¿Cuánto crecerían México y Latam si se redujera la violencia y el crimen?
En México, el costo de la inseguridad pública rebasa ya el 1% del Producto Interno Bruto.
Datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, (Envipe) del año 2022, publicada en septiembre pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), muestran que el costo de la inseguridad y la delincuencia en México fue por un monto de 319,100 millones de pesos en ese año.
Dicho costo fue equivalente al 1.08 por ciento del PIB total del país, cifra mayor a la registrada el año previo, cuando se ubicó en 1.05 por ciento. Según el INEGI, lo anterior significó que, tanto en términos relativos como absolutos, el desembolso de la población y de las empresas para hacer frente a la delincuencia fue mayor durante el 2022.
El problema de la inseguridad generada por la delincuencia de todo tipo no es exclusivo de México, se trata de un flagelo que azota a la región y que tiene costos significativos, Latinoamérica en general sería una región con mayor desarrollo económico si el problema no fuera tan grave.
Lamentablemente, la gravedad del problema muchas veces no es reconocida plenamente por causas políticas, pero algunos análisis dejan en evidencia el impacto que se registra en toda Latinoamérica por la actividad del crimen organizado.
Violencia e inseguridad, freno para el desarrollo de la región
En un análisis reciente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que el crimen y la violencia han sido durante mucho tiempo una de las principales preocupaciones de los hogares de América Latina y el Caribe. Es tan grave el problema que la región representa casi la mitad de las víctimas de homicidio intencional del mundo, lo anterior a pesar de que la región representa apenas un poco más del 8 por ciento de la población mundial, según muestran datos de las Naciones Unidas.
Las mismas cifras contempladas en el análisis señalan que la tasa promedio de homicidios en la región es diez veces mayor que la de otros mercados emergentes y economías en desarrollo, además de ser dos veces mayor que la del África subsahariana.
Y dentro de la región existen naciones o subregiones cuya problemática es mayor; Centroamérica destaca como la subregión más violenta, con aumentos anuales en las tasas de homicidio de alrededor del 4 por ciento en las últimas dos décadas.
Con base en las cifras y datos anteriores, el análisis del FMI los aumentos en las tasas de homicidio reducen significativamente el crecimiento económico. En América Latina, los autores del análisis estiman que un aumento del 30 por ciento en las tasas de homicidio (equivalente a una desviación estándar histórica de 1) reducirá el crecimiento en 0.14 puntos porcentuales.
El estudio destaca los diferentes canales a través de los cuales la inseguridad afecta el crecimiento económico. Las estimaciones muestran que la delincuencia obstaculiza la acumulación de capital, al disuadir a los inversionistas que temen el robo y la violencia, y reduce la productividad, ya que probablemente desvía recursos hacia inversiones menos productivas, como la seguridad del hogar y las empresas.
Según el FMI, los beneficios de reducir la violencia pueden ser sustanciales. Según el estudio, reducir el nivel de criminalidad en América Latina al promedio mundial aumentaría el crecimiento económico anual de la región en 0.5 puntos porcentuales, aproximadamente un tercio del crecimiento de América Latina registrado entre 2017 y 2019.
Además, enfrentar la inseguridad allí donde es más prevalente parece tener mayores beneficios. Por ejemplo, cerrar completamente la brecha de criminalidad en los países con las tasas de homicidio más altas podría elevar el crecimiento de su producto interno bruto en alrededor de 0.8 puntos porcentuales.
El gasto por parte de los gobiernos de América Latina se ha incrementado, al menos en naciones como El Salvador y Jamaica, que ya gastan más del 2 por ciento de su PIB en este asunto.
El FMI señala que, si bien este gasto sustancial puede ser necesario para mitigar y disuadir el crimen, también sugiere que la implementación de estrategias más efectivas podría liberar recursos significativos para otras prioridades de gasto.
Para el FMI, la delincuencia es un problema económico y social con consecuencias de largo alcance y una variedad de raíces entrelazadas. Si los gobiernos de la región pudieran priorizar estrategias de lucha contra el crimen más efectivas, estas no sólo mejorarían la seguridad pública, sino también el potencial económico de la región.
Inseguridad, el principal obstáculo al crecimiento en México
El Banco de México lleva a cabo encuestas mensuales para detectar los factores limitantes más representativos para el crecimiento económico. Los resultados son totalmente públicos y es utilizado como referente por parte de inversionistas, analistas y empresas para medir los riesgos asociados a la economía.
Los resultados se dividen en cinco rubros que reflejan los riesgos para cada uno de ellos, dichos rubros son: gobernanza, inflación y política monetaria, condiciones económicas internas, condiciones externas y finanzas públicas.
En el rubro relacionado con la gobernanza, el tema de la inseguridad ha sido tomado en cuenta por años, pero desde hace tiempo ha incrementado su importancia; prácticamente a lo largo de todo este año, los problemas de inseguridad pública son el principal factor de riesgo para el crecimiento económico en México.
Por años, la corrupción, la incertidumbre política interna, la impunidad y la falta de estado de derecho fueron factores que predominaron como los de mayor riesgo, pero desde mediados de 2022, la inseguridad pública se colocó como el principal y desde entonces no se ha movido, en realidad lleva más de un año como el principal obstáculo económico.
La inseguridad en general y fenómenos tan particulares como el crimen organizado y la delincuencia de todo tipo impactan también en la economía tanto de México como de toda la región, quizás por eso, por beneficio económico, valdría la pena tomar cartas en el asunto y ver el fenómeno en toda su dimensión y sus costos, sobre todo ahora que vendrán ofertas políticas para el próximo año.
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