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Violencia en estadio de Querétaro: Un nuevo horror producto de la impunidad

10-03-2022, 7:48:55 AM Por:

Sabedores de que 98 de cada 100 delitos no se castigan, los grupos violentos ya actúan sin contención, afirma la antropóloga Rossana Reguillo.

Abandonada por lo que debería ser un Estado democrático y constitucional de derecho, la sociedad mexicana se encuentra atemorizada y actúa como una víctima silenciosa ante las escenas de violencia que se padecen en el país.

Por eso los hechos del pasado sábado, registrados en el estadio de Querétaro, implican un paso más en el horror que ya es cotidiano, un límite que no habíamos pasado, y que nos transmite que cualquier grupo delincuencial puede hacer lo que sea, gracias a la impunidad, considera la antropóloga Rossana Reguillo.

La violencia extrema con la que actuaron varias decenas de personas en el estadio Corregidora, dejando un saldo de 26 heridos, también “es un mensaje de violencia disciplinante”, pues a los agresores no les importó la luz del día, ni las grabaciones de su actuación que, casi en directo, fueron transmitidas por los testigos de los hechos.

Entrevistada por ALTO NIVEL, la también investigadora y profesora emérita del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) argumenta que el grupo que irrumpió en contra de aficionados del Atlas no tuvo intención de ocultar sus acciones, “al contrario, era como hacer una exhibición de ese poder letal y de esa violencia”.

La consecuencia de estos lamentables hechos es clara: “Ya no hay espacio social a salvo”, pues lo ocurrido en el estadio de Querétaro ya rebasó incluso las formas que guardan los sicarios de la delincuencia organizada, “que buscan de alguna manera dosificar la entrega del horror”, sentencia Reguillo.

Impunidad como origen

Contrario a lo que expresa el presidente Andrés Manuel López Obrador, la pobreza en este caso no es la generadora de la violencia, sino el amplio manto de impunidad que existe en nuestro país, donde 98 de cada 100 delitos quedan sin castigo.

La impunidad “es uno de los elementos que han carcomido a este país desde hace años, y que se va incrementando en este último sexenio, en esta última administración, en el sentido de que los perpetradores saben que no pasa nada”.

Las desapariciones, los feminicidios, los secuestros de jóvenes y adolescentes, las ejecuciones, todo ocurre “porque no hay consecuencias”. Esto indudablemente “ha contribuido ha generar un contexto en el que no hay contención ninguna” de parte de quienes delinquen violentamente, enfatiza Rossana Reguillo.

Sobre la respuesta presidencial a los hechos, en la que el mandatario mexicano apuntó que lo vivido en Querétaro es parte del pasado neoliberal de nuestro país, por lo que se hace necesario seguir moralizando a la sociedad, Rossana Reguillo expresa su indignación.

“Eso no se resuelve con la moralización, ahí lo que se necesita es una respuesta ejemplar del Estado de derecho por supuesto”, argumenta la antropóloga.

Sociedad resignada

Experta en el tema de las violencias que se viven entre los jóvenes mexicanos, Reguillo lamenta que en México estamos padeciendo como sociedad una cultura de la resignación, y esto no es solo por los altos índices de delincuencia e impunidad, sino también por la connivencia y mala actuación de las autoridades.

“El problema es que hemos desarrollado una especie de síndrome de Estocolmo, estamos secuestrados y secuestradas por maleantes a nivel formal, maleantes que dirigen instituciones, hasta maleantes del crimen organizado, y hemos desarrollado una especie de resignación” en la que socialmente se cree que ya no hay nada más que hacer.

Si bien en México, en los últimos 15 años, hemos tocado muchos puntos de inflexión con diversos hechos violentos, lo ocurrido en el estadio Corregidora nos debería tener a todos en la calle protestando. En contraste, lo que vemos es una inacción de la sociedad, porque “se ha ido minando la capacidad de respuesta, se ha minado la capacidad social para salir del lugar de la víctima”.

Miedo social

Por todos estos factores, la violencia en el estadio de Querétaro es una manifestación agravada de las diversas violencias que se padecen en amplias zonas del país, donde también hay un dominio territorial que ejercen los grupos delincuenciales. Todo esto propicia “un efecto de mejor me callo” como ciudadano.

“Sí hay un repliegue que se explica por el temor, (…) por el amedrentamiento y el pánico en el que muchas poblaciones viven”. Se trata de un miedo paralizante y absoluto que nos ha traído como consecuencia “la pérdida de la condición de ciudadanos activos”.

Rossana Reguillo considera que en México “la víctima ha sustituido al ciudadano”, somos un país de víctimas en donde ya no existen, salvo en contadas excepciones, organismos y grupos que puedan protestar de manera efectiva.

La violencia del crimen organizado, y de la delincuencia en general, ha “logrado domesticar nuestra capacidad de respuesta” social, dice Rossana Reguillo. Por ende, además de la necesaria aplicación de la ley, “se requiere que haya ciudadanía” que exija.

Para ello “hay que fortalecer la creación de actores capaces de exigencia”, pues actualmente el problema es que no hay quién le pida cuentas al gobierno, en tanto este minimiza hechos como el del estadio Corregidora, culpando al pasado, en vez de condenarlos de manera enérgica, y responder en consecuencia.

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autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
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