El dólar mantendrá el trono global, pero la pandemia acortaría su reinado
Desde hace décadas, el dólar es la moneda de reserva global por excelencia, pero estas tendencias propiciarían una transformación acelerad e inesperada.
Dada la posición dominante del dólar estadounidense en las finanzas internacionales, los cambios observados por décadas en las reservas de los bancos centrales han sido mínimos; la moneda en cuestión es hasta la fecha la divisa por excelencia.
Así lo aseguró el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un análisis denominado “Los glaciares de las finanzas mundiales: La composición por monedas de las reservas de los bancos centrales”.
El organismo señaló que el ritmo de cambio en esta composición de reservas es hasta la fecha algo muy parecido a un glaciar, ya que pese a que en el planeta existen alrededor de 180 monedas nacionales en realidad unas pocas se utilizan ampliamente en transacciones internacionales como facturación, pagos de importaciones y emisiones de deuda o inversiones en el exterior. Las monedas a las que se refiere son: el dólar estadounidense, el euro, y en menor medida el yen japonés, así como la libra esterlina, más una que otra. Pero, por décadas la moneda símbolo de seguridad ha sido el dólar de Estados Unidos.
En el caso de la moneda china, el yuan o renminbi, pese al papel cada vez más protagónico de dicha nación asiática en la economía mundial, su moneda ha ganado sólo un pequeño espacio en las operaciones de los mercados mundiales de divisas, así como en la emisión de deuda exterior, por mencionar algunos.
Hasta ahí, el análisis del FMI no tiene alguna novedad, apenas un recordatorio de lo que la propia institución reconoce como presencia avasalladora del dólar en la conformación de reservas de los bancos centrales.
De hecho, el FMI asegura que, mientras el dólar domine el comercio y las finanzas mundiales, se mantendrá también como divisa dominante de reserva. Sin embargo, el análisis señala que la situación podría modificarse, “así como en ocasiones el lento movimiento de los glaciares puede acelerarse de forma inesperada, la composición por monedas de las reservas tiene el potencial de experimentar una transformación repentina, inesperada y acelerada“, señaló el organismo. Lo anterior sería consecuencia de lo siguiente:
- Los cambios geopolíticos
- La revolución tecnológica que reconfigura a la economía mundial y el uso internacional de monedas
- Las secuelas de Covid-19
Estas son las tendencias económicas y financieras que podrían impactar la composición de reservas
Para el FMI, existen hoy en día factores, mencionados anteriormente, que podrían tener un impacto sobre la composición futura de las reservas de los bancos centrales, de manera especial considera que la pandemia podría acelerar en un futuro cercano este cambio.
También el organismo financiero multilateral señala algunas tendencias económicas y financieras que marcarían la pauta de una variación histórica luego de décadas, más de un siglo, en las que el dólar ha dominado todo el mundo, estas tendencias son:
Cambios en las finanzas internacionales
En octubre pasado ya hubo una fuerte demanda de bonos denominados en euros, al tiempo que las economías de mercados emergentes y países en desarrollo podrían emitir más deuda en monedas de acreedores como China. El FMI advierte que la moneda de denominación de la deuda pública es determinante en las reservas de estas economías para protegerse contra los riesgos asociados a sus obligaciones de deuda.
Los cambios en los vínculos comerciales
Junto con las prácticas de facturación, también podrían alterar pronto la demanda de otras monedas internacionales. La pandemia y las tensiones comerciales dejaron de manifiesto la fragilidad de las cadenas globales de suministro. Los países están hoy más interesados en asegurar suministros críticos. La menor dependencia de un único socio comercial podría diversificar la demanda de monedas.
El FMI pone el foco de manera especial en la reciente Asociación Económica Integral Regional en Asia, un acuerdo de libre comercio entre 15 naciones, que podría significar que las monedas alternativas comiencen a cumplir una función más importante en las finanzas mundiales.
La credibilidad de los países emisores de deuda
También es una razón de gran peso. De acuerdo con el FMI, la pandemia del Covid-19 puso de manifiesto la necesidad de que los emisores actuales y potenciales adopten políticas económicas y sanitarias adecuadas para preservar su potencial de crecimiento.
El uso internacional de monedas
También podría reflejar consideraciones estratégicas como aspectos de política exterior y restricciones en el ámbito de la seguridad.
Por último, pero no menos importante, la pandemia: Aceleró los avances en tecnologías financieras y de pagos. Es probable que se acelere también la posible competencia de emisores privados, como el caso de Diem, el sistema de pagos de Facebook basado en cadenas de bloques, mejor conocido como blockchain. Lo anterior ha estimulado a los principales bancos centrales del mundo a acelerar sus trabajos en materia de monedas digitales y pagos transfronterizos. Entre otros, el Banco Central Europeo y el de China exploran la emisión de monedas digitales. Las plataformas de tecnología más avanzada podrían contribuir a que las nuevas monedas superen algunas de las ventajas de las monedas tradicionales y establecidas.
El FMI concluye al señalar en este punto que, dependiendo de la adopción y el uso de dinero digital público o privado, los bancos centrales podrían tener que repensar qué constituyen reservas, y cómo mantenerlas en el futuro.
Aunque los cambios esperados no serían tan pronto como el año siguiente, al parecer uno de los principales organismos financieros en el mundo ha puesto a debate un punto que hasta ahora parecía imposible de modificarse por muchas décadas más. Pero el cambio podría estar más cerca de lo que se piensa, algo así como ese movimiento de los glaciares que nadie espera y que sorpresivamente aparece modificando todo el panorama a su alrededor.
