Las históricas remesas a México son gracias al bajo desempleo en EU, pero ¿cuánto durará?
La tasa de desempleo en la mayor economía del planeta se ubicó en su nivel más bajo en 54 años, aunque es un tanto ficticio.
El mercado laboral estadounidense vive un momento no visto en décadas; basta consignar una cifra para ilustrar el momento que registra.
De acuerdo con datos del Departamento del Trabajo de ese país, publicadas apenas el viernes pasado, la tasa de desempleo en Estados Unidos registró en enero pasado un nivel de 3.4 por ciento. Se trata de su lectura más baja desde 1969; es decir, el desempleo en esa economía no estaba tan bajo desde hace 54 años.
Cifras así indicarían que la mayor economía del planeta marcha “a toda máquina”, se trata de una extraordinaria noticia para propios y extraños.
Lo anterior, incluso considerando que en Estados Unidos se registró un fenómeno que la historia registrará como “La gran renuncia”, el periodo en el que millones de ciudadanos renunciaron a sus trabajos. También se debe señalar que esta noticia extraordinaria no es tal para los objetivos de la Fed de Estados Unidos, ya que la obligaría a ser más restrictiva, es decir, subir más su tasa de interés, para tratar de “enfriar” a la economía.
Doble fenómeno explica el histórico aumento de las remesas
Cuando llegó la pandemia al mundo, y especialmente a Estados Unidos, se proyectaba que muchos inmigrantes mexicanos se quedarían sin empleo, con repercusiones directas en México por la dependencia de millones de mexicanos en nuestro país de las remesas que mandan los compatriotas que trabajan en el exterior.
Pero no fue así, precisamente porque llegó “La gran renuncia”, el fenómeno en el que millones de estadounidenses dejaron puestos laborales.
En ese sentido, millones más de quienes sí permanecieron en sus trabajos, entre ellos los mexicanos, se volvieron trabajadores esenciales para las empresas y la mayor economía del mundo.
El gobierno mexicano actual suele festejar el incremento histórico de las remesas de los mexicanos que trabajan en el exterior, lo hacen ver como un logro del gobierno, cuando es un fracaso de la política económica del país, presente y pasada.
Sin duda que los envíos de remesas son históricos y significan un monto esencial para el bienestar económico y social de millones de mexicanos en este país, de cientos de comunidades y hasta grandes ciudades. En 2022 estos ingresos provenientes del exterior, que nada tienen que ver con las políticas públicas gubernamentales, totalizaron la cantidad de 58 mil 500 millones de dólares, un nivel sin precedentes.
Más allá, estos ingresos históricos no se explicarían sin el fenómeno arriba señalado; en realidad la tasa de desempleo de Estados Unidos, que se encuentra en sus niveles más bajos de los últimos 54 años, es un tanto ficticia, considerando que millones de ciudadanos permanecen en sus casas todavía, no buscan trabajo y no se sabe cuándo lo harán.
Si en Estados Unidos de repente se volcaran a buscar trabajo todos los que no lo tienen en este momento, habría un fenómeno inverso y seguramente la tasa de desempleo se colocaría en niveles opuestos alcanzando tasas muy altas, no vistas en mucho tiempo.
De acuerdo con las cifras recientes del propio Departamento de Trabajo, actualmente en Estados Unidos existen al menos dos vacantes por cada desempleado, pero hay rubros como los altamente especializados en donde incluso hay hasta 4 vacantes por cada desempleado.
Existen muchas fuentes de trabajo y aún así, no hay solicitantes. La “Gran Renuncia” todavía está vigente y es claramente un fenómeno que ha beneficiado a millones de mexicanos en ese país y en el nuestro, este mismo fenómeno es aprovechado por el gobierno actual que de manera increíble lo utiliza como un logro, como un éxito de alguna política pública.
Al fenómeno de “La Gran Renuncia”, que sin duda ha beneficiado ampliamente a nuestros connacionales, se suma el del consumo incontenible, en realidad este nunca se ha contenido ni siquiera en los peores momentos de la pandemia, ahora con mayor razón ante la reapertura económica.
Este consumo es especialmente sólido y con tasas de crecimiento constantes en rubros como el de servicios, en donde destacan los subgrupos de Ocio y Hospitalidad, ahí es donde de manera especial se desempeñan nuestros compatriotas (casinos, hoteles, restaurantes, casas de alojamiento, parques de diversiones, limpieza en general, etc),
Para decirlo claro: hoy más que nunca Estados Unidos requiere del trabajo de millones de mexicanos que están en su suelo, ya sea de manera legal o ilegal.
¿Hasta cuándo?
Históricamente, los ciclos de la economía de Estados Unidos indican que tras un periodo de bajo desempleo llega el fenómeno inverso, especialmente cuando se presenta una recesión.
En estos momentos, teóricamente, la mayor economía del planeta se encuentra en pleno empleo, así lo dice la bajísima tasa de desempleo, la menor en 54 años.
Pero esto es un tanto ficticio. Como sabemos, hay millones de ciudadanos en ese país que están en sus casas, que por el momento no buscan trabajo, mientras que la economía se enfila a una eventual recesión, o cuando menos a una profunda desaceleración, según las estimaciones de analistas y expertos.
¿Lo podrá resistir la economía?, ¿tendrá la capacidad necesaria para generar los empleos que se requerirían en caso de un regreso masivo de los trabajadores?
Las respuestas son vagas, estamos frente a fenómenos visto pocas veces. Lo que sí es claro es que no podemos dejar que millones de mexicanos sigan cruzando la frontera en busca de oportunidades que acá no tienen.
Si un día en Estados Unidos se dispara el desempleo, los efectos se sentirán fuerte en nuestro país, será el equivalente a un gran terremoto. Y no son pocos los que esperan un escenario así para algún momento de estos “locos años veinte” del Siglo XXI.
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