<style>.lazy{display:none}</style> Este es el error que acabó con los otros Mexican Moments, y que no debemos repetir - Alto Nivel
Buscador
Ver revista digital
Economía

Este es el error que acabó con los otros Mexican Moments, y que no debemos repetir

23-04-2024, 12:03:10 PM Por:
© Foto Arte

En México, la pérdida de las grandes oportunidades que nuestro país ha recibido en los Mexican Moments tienen una característica común.

Una de las máximas de Carlos Slim, el empresario más acaudalado de Latinoamérica, es la de la reinversión: “Las utilidades, así como los ingresos extraordinarios, no se gastan; se reinvierten para generar más riqueza y crecimiento para los negocios“, ha señalado en diversas ocasiones y foros el magnate.

“En época de vacas gordas, se debe ahorrar y reinvertir para generar más desarrollo y también para enfrentar sin grandes sobresaltos las épocas de vacas flacas”, también ha dicho.

Estas frases no solamente son aplicables para empresas e individuos, también funcionan con las naciones. A lo largo de la historia son muchos los países hoy desarrollados que, para llegar a donde están, tuvieron que invertir y reinvertir por décadas, en ciclos constantes que con el tiempo impulsaron sus economías. De hecho, no hay nación desarrollada que no lo haya hecho así, China es el mejor ejemplo y el más reciente, pero no es el único.

Lamentablemente, en México la pérdida de las grandes oportunidades que nuestro país ha recibido en su historia reciente, los llamados Mexican Moments, tienen una característica común que ha llevado al fracaso y evitado que se dé ese paso definitivo hacia el desarrollo.

La dilapidación de los recursos es la constante. Todos los flujos de dinero que el país recibió en esos años se han gastado sin saber exactamente en qué, es altamente probable que se fueron al llamado “gasto corriente”; es decir, al gasto diario, semanal mensual o anual, del gobierno y/o el estado mexicano. Esos recursos debieron destinarse a la creación de infraestructura, a la inversión educativa, a investigación y desarrollo, pero nada indica que se hizo lo anterior.

Gasto deficitario permanente

México es un país con déficit permanente en su sector público; es decir, la administración pública federal siempre gasta más de lo que recibe. Este es un problema permanente para el país, porque un sector público deficitario lleva a un país generalmente deficitario en su balance final, es así como ha sucedido en buena parte de los más recientes 50 años en México.

Fue precisamente en el año 1982 cuando se instrumentó el Programa Inmediato de Reordenación Económica (PIRE). El fundamento teórico de las medidas de saneamiento fiscal impulsadas por el gobierno de entonces: este programa, como varios más a lo largo del tiempo, han sido solamente buenas intenciones.

En un trabajo elaborado para la CEPAL en 1991, el a la postre secretario de Hacienda y Crédito público al inicio de este sexenio (y recién fallecido), Carlos Urzúa, analizó la problemática del déficit constante en el sector público del país, señalando varios de los errores de esa época, y advirtiendo que no deberían permanecer para poder sacar al país de dicho ciclo perverso. Lamentablemente no se le hizo caso.

Un sector público deficitario suele tener como problema constante el gasto corriente, que utiliza para satisfacer en la medida de lo posible su déficit, de ahí que no sea posible destinar recursos para el ahorro, la inversión y la reinversión.

Los gastos

Sería difícil señalar de forma precisa en qué se gastaron los recursos de los otros Mexican Moments, pero el gasto corriente sin duda fue la clave.

Para cuando los mexicanos nos deberíamos preparar para administrar la abundancia, es decir el “Mexican Moment” generado por el aumento de los precios internacionales del petróleo, ya teníamos un problema monumental en el sector público. Un dato lo dice todo: En 1980, el gasto público equivalía al 32.5 por ciento del PIB del país, para 1982, el año en que estalló la crisis económica, esta relación se había incrementado hasta niveles de 44.2 por ciento. Era un gasto público incontenible, seguramente mucho de dicho incremento tuvo que ver con el aumento de esa “abundancia” que nunca pudimos administrar.

Esfuerzos se hicieron, pero en los hechos se tradujeron en pocos resultados, para 1988 el gasto público representó el 37.6 por ciento como porcentaje del PIB. Desde entonces se ha abatido considerablemente, pero no deja de ser un lastre. Tan solo para 2023 la tasa deficitaria fue de 8.9 por ciento, sin duda ya muy lejos de aquellos años de la década de los ochenta del siglo pasado, pero sin que deje de ser deficitaria, con todo lo que significa.

De modo que no es muy difícil imaginar que el gasto corriente “engulló” los recursos que impidieron que México diera ese paso trascendental hacia el desarrollo en momentos clave en los que la economía mexicana jugaba un papel clave en el entorno global. ¿Hoy cómo vamos?

La historia lo dirá

Efectivamente, la historia está por escribirse en este Mexican Moment, pero hagamos un recuento de los recursos que el país ha recibido en estos años para tener una idea del respaldo monetario que el país tiene en este momento histórico, que ojalá ahora sí aprovechemos.

Veamos la Inversión Extranjera Directa: en 2019 el país recibió 32,900 millones de dólares, en 2020 ingresó 29,000 millones, para 2021 fueron 31,622 millones, en 2022 la cifra se ubicó en 27.511.6 millones y para 2023 este indicador quedó en 36.058 millones de dólares. En total, 124,191.6 millones de dólares.

Ahora bien, en remesas tenemos lo siguiente: En 2019 México recibió 36,000 millones de dólares, en 2020 fueron 40,000 millones, para 2021 la cifra quedó en 50,000 millones, en 2022 el monto llegó a 58,000 millones y finalmente el año pasado se recibieron 63,000 millones. En total, 247,000 millones de dólares.

La suma de ambos conceptos, remesas e Inversión Extranjera Directa es de 371,192 millones de dólares en números cerrados, las remesas en parte han crecido por ese impulso a la mano de obra mexicana para los corredores industriales y de servicios generados también por el Nearshoring en Estados Unidos, mientras que la IED también está en la misma tendencia.

Son miles de millones de dólares que explican desde luego la extrema fortaleza del peso mexicano, ¿la historia nos permitirá usar esta cifra o incluso otra mayor como la explicación del salto definitivo de México hacia el desarrollo? Ojalá sí ocurra esta vez.

MÁS NOTICIAS:

autor
Optimized with PageSpeed Ninja