personas a menudo hacen clic rápidamente en los términos de servicio y en las solicitudes de acuerdo de política de privacidad cuando se registran en una aplicación”. Por ende, si no se lee atentamente toda la política de privacidad, lo que es bastante común, en realidad el usuario no sabe con certeza si sus datos además de ser recopilados y almacenados, serán divulgados o transferidos a terceras personas o empresas.
Otro problema encontrado se encuentra en los avisos de privacidad y/o en los términos y condiciones de las aplicaciones dedicadas al bienestar y la salud mental, en los que se establece que los datos personales del usuario no serán compartidos con terceros, sin embargo, nunca se aclara si los datos de salud están incluidos en esos datos personales.
Por todos estos riesgos, lo más recomendable es no utilizar estas aplicaciones, pues la salud mental es un aspecto demasiado íntimo y personal que no debe ser exhibido ni compartido, a menos que estemos con un especialista.
Si de cualquier forma quieres usar estas apps, se sugiere que sigas medidas de seguridad reforzadas, como elegir una contraseña segura, no utilizar complementos de redes sociales, y usar los controles de privacidad de tu dispositivo para limitar el acceso a tu información personal a través de la aplicación, es decir, no des permiso para que la app use tu cámara, imágenes, micrófono o tu ubicación.
También es importante recordar que, aunque borres la aplicación, tus datos personales contenidos en la misma no desaparecen, por lo que debes asegurarte de que estos sean eliminados, enviando un correo al servicio al cliente de la app.
De acuerdo con el 2º Diagnóstico Operativo de Salud Mental y Adicciones elaborado en 2022 por la Secretaría de Salud federal, la prevalencia anual de trastornos mentales y adicciones en México es de casi una quinta parte de la población total.
Es decir, si en nuestro país hay 127.7 millones de personas, el 20% de estas (25.5 millones) presenta cada año alguna enfermedad mental o una adicción, en distintos grados de intensidad.
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