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Economía

El “súper-dólar” amenaza con devastar las economías emergentes

24-10-2022, 9:06:43 AM Por:
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Incluso los ciudadanos de algunos países están tratando de cambiar su dinero por dólares, temerosos de lo que está por venir y de una mayor depreciación de sus monedas.

El dólar excesivamente fuerte, que se robustece cada vez más y lo seguirá haciendo conforme la Fed mantenga su escalada en las tasas de interés, podría devastar a las economías emergentes, es una seria amenaza y no debe tomarse a la ligera.

El dólar estadounidense actual es el más fuerte que se ha visto en las últimas dos décadas. Su valor ha aumentado porque la Reserva Federal ha incrementado drásticamente las tasas de interés para combatir la inflación y porque la salud económica de Estados Unidos es mejor que la mayoría de las naciones industrializadas, a pesar de sus problemas. Es en esencia, la divisa de refugio en los mercados.

Dicha fortaleza se ha convertido en la debilidad del mundo. El dólar es la moneda de facto para el comercio mundial y su fortaleza está presionando las finanzas de docenas de naciones de bajos ingresos, principalmente aquellas que dependen en gran medida de las importaciones de alimentos y petróleo, y piden prestado en dólares para financiarlos. Aunque las naciones emergentes más desarrolladas tampoco la están pasando bien.

Los mayores costos de alimentos y energía, que se exacerbaron debido a la guerra de Rusia con Ucrania, ya estaban perjudicando a los países de mercados emergentes.

El aumento del dólar, cuya fortaleza se mide frente a una canasta de monedas que representan a los principales socios comerciales de Estados Unidos, ha incrementado estos problemas al hacer que sea aún más caro importar productos básicos vitales utilizando monedas más débiles.

El mecanismo

Un dólar fuerte obliga a los países a usar más de su propia moneda para comprar la misma cantidad de productos. El precio más alto significa que están importando inadvertidamente más inflación junto con lo que compran. Adicionalmente, y debido a que piden prestado en dólares, tienen que pagar intereses en dólares, lo que aumenta sus dificultades financieras con un billete verde más fuerte y tasas más altas en la misma moneda. Inadvertidamente (y muchas veces no tanto), este súper-dólar está generando finanzas públicas deficitarias en varias naciones y endeudamiento adicional. El problema es que, con el paso del tiempo, esta posición deficitaria y el endeudamiento mayor será un lastre para las finanzas.

Naciones en problemas

De acuerdo con la agencia calificadora S&P Global Ratings, en lo que va del año cuatro países de mercados emergentes han incumplido sus deudas: Rusia, Sri Lanka, Bielorrusia y Ucrania. Adicionalmente otros diez están en “grave estrés”: Argentina, Líbano, Ghana, Surinam, Zambia, Etiopía, Burkina Faso, la República del Congo, Mozambique y El Salvador.

También, de los 94 fondos de deuda soberana de mercados emergentes que S&P califica en todo el mundo, más de una cuarta parte se clasifican como B-menos o más abajo, una calificación de baja calidad que indica una inversión de alto riesgo.

El daño en las finanzas públicas se traduce en otros indicadores de impacto para el ciudadano común. Aproximadamente 22 millones de personas en Ghana, o un tercio de su población, informaron una disminución en sus ingresos entre abril de 2020 y mayo de 2021, según una encuesta del Banco Mundial y UNICEF. Los adultos en casi la mitad de los hogares con niños encuestados dijeron que se saltaban una comida al día porque no tenían suficiente dinero. Casi las tres cuartas partes dijeron que los precios de los principales alimentos habían aumentado.

A medida que los costos se dispararon durante la pandemia, los gobiernos se endeudaron más. La deuda pública de Ghana creció a casi $60 mil millones desde aproximadamente $40 mil millones a fines de 2019, o casi el 80 por ciento de su producto interno bruto desde alrededor del 63 por ciento, según Moody’s.

Otro ejemplo: en 2016, Ghana pidió un préstamo de mil millones de dólares a 10 años, pagando una tasa de interés de poco más del 8 por ciento. A medida que la situación financiera del país y del mundo ha empeorado y los inversores han retrocedido, el rendimiento, indicativo de lo que ahora le costaría a Ghana pedir prestado dinero hasta 2026, ha aumentado poco más de 35 por ciento.

Es un costo insostenible de la deuda para un país en la situación de Ghana. Pero no es el único país que pasa dificultades, y si piensan que otras regiones como Latinoamérica están muy lejos de esta situación, es un grave error.

Recientemente Jesse Rogers, economista de Moody´s Analytics dijo que el riesgo de una crisis de deuda soberana en algunos mercados emergentes es “muy, muy alto”, al tiempo que comparó la situación actual con la crisis de deuda que aplastó a las economías de América Latina en la década de 1980, la última vez que la Fed trató de sofocar una inflación galopante.

Este año se han retirado más de $80 mil millones de dólares de fondos mutuos y fondos cotizados en bolsa, dos tipos populares de productos de inversión, que compran bonos de mercados emergentes, según EPFR Global, un proveedor de datos. A medida que los inversores venden, Estados Unidos suele ser el beneficiario, lo que fortalece aún más al dólar. 2022 es, por mucho, el peor año de salidas de capital que haya visto el mercado.

Incluso los ciudadanos de algunos países están tratando de cambiar su dinero por dólares, temerosos de lo que está por venir y de una mayor depreciación de sus monedas, pero sin darse cuenta también contribuyen a ello. Para los bolsillos de los mercados emergentes, este es un contexto realmente complejo y uno de los escenarios más desafiantes en la historia moderna.

Latinoamérica en general no está lejos de escenarios igual de complicados, el súper-dólar está presionando las finanzas públicas en prácticamente toda la región.

Ya comentamos cómo la economía de Argentina está en grave estrés, pero hay países como Colombia, Chile, Perú y Bolivia, que no podrán aguantar mucho más un dólar tan poderoso sin sufrir ningún estrago.

¿Y los dos gigantes latinoamericanos?, tampoco se salvan. Brasil y México están endeudadose más, el tamaño de sus economías las hace importar cada vez más inflación y, pese a que sus divisas han soportado relativamente (más el peso mexicano), la tormenta cambiaría, no hay garantía de que no llegue a pasar nada.

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