Así es como una guerra comercial EU-China le pegaría a México

Sería fácil dar respuesta a la pregunta con una sola palabra muy conocida desde hace varios años: globalización. Es una respuesta obvia y cierta ya que en efecto la globalización provoca que ningún indicador o economía quede aislada de los efectos que se derivan de algún fenómeno o problema.

Pero es necesario ir más allá, porque señalar solo a la globalización como la causa directa deja de lado otros factores que son muy importantes y mucho más profundos; la guerra comercial que en estos momentos libran Estados Unidos y China le puede pegar duramente a México, o puede incluso beneficiar, todo dependerá de los acontecimientos.

Donald Trump dijo el domingo por medio de Twitter que planeaba imponer “pronto” aranceles del 25 por ciento a productos chinos, por otros 325 mil millones de dólares, abarcando todo lo que China envía a Estados Unidos. Este lunes funcionarios estadounidenses dijeron que el viernes a las 12:01, hora del este de Estados Unidos, el gobierno incrementará los aranceles del 10 por ciento al 25 por ciento. Lo que confirma el anuncio previo del presidente sobre esos planes, toda vez que el mandatario expresó su frustración con el ritmo de las negociaciones. La lista incluye productos tan diversos como guantes de béisbol, aspiradoras y alarmas para viviendas.

Se espera que una delegación comercial china llegue el jueves 9 de mayo a la capital de Estados Unidos para reanudar las negociaciones, un día después de lo programado originalmente y apenas unas horas antes de que se impongan las sanciones arancelarias. Mientras tanto estos días se esperan fuertes altibajos en los mercados de valores del mundo; en México el principal indicador accionario de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) liga ya 10 sesiones negativas y una causa de esto es la incertidumbre en torno a las negociaciones entre China y Estados Unidos.

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Estas son algunas causas por las que este conflicto comercial impactaría en nuestro país, aparentemente ajeno al enfrentamiento:

1) Aunque las sanciones arancelarias son para los productos chinos, automáticamente se incrementan los temores de que las políticas proteccionistas de Estados Unidos pudieran profundizarse en cualquier momento y se extiendan a otras naciones; algo similar ha ocurrido en otras ocasiones ya que la señal que busca mandar el gobierno estadounidense es de intolerancia comercial frente a cualquier país, eso incluye a los principales socios comerciales.

2)  A nivel empresarial, los obstáculos para ingresar al mercado estadounidense por parte de las compañías chinas beneficiarían teóricamente a las de otros países ya que podrían sustituir la demanda. Pero, si bien el mercado estadounidense es grande tampoco es inmenso, China es una potencia capaz de impactar en subsectores y provocar distorsiones en los mercados globales, eliminando posibles beneficios para otros países.

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3) China profundizaría su presencia en otros sectores económicos alrededor del mundo, para las naciones emergentes serán momentos de mayor competencia; la guerra comercial China-Estados Unidos es como el equivalente a una guerra mundial. pero en el terreno comercial y los primeros años no hay vencedores ni vencidos.

4) Estos probables efectos comerciales se traducen en presiones sobre las divisas involucradas y como una de ellas es el dólar entonces las noticias son muy malas para economías como la de México y su moneda. Es imprevisible lo que pudiera suceder, pero una alta dosis de volatilidad no se evitaría. En primera instancia el dólar estadounidense se debilitaría y arrastraría a las monedas de sus socios comerciales debido a que es el país más importante del bloque comercial que representa. Posteriormente estas monedas, la de México y Canadá, podrían recuperar terreno si ceden las presiones globales.

5) También las bolsas de valores del mundo caerán en las redes de la volatilidad al percibir un mayor riesgo financiero y económico. En las últimas sesiones esta incertidumbre ya golpea en Nueva York y en México; en nuestro país el principal indicador bursátil de la BMV lleva 10 sesiones negativas en fila.

6) China no se quedará sin proveedores alternativos de productos y en la mayoría de los casos México no sería una opción por su elevada dependencia comercial con Estados Unidos y su consecuente incapacidad para generar más comercio con otros mercados. Es decir, la diversificación comercial de México quedará para mejor ocasión.

7) También los mercados agropecuarios tendrán repercusiones, China es proveedor de Estados Unidos, pero al mismo tiempo requiere de productos, es un equilibrio en el que tanto la demanda como la oferta se verían afectadas y por lo tanto productos como arroz, soya, trigo, etc., reflejarían las presiones en sus precios internacionales y en cada país del mundo.

8) Los sectores industriales no son la excepción; productos como el acero, cobre, plata, etc., se vuelven más volátiles; estamos frente a un riesgo muy elevado. Los grandes productores industriales tienen pedidos y proyectos que requieren de certidumbre. Es posible un repunte de la inflación global por este factor.

9) Hay un elemento que podría abonar al optimismo en las próximas horas, que son cruciales; siempre se ha dicho que una guerra comercial no conviene a ninguno de las dos naciones y por supuesto tampoco al mundo, de modo que estos impactos previsibles podrían abonar a una solución. Por ejemplo, las empresas tecnológicas de Estados Unidos están muy vinculadas a las necesidades del gigante asiático, Silicon Valley en Estados Unidos no se explica sin el enfoque hacia el mercado más grande del planeta.

10) Estas serán horas cruciales, el próximo jueves antes de la medianoche del este de Estados Unidos deberá haber noticias positivas, es la apuesta de los mercados financieros por el momento, si bien los amagues de guerra comercial son cada vez más directos y agresivos, existe confianza en que las dos potencias tienen mucho que perder y no se lo permitirán: En el estricto terreno comercial, China tiene más que perder por todo lo que le vende a Estados Unidos, se calculan más de 700,000 millones de dólares, pero al mismo tiempo este país tiene el mercado de consumo más grande del mundo, algo que no se modificará en lo que resta del siglo a pesar del crecimiento de mercados como La India y Pakistán.

En el fondo, los dos países están envueltos en una férrea disputa en torno a los intentos de Beijing por posicionar a compañías chinas en el liderazgo mundial de industrias como la robótica y los vehículos eléctricos, y las medidas que por su parte toma Estados Unidos para evitarlo.

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Antonio Sandoval