Ya, por favor… Precios de las tortillas seguirán al alza por estas razones
La creciente demanda y los problemas económicos y bélicos de los principales productores de maíz presionan los precios de este grano.
En México el precio de la tortilla, el alimento esencial en la dieta del 90 por ciento de los ciudadanos, está al alza.
Si bien no hay una cifra o dato oficial al ser un producto en el que desde hace años se dejó de consolidar un control estatal pleno, pero tampoco se permite la libre competencia, la certeza ya es inocultable. Algunos medios reportaron estos días que en lo que va del año registra un incremento promedio de 2 pesos.
La causa es externa, México no es un país autosuficiente en la producción del grano con el que se hace la tortilla, el maíz blanco (alguna vez lo fuimos, hace mucho tiempo).
Lo peor es el escenario que se observa, en el que la cotización internacional del maíz no cederá fácilmente en los próximos años, una serie de factores lo impedirán, y eso no podrá detenerlo ni el gobierno (a menos que decida intervenir directamente con control de precios), ni el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) implementado hace unos meses en México. Vayamos a la historia.
Demanda en aumento y problemas en producción y logística
Apenas en mayo pasado el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) emitió su pronóstico anual sobre agricultura global, las noticias no fueron buenas por el lado de la demanda, que es la base sobre la cual se realizan todas las proyecciones. Habrá presiones de demanda sobre los mercados a lo largo de la temporada, sin considerar desde luego los imprevistos.
Por una parte, para el ciclo comercial 2021/22, la producción mundial de maíz se prevé al alza; el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) pronostica una producción récord de 1,215.6 millones de toneladas (mdt), volumen que representa un incremento de 7.7 por ciento con respecto al ciclo comercial anterior.
Pero hay un detalle, los principales productores de maíz en el mundo o están en guerra, o se encuentran en un proceso de desaceleración económica, o en algún otro problema que genera y/o generará contratiempos en sus cadenas productivas, logísticas y de abasto.
Los principales productores participarán con 64 por ciento de la producción mundial: Estados Unidos, cuya economía se encuentra en desaceleración y enfrenta el riesgo de una recesión aportará el 32 por ciento del mercado mundial.
China, con el menor crecimiento económico esperado en décadas, aportará el 22 por ciento; por su parte, Brasil, que prácticamente no crecerá este año, tendrá una participación de 10 por ciento en el mercado global.
En total, se prevé que la producción mundial aumente 7.1 por ciento con relación al ciclo anterior, para un total cercano a las 384 millones de toneladas (mdt), derivado de un aumento de la superficie a cosechar de 3.7 por ciento.
En Ucrania, se mantiene la proyección de producción en 42.1 mdt, dicho volumen representaría un aumento de 39 por ciento con relación al ciclo previo, la participación de Ucrania en la producción mundial sería de 3.5 por ciento.
Por su parte, en Rusia, la producción del grano se proyecta en 15.2 mdt, para un incremento de 9.8 por ciento con relación al ciclo anterior. Su participación en el total mundial sería de 1.3 por ciento.
Aunque es evidente, no está demás decir que la invasión militar de Rusia en Ucrania ha sido uno de los principales factores que más ha afectado el comercio mundial de cereales, entre ellos el del maíz, ya que ambas naciones son de los principales productores y exportadores de granos, provocando mayor incertidumbre sobre la oferta y la demanda agrícola mundial.
En Ucrania las expectativas de las exportaciones se redujeron en 30 por ciento a partir del conflicto bélico con Rusia; y se estiman a la baja en un 61 por ciento para el ciclo 2022/23.
Los precios y el consumo, también al alza
En 2021, el precio internacional del grano cotizó en 258.4 dólares por tonelada (USD/ton), lo que significó un aumento de 56.4 por ciento con relación al promedio de 2020. En ese año, el precio mensual fluctuó entre 230 y 305 USD/ton.
El precio estuvo influenciado por el crecimiento moderado de la producción, que fue menor al incremento del consumo, lo que provocó un menor nivel de inventarios al cierre del ciclo comercial. Además, otros factores como la mayor presión inflacionaria en el mundo y los problemas en las cadenas de suministros impactaron en los precios.
A partir del inicio de la operación militar de Rusia en territorio de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, los precios del maíz se ajustaron al alza. De 291 dólares por tonelada registrado en febrero, pasó a 332.7 USD/ton en marzo y luego a 346.3 USD/ton en abril, con observaciones diarias por arriba de los 350 USD/ton.
Al momento de elaborar este artículo, los futuros del maíz para septiembre de 2022 cotizan en 627.25 dólares por tonelada, lo que demuestra la trayectoria y expectativa plenamente alcista que existe en el mercado.
En materia de consumo, las cosas no varían prácticamente nada desde hace años, México destaca por ser una de las naciones que más maíz demanda a nivel global, por sus costumbres alimentarias y porque la tortilla es el alimento esencial en nuestra dieta.
Así, el consumo mundial se mantendría al alza por noveno ciclo consecutivo. En 2021/22 se alcanzaría un consumo récord de 1,182.6 mdt, que supera en 3.2 por ciento a lo observado en el ciclo anterior.
El consumo forrajero se estima en 750 mdt y el consumo humano e industrial en 432.6 mdt. Los principales países consumidores serán: Estados Unidos con 26.7 por ciento del total, China con 24.6 por ciento, la Unión Europea con 6.8 por ciento, Brasil 6.2 por ciento y México con 3.8 por ciento.
Por todo lo anterior, y por lo que no sabemos qué sucederá, no hay escapatoria posible para los precios locales, tienen que aumentar, podrían ser mitigados con políticas públicas para proteger a los que más afectan, pero estamos en un entorno de fuertes presiones inflacionarias al que no puede escapar un alimento esencial en nuestro país, como lo es la tortilla.
