Estos son los 5 problemas económicos que enfrenta China
La hegemonía de China como la segunda potencia global no está en riesgo en el corto plazo, pero estos cinco factores la ponen en riesgo.
China tiene varios problemas y su situación es analizada muy de cerca por los mercados. No es para menos, se trata de la segunda mayor economía del planeta.
En 2023 China creció en 2023 a una tasa de 5.2 por ciento, muy superior al nivel del 3 por ciento que reportó un año antes. En este año esperan crecer, cuando menos a 5 por ciento, pero hay varios nubarrones en el horizonte.
Algunos análisis, como por ejemplo el elaborado recientemente por Natixis, así como expertos citados por la agencia Bloomberg, han delineado lo que son los desafíos inmediatos y de mediano plazo para la economía China.
1. Crecimiento insuficiente
Crecer a tasas de 5 por ciento es insuficiente en China. El gigante asiático creció en otras épocas a niveles de doble dígito, hasta tasas anuales de 15 por ciento, eso es lo que la llevó a ser la segunda mayor economía del mundo.
Aunque ya fue rebasada por la India como el país más poblado del mundo, en realidad la diferencia es mínima entre ambas naciones, de apenas 5 millones de personas, con sus 1,430 millones de habitantes, el crecimiento de China debe ser muy superior a ese 5 por ciento de los años recientes.
Los que siguen el desempeño del gigante asiático desde hace años advierten que el crecimiento estructural de China se está desacelerando, y eso debería preocupar al mundo porque, con los años, podría tener serias implicaciones.
Fijar un objetivo de crecimiento del PIB de 5 por ciento ha sido prometedor para los mercados. Sin embargo, no se esperan cambios relevantes en la agenda de política económica general, para las autoridades chinas, la estabilidad sigue siendo la prioridad frente a los desafíos estructurales y cíclicos.
Pero la ralentización del crecimiento, el deterioro del consumo, la debilidad de sus sectores inmobiliario y financiero, así como el “factor Trump”, suponen desafíos de gran magnitud para el gigante asiático.
2. Consumo estancado o ralentizado
Natixis señala que la economía de China ha estado experimentando una recuperación a dos velocidades desde finales del año pasado.
Una es relativamente fuerte, impulsada por la manufactura, la inversión en infraestructura y las robustas exportaciones. Mientras que la otra es más débil, compuesta por sectores relacionados con el consumo como las ventas minoristas y la inversión inmobiliaria.
En este contexto, la demanda externa ha sido mucho más fuerte que la demanda interna, lo que supone un cambio respecto a las recesiones cíclicas anteriores y la recuperación registrada en otras economías importantes, como la de Estados Unidos.
Como resultado, el sector industrial ha estado reemplazando al inmobiliario como el principal motor de crecimiento de China; esta fuerte demanda industrial, junto con la renuencia del gobierno central a utilizar un apalancamiento excesivo, ha llevado a que las políticas generales de estímulos sean más lentas que en ciclos anteriores, lo que a su vez ha exacerbado las recesiones en los sectores del consumo y la propiedad.
En otras palabras, el crecimiento de China no es homogéneo, de ninguna manera se observa un ciclo positivo generalizado, hay sectores incluso en recesión, lo que habla de una economía enferma. En dicho sentido, el 5 por ciento de crecimiento no solamente es bajo sino incluso puede ser engañoso, impulsado solamente por una parte de la maquinaria, China no avanza “a todo vapor” como en otras épocas y el consumo es un motor dañado.
3. Sector inmobiliario, un riesgo constante
En enero pasado, los precios del petróleo tuvieron varios descalabros debido a que el debilitado sector inmobiliario chino desató las preocupaciones sobre la demanda.
Este sector inmobiliario es una preocupación constante para el mundo, China ha apuntalado varias veces a las empresas más importantes, pero ¿hasta cuándo?
Evergrande era el mayor promotor inmobiliario de China, con cerca de 70,000 empleados a tiempo completo a finales de 2022. Sin embargo, acumuló deudas por más de 300,000 millones de dólares y se convirtió en emblema de la crisis inmobiliaria en China.
4. Sector bancario, una gran incógnita
La crisis inmobiliaria se profundiza justo en el momento en el que China reporta indicadores que dan cuenta de un crecimiento débil, con un consumo trastabillante.
Una víctima directa de esta crisis es el sector bancario, ¿cuál es la exposición del sistema a los riesgos inmobiliarios? Solamente el gobierno chino lo sabe y no lo dirá al mundo. Sin embargo, se teme que una correlación de crisis entre ambos sectores, bancario e inmobiliario, pudieran llevar a China a un gran “Lehman Brothers” en algún momento, algunos dicen que ya ha estado muy cerca y no es ninguna buena noticia.
Pero los problemas de China podrían no ser solamente esos, sino profundizarse más todavía a partir de enero próximo si sucede algo que muchos temen.
5. Trump a la vista
En noviembre se llevará a cabo la elección presidencial en Estados Unidos, el actual mandatario Joe Biden intentará reelegirse a sus 81 años de edad y enfrentará nuevamente al expresidente Donald Trump.
Todavía no hay encuestas sólidas, pero algunos ejercicios hablan de una amplia posibilidad de que Donald Trump podría regresar a la Casa Blanca.
Si lo anterior se concreta, la guerra comercial entre China y Estados Unidos será más profunda; de hecho, se espera una gran ofensiva del republicano por temas pendientes cuando fue presidente, terminar de desmantelar las factorías estadounidenses en territorio chino, así como las de sus aliados, por ejemplo.
Trump se cierne como una grave amenaza sobre China, país que ya de por sí tiene muchos problemas.
La hegemonía de China como la segunda potencia global no está en riesgo en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazo, Japón, la India e incluso Alemania, podrían relevarla de ese sitio, a ver qué es lo que dice en los próximos años el dragón asiático.
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