Buscador
Ver revista digital
Actualidad

Deudores de pensión alimenticia, una más de las violencias que afecta a millones de mujeres en México

08-03-2023, 9:44:21 AM Por:
© Especial

Los hombres que incumplen sus responsabilidades paternales no solo son omisos, sino agresores económicos de sus exparejas y descendientes.

Es una práctica que se justifica y tolera en muchas familias, incluso en amplios sectores se ha normalizado como si se tratara de un inocente descuido, en realidad es uno más de los tipos de violencia que padecen millones de mexicanas: Los deudores alimentarios la ejercen no solo en contra de las mujeres, sino también de generaciones enteras que en nuestro país viven con un padre ausente que se desentiende en todos los sentidos de sus hijos.

Incumplir con la responsabilidad de manutención propicia daños económicos y, sobre todo, una afectación psicológica que deja huellas de por vida, pues los menores de edad que no reciben pensión alimenticia tampoco suelen tener convivencia con el hombre que es su padre.   

“No es normal que los señores embaracen a mujeres y las abandonen, como tampoco es normal que los hombres se desentiendan de su responsabilidad paternal”, afirma Diana Luz Vázquez Ruiz, mujer activista que promueve la Ley Sabina, una iniciativa que incluye varias reformas legislativas que buscan endurecer las sanciones en contra de los deudores alimentarios.

El abandono paterno con respecto a sus hijos afecta a por lo menos 35 millones de madres en México, lo que significa, aclara Vázquez Ruiz, que hay 35 millones de hombres que procrearon hijos y que están ausentes.

“Esa es la realidad de este país, en donde estos señores están impunes, ocupan cargos públicos, la ley los beneficia porque son leyes patriarcales, porque para una mujer de a pie iniciar una demanda de paternidad, de reconocimiento, o de pensión alimenticia, implica gastar dinero que no tenemos, implica salir de nuestros trabajos para poder ir a las audiencias e implica hasta padecer revictimizaciones”, enfatiza.

Las frases que suelen escuchar las mujeres que logran demandar a sus exparejas, incluso en los Juzgados familiares, son parte de la cultura machista que se vive en México: “Usted está joven y puede trabajar”, “Tenga dignidad, para qué le pide”, “Va a estar bien difícil que el señor le pague”.

Es decir, además de que no funciona el sistema de justicia, institucionalmente a “las mal llamadas madres solteras” se les ubica en una posición de menor jerarquía como si sus derechos y los de sus hijos fueran menos importantes que aquellos que tienen garantizados los hombres.

Por eso Diana Luz es tajante: A las mujeres que reclaman pensión alimenticia para sus hijos no se les debe llamar madres solteras, ni madres divorciadas, o la ofensiva palabra de “dejadas”, pues el estado civil de una mujer no tiene nada que ver con su maternidad.

“Estamos en una situación de vulnerabilidad ante instituciones que no están dimensionando esta problemática social, que no le ponen interés en la resolución de las sentencias de estos señores, que puedes pasar 10 años, 15 años, en búsqueda de una pensión alimenticia”, lamenta la activista, quien es madre de Sabina, una niña de cinco años cuyo nombre ahora identifica a la reforma legal que impulsa Diana Luz Vázquez.

Deudores impunes

El conjunto de cambios legislativos propuesto en la Ley Sabina incluye que los deudores alimentarios sean ingresados como tales en el Buró de Crédito, y que todas las entidades del país cuenten con un registro público que exhiba a quienes incumplen con la obligación económica que se genera con los hijos.

La propuesta, que está dirigida a los Congresos de los estados y al Poder Legislativo federal, también plantea la creación de un Registro Nacional de deudores alimentarios, y que el Estado mexicano implemente un laboratorio genético para el reconocimiento de paternidad.

El Registro debe ser público, apunta Diana Luz, pues la intención es inhibir la conducta y la impunidad que prevalece entre los progenitores que no pagan alimentos, el término jurídico para la pensión que deben recibir los hijos, y que no solo incluye comida, sino también casa-habitación, vestido, educación, asistencia médica, recreación y esparcimiento.

Hasta ahora en México hay 22 registros de deudores alimentarios, aunque solo ocho están en operación, pero no de manera pública, cuando en realidad debemos saber “con nombre y apellido quiénes son, en qué estados están, cuántos infantes tienen, desde cuando en abandono, cuánto deben, así como el registro de violentadores políticos que administra el INE que tú puedes consultar con un clic” en internet, explica.

Además, la Ley Sabina igualmente propone que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público investigue a los deudores alimentarios, sobre todo a aquellos que se declaran insolventes para incumplir con sus obligaciones.

“Si la UIF le entra me parece que pudiéramos estar avanzando”, dice Vázquez Ruiz, quien también formula la posibilidad de que el gobierno federal, específicamente la Secretaría de Relaciones Exteriores, le niegue el pasaporte a los deudores alimentarios.

No solo es violencia económica

Para Diana Luz, “maternar en México es casi imposible”, es un acto de resistencia si lo haces en solitario, pues además de la violencia económica, la omisión de las responsabilidades alimentarias deja una huella que perdura toda la vida.

“El daño no solo es económico, no solo es que las madres tengan que ver cómo le hacemos para sacar adelante a nuestros hijos, con dobles, con triples jornadas, (…) sufrir un abandono por parte de un padre que dice que no eres su hijo o hija pues implica heridas profundas”, apunta.

Por eso el camino por andar en México es cuesta arriba, considerando que -en términos socioculturales- las deudas alimentarias, y la negativa para reconocer a los hijos se han normalizado, como si se tratara de una anécdota que sirve de reafirmación de la masculinidad.

En contra de esta situación la Ley Sabina ha encontrado oídos receptivos entre los diputados locales de Michoacán, la Ciudad de México, y Yucatán, aunque también hay posibilidad de que las reformas propuestas por Diana Luz Vázquez se analicen en los Congresos de Veracruz y el Estado de México.

MÁS NOTICIAS:

autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
Comentarios