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Economía

¿Por qué Pemex se convirtió en un barril sin fondo?

13-12-2023, 9:57:16 AM Por:
© Especial

De 2019 a 2023, la compañía ha perdido casi la misma cantidad de dinero que le ha inyectado el gobierno para mantenerla a flote.

Entre 2019 y 2023, el gobierno federal ha inyectado a Petróleos Mexicanos (Pemex) de forma directa recursos por 1.45 billones de pesos en apoyo a su capital, también como estímulos fiscales y otras ayudas.

Lo anterior incluye lo que la petrolera dejó de pagar por la reducción en la tasa del Derecho de Utilidad Compartida (DUC). Un apoyo financiero de tal magnitud no tiene precedente alguno, según las cifras contenidas en un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En este sexenio, también el gobierno federal, en aras de lograr la llamada “soberanía energética”, llevó a cabo diversas acciones que buscaban consolidar el papel de Pemex como la empresa más importante del estado mexicano.

Por tamaño, Pemex sí es la empresa pública más importante del país, pero se ha convertido en un lastre para las finanzas nacionales.

De Deer Park a Dos Bocas

El gobierno federal instrumentó en este sexenio una política energética encaminada a resolver dos cosas: la dependencia energética del país y la grave situación financiera en la que, hay que reconocerlo también, recibieron a Pemex. Pero por dinero no hubo problema.

El 20 de enero de 2022, el gobierno federal anunció con bombo y platillo que había adquirido el 50.05 por ciento de las acciones de la refinería estadounidense Deer Park, ubicada en Texas y en manos de Shell.

Se mencionó entonces que, con dicha adquisición más el incremento de la producción, la soberanía energética sería un hecho al final del sexenio.

Sobre todo, porque también durante este sexenio se lleva a cabo la construcción de la refinería de Dos Bocas en el estado de Tabasco, con un costo total estimado de 16 mil millones de dólares, según informó en noviembre pasado el propio Pemex a la SEC de Estados Unidos, a pesar de que el costo estimado por el gobierno en un inicio fue de 12 mil millones de dólares.

Mención aparte merece la aportación de la refinería a la producción total nacional de petróleo. No hay cifras certeras ni oficiales, a pesar de que a principios de este año, el mandatario mexicano aseguró que para diciembre produciría hasta 340 mil barriles de petróleo.

En conjunto, la adquisición de una refinería en Estados Unidos más la construcción de otra en territorio mexicano, habrían significado un gasto de 16 mil 500 millones de dólares para las finanzas públicas del país durante la presente administración, estos recursos equivalen al 15.71 por ciento de la deuda externa de Pemex, que en números redondos asciende a 105,000 millones de dólares.

Adicionalmente, si convertimos los 1.45 billones de pesos a dólares, tenemos un apoyo financiero histórico para Pemex de 76 mil 316 millones de dólares en números cerrados, equivalente al 72.68 por ciento de su enorme deuda externa.

La danza de números continúa en el apoyo sin precedentes que ha registrado Pemex en este sexenio, tan sólo la reducción del DUC pasará del 65 por ciento en 2019 al 30 por ciento en 2024, jamás gobierno alguno había hecho una reducción de tal magnitud.

Incluso sin querer, los precios internacionales del petróleo se han alineado con los astros de Pemex y pasaron de un promedio de 55 dólares en 2019 a uno de 76 dólares en este 2023.

Todo lo anterior ha sido inútil, la petrolera mexicana perdió de forma acumulada entre 2019 y 2022; es decir en los primeros 4 años de la administración, un total de 1 billón 28 mil 415 millones de pesos, de acuerdo con sus cifras oficiales.

La cantidad anterior es casi el 100% del billón 45 mil millones de pesos que el gobierno federal le ha inyectado en este sexenio. En los hechos, Pemex es un barril sin fondo.

Pero, ¿por qué en medio de un apoyo financiero sin precedente para la petrolera y con las cantidades multimillonarias de recursos públicos para apuntalar a la empresa, su actividad y el negocio petrolero en general con el fin de llegar a la soberanía energética, Pemex se encuentra en tan lamentables condiciones?

Algunas respuestas podrían no gustar en la administración, pero las evidencias son contundentes.

1. El apoyo financiero no significaba productividad ni eficiencia

Los costos de la petrolera no se redujeron y no lo hicieron por una razón que abordamos en el punto inmediato. Pemex no fue administrada como empresa en, crisis sino como una compañía naciente que necesitaba todo el apoyo financiero habido y por haber para su consolidación y crecimiento, la diferencia entre ambos conceptos es abismal.

2. Pemex estaba en crisis en 2018, debía recortarse

El gobierno federal recibió a una empresa petrolera en crisis total, con una deuda externa de 110 mil millones de dólares, era la más endeudada del planeta. La empresa debió recortarse y ajustarse, en aras de volverse altamente eficiente y productiva, no sucedió ni lo uno ni lo otro.

3. El tamaño de Pemex no tiene razón de ser

Hace tiempo, diversos especialistas del sector han señalado el tamaño de Pemex respecto a su eficiencia y productividad.

Recientemente, Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, lo reiteró en un encuentro con periodistas.

“Voy a decir algo que sonará muy duro pero que es la realidad: el tamaño de Pemex no tiene razón de ser”, apuntó la directiva. ” Pemex terminó el sexenio pasado como la petrolera más endeudada del mundo, y así terminará este”.

En efecto, salvo que suceda un milagro, Pemex seguirá al final del sexenio como la empresa más endeudada del sector en el mundo.

El enorme apoyo financiero del que fue objeto este año, sin precedente, habrá servido de poco, a la vuelta de 6 años después la petrolera sigue igual, o quizás peor ya que, de acuerdo con el IMCO, Pemex deberá amortizar en los próximos 4 años el 50 por ciento del saldo total de su deuda.

Entre 2023 y 2027, la petrolera mexicana deberá pagar aproximadamente 53 mil millones de dólares, eso quiere decir que la siguiente administración, sea la que sea, recibirá algo más que una bomba de tiempo.

Y lo peor, ni siquiera logrando la soberanía energética, si así fuera, Pemex sería una empresa viable, no al menos en el plazo inmediato.

Las opciones para la siguiente administración son dos y son muy claras:

a) Seguir apoyando a Pemex y volverle a inyectar una cantidad histórica de recursos públicos para mantenerla viva.

b) Hacer algo con ese barril sin fondo, y ese gigante de papel.

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