Tras cancelación del NAIM, inversión fija en México está en su peor nivel en 15 años
Fue uno de los factores que marcaron la gestión económica del gobierno actual porque mandó una señal negativa y los capitales han respondido con desconfianza.
La cancelación de la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en 2018 fue una de las decisiones más polémicas de la actual administración, y sus repercusiones económicas fueron de largo plazo, hasta la fecha la economía mexicana las padece.
La inversión fija bruta es uno de los principales determinantes del crecimiento económico en un horizonte amplio, debido a que es un indicador de la confianza de los capitales en la economía. El crecimiento en la inversión fija mantiene otros indicadores constantes como alzas en la productividad y en los salarios. En este sentido, la inversión fija está determinada por las ventas, los costos, la tasa de interés y las expectativas económicas.
En México la baja inversión fija es un lastre, en los hechos no se ha recuperado del desplome registrado desde inicios del sexenio, la decisión de cancelar el NAIM ha sido y fue determinante para la caída de la inversión. En los hechos significó una señal de desconfianza de los capitales hacia México, y se mantiene.
Las cifras lo dicen todo
De acuerdo con cifras de Banco Base, el indicador de inversión fija bruta (IFB) de México, muestra a julio de 2022 un crecimiento promedio de 0.29 por ciento mensual y 5.69 por ciento anual, con lo que logró ubicarse por encima de su nivel pre pandemia (febrero del 2020) durante marzo, abril, mayo y junio del 2022. Sin embargo, en julio se observó una caída de 1.40%, por lo que volvió a ubicarse nuevamente debajo del nivel prepandemia.
El análisis del Banco menciona que el deterioro de la inversión comenzó desde antes de la pandemia. Según las cifras ajustadas por estacionalidad, el indicador de Inversión Fija Bruta registró su mayor nivel en los años recientes (111.88 puntos) durante julio del año 2018. Es evidente que el inicio de la caída en la inversión coincide con la victoria del actual Gobierno de México en las elecciones federales del 2018, en las cuáles el partido Morena y sus aliados obtuvieron la Presidencia de la República y la mayoría en el Congreso de la Unión.
Una vez con la victoria y ya iniciada la administración, el Gobierno tuvo la facilidad para implementar políticas económicas no convencionales, que a la vista del sector privado eran perjudiciales para el marco institucional de la economía mexicana. En este contexto, la primera de estas políticas, una de las más controversiales o quizás la más controvertida fue la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
De este modo, al mes de julio del 2022, la Inversión Fija Bruta se ubica 13.56 por ciento por debajo del máximo de julio del 2018 y se encuentra en niveles que por primera vez fueron alcanzados en noviembre del 2007, expone el Banco Base. Es decir, la inversión en México está en su más bajo nivel en 15 años.
En cuanto a los componentes que forman la inversión fija, el que tiene el mayor rezago respecto a su máximo registrado es construcción, con un descenso de 26.18 por ciento, con niveles observados por primera vez en septiembre de 1998.
Al interior, la inversión no residencial muestra una contracción de 34.28 por ciento y la residencial de 22.99 por ciento. Por su parte, la inversión en maquinaria y equipo muestra un rezago de 4.56 por ciento respecto de su máximo, con el deterioro concentrándose en la inversión en equipo de transporte nacional con menos 30.92 por ciento, así como equipo importado con 31.27 por ciento.
Sin inversión no hay crecimiento
El análisis de la institución bancaria señala que los niveles actuales de inversión son preocupantes, pues determinan el crecimiento económico de largo plazo. Sin inversión, no hay forma de crecer de manera sostenida a tasas elevadas, aunque el sector externo impulse a la economía, debido a que se tiene una capacidad instalada que limita la producción.
Si lo medimos por el PIB, la inversión fija ha caído en relación con el tamaño de la economía. Así, al cierre del segundo trimestre del 2022, la formación bruta de capital fijo como porcentaje del PIB fue de 18.7 por ciento, tasa que se ubica por debajo del 18.9 por ciento observado en el último trimestre del año 2019, es decir antes de la pandemia.
Pero lo más destacado es que dicho indicador está muy por debajo del máximo nivel histórico alcanzado en el segundo trimestre de 1994, cuando la inversión fija representaba 23.4 por ciento del PIB. En el año 2008, la inversión volvió a acercarse a niveles de 23.0 por ciento del PIB, pero desde entonces comenzó una clara tendencia a la baja, que la llevó hasta los niveles actuales ubicados entre 18 y 19 por ciento.
La inversión fija tiene un importante componente de capital privado; en este sentido, es un hecho que la lenta recuperación de la inversión se debe principalmente a las empresas, debido a que estas han frenado sus inversiones por la incertidumbre, destacando factores como la inseguridad, cambios en la política económica y recientemente por la limitada producción de energía eléctrica. En el mismo sentido, Banco Base considera que la inversión fija bruta crecerá 4.94 por ciento en el 2022 y 2.27 por ciento en el 2023.
Así, la caída de la inversión fija, especialmente en el sector privado, es un indicador que marcará la gestión económica del actual gobierno; la cancelación del NAIM ha lastrado este indicador y no se observan condiciones para que pueda recuperarse en los próximos años a los niveles previos a la decisión económica más controvertida en años.
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