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Economía

Inflación, el dolor de cabeza en el sexenio de AMLO

04-12-2023, 6:15:00 AM Por:
© Especial

Registró el mayor repunte en décadas y obligó a que generaciones enteras, que no conocían cifras altas de este indicador, lo enfrentaran por primera vez

La inflación de México en el año 2018 fue de 4.83 por ciento anual, en esos niveles la recibió el gobierno actual y durante su primer año completo, es decir en 2019, la tasa de inflación anual llegó a 2.83 por ciento, colocándose como la segunda más baja desde que se tiene registro, solamente por arriba del 2.13 por ciento que se registró en el año 2013.

Hasta ese momento todo iba bien, parecía que la inflación no sería un problema para el gobierno que, hay que decirlo, sorprendía a todos y, contra los pronósticos, asumió la disciplina fiscal como una de sus características. Pero, de pronto, todo cambió.

Pandemia, un antes y un después

Como sabemos, en 2020 la pandemia modificó prácticamente todo en la sociedad mundial y, desde luego en la economía.

México, como casi todos los países en el mundo, reaccionó tarde a los efectos de la pandemia, a pesar de que llevó a cabo los confinamientos casi al mismo ritmo. Lo anterior provocó, entre otras cosas, que la inflación anual en el país “rebotara” a 3.15 por ciento en ese año, pero lo peor estaba por venir.

Fueron los años 2021 y 2022 periodos que quedarán en la historia como los del mayor repunte inflacionaria en lo que va del siglo, al grado de tener que tomar medidas que no se habían observado en décadas, aunque matizadas con otros nombres para evitar comparaciones con el pasado, que de cualquier manera fueron inevitables.

Este repunte inflacionario en México tuvo en sus inicios un componente totalmente foráneo, ya que, en Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed) cometió un error histórico al llamar a los primeros indicios del repunte inflacionario como “transitorios”, y después decir que el mercado había malinterepretado esas palabras; después intentó incluso modificar el significado de la palabra “transitorio”.

En México, el repunte de la inflación llevó a que en 2021 este indicador se colocara al cierre del año en 7.36 por ciento y en 2022 alcanzara niveles de 7.82 por ciento; la tasa de inflación del año pasado fue 2.76 veces mayor a la mínima registrada en el sexenio que, como recordamos, fue de 2.83 por ciento en 2019. Asimismo, se trata del mayor repunte y la tasa más alta desde el año 2000, cuando se ubicó en 8.96 por ciento, una generación entera no había visto niveles inflacionarios tan altos en su vida, con todas sus consecuencias.

Por ejemplo, el repunte de las tasas de interés fue una consecuencia directa del aumento de la inflación, generando otros impactos como el incremento en los costos financieros generales.

La inflación tuvo un componente externo en un inicio, pero después se detectaron factores internos que también impulsaron los precios, algunos de ellos fueron los problemas de producción en el campo mexicano y un repunte inflacionario descontrolado de parte de productores e intermediarios.

La inflación alimentaria fue un factor determinante para el repunte, algunos productos llegaron a crecer a tasa de triple dígito en algunos meses del año 2021 y 2022. Por ejemplo, el precio del maíz tuvo un incremento anual de 45 por ciento en julio de 2021; el precio de la carne de res subió 105 por ciento en agosto de 2022 respecto al mismo periodo de 2021, mientras que el aguacate y otros productos agrícolas subían hasta 70 por ciento, entre julio y septiembre de 2022.

Aunque oficialmente nunca se reconoció, había en el mercado mexicano presiones internas para el incremento de precios, por lo que atinadamente, hay que decirlo, el gobierno federal implementó una estrategia para contener el repunte de precios internos.

PACIC, el pacto que no es pacto

El Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) fue, en la práctica, el regreso de los añejos pactos para controlar los precios, que datan de los años ochenta del siglo pasado.

El gobierno federal se negó a compararlos, señalando que el PACIC era algo totalmente distinto, pero nunca supimos cuáles eran las diferencias. Al final del día, también se trató de un pacto básicamente entre empresarios y gobierno para controlar y bajar la inflación, algo que finalmente se ha logrado, sin olvidar que también el factor externo jugó un papel determinante ya que, en Estados Unidos, la inflación también empezó a ceder hacia el último trimestre del año pasado.

El PACIC fue, en la práctica, una herramienta de control de precios, como lo son por su esencia y contexto todo este tipo de pactos, pero visto en retrospectiva, sí logró el objetivo.

Podría decirse que el PACIC fue más exitoso que sus antecesores, pero también es importante señalar que, a diferencia de los otros, este programa se implementó en un escenario de repunte de la inflación y no en un contexto de hiperinflación como en aquellos tiempos. Además de que, en Estados Unidos, la inflación empezó a ceder y eso se reflejó de inmediato en nuestro país. En la década de los ochenta, México vivía una etapa de inflación estructural que tardó años en ceder.

Inflación estancada, todavía lejos del objetivo

La cifra de inflación de la primera quincena del mes pasado, noviembre, reflejó un nivel de 4.32 por ciento a tasa anual. La inflación parece haberse estancado, y esas no son buenas noticias.

La tasa de inflación más reciente ya está lejos de aquellos niveles máximos alcanzados en otros periodos, pero todavía arriba del objetivo del banco central, ubicado en 3 por ciento anual.

La inflación ha sido un dolor de cabeza en este sexenio, un tanto impulsada por el factor externo, y también por condiciones locales. Puede decirse que el balance resulta más o menos favorable, considerando los niveles actuales y el hecho de que alcanzó lecturas de más del doble. Pero, faltan 10 meses al actual gobierno y en el exterior se habla de que la inflación en el mundo no cederá fácilmente los próximos años.

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