Ya hay principio de acuerdo por techo de deuda en EU y así beneficiará a México
La posibilidad de un impago no estaba contemplada, a nadie convenía dentro ni fuera de Estados Unidos.
Este fin de semana continuaron las negociaciones entre el gobierno de Estados Unidos y el presidente de la Cámara de Representantes del país, Kevin McCarthy, para ampliar el techo de deuda.
Todo indica que habrá buenas noticias para los mercados y la economía no solamente estadounidense, sino las de todo el mundo, incluyendo a México.
Esta semana que inicia será decisiva. De hecho, según los medios que reportaron el fin de semana un supuesto principio de acuerdo entre las partes, señalaban que el miércoles 31 será votada en el Congreso, lo que terminaría con cualquier posibilidad de crisis adicional en esta economía. Incluso se espera un inicio de semana altamente optimista en los mercados financieros globales.
México está amarrado al futuro de la economía estadounidense lo quiera o no. Hay que reconocer que este principio de acuerdo aclara un poco más el panorama económico en nuestro país, al menos en el corto plazo.
Estos serían los acuerdos preliminares alcanzados este fin de semana, según algunos medios con alta credibilidad como Bloomberg; y desde nuestro punto de vista, los beneficios para México.
Incremento a deuda hasta 2025
Según el republicano Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el principio de acuerdo contiene reducciones históricas del gasto, reformas consecuentes que sacarán a la gente de la pobreza y la incorporarán al mercado laboral. También corrige las extralimitaciones del Gobierno. No hay nuevos impuestos ni nuevos programas gubernamentales.
El acuerdo permite incrementar el límite de más deuda hasta enero de 2025, pero habrá límites en el gasto durante dos años.
Se protegen los programas críticos para los trabajadores y para hacer crecer la economía.
Mantendrán el gasto no destinado a defensa prácticamente estable el año que viene y lo aumentarán solamente 1% en 2025.
Se ponen límites a lo que se conoce como gasto discrecional; es decir, el dinero que el Congreso asigna cada año para financiar agencias y programas federales.
Dichas restricciones no se aplican a programas obligatorios como Medicare (sanidad) y la seguridad social.
Hay un punto de acuerdo para debatir si el gasto en defensa sube 3.3%, como pide Biden en su propuesta de presupuesto.
Un amplio número de programas federales se enfrentarán a recortes presupuestarios el próximo año, ya que no habrá ningún aumento para tener en cuenta la inflación.
Se introducen requisitos laborales (como trabajar o estar dispuesto a hacerlo) para recibir ciertos subsidios contra la pobreza, especialmente las ayudas para alimentos.
Estos apoyos, en lugar de exigirse hasta los 49 años, se extenderá a los 54 para personas sin hijos.
También habrá excepciones para poder brindar apoyo a veteranos y grupos vulnerables, como las personas sin hogar.
Se prevé el recorte de 10,000 millones de dólares de un aumento presupuestario de 80,000 millones para la agencia tributaria (un equivalente del SAT en México).
Se aprueba un amplio plan para acelerar la aprobación de proyectos energéticos con cambios de gran calado en la Ley Nacional de Política Medioambiental, que tiene 53 años de antigüedad.
De aprobarse el plan el próximo miércoles, sería la ocasión número 79 en la que Estados Unidos aprueba el aumento al límite de su deuda soberana desde 1960.
Los beneficios para México
Para México este acuerdo es una buena noticia, de las que ya hacían falta.
Se disipa el riesgo de una recesión provocada, que no es lo mismo que una recesión inercial.
El dólar se fortalecerá en el corto plazo, seguramente el peso seguirá apreciándose y abonará al abatimiento de la inflación.
Previsiblemente la economía estadounidense recuperará la tracción poco a poco, con los efectos positivos para su similar mexicana por el aumento de las exportaciones desde este lado del río bravo.
Las remesas hacia México mantendrán su dinamismo, o posiblemente lo incrementarán.
Tal como anticiparon desde un momento las partes negociadoras, la posibilidad de un default no estaba contemplada, a nadie convenía dentro y fuera de Estados Unidos.
Hoy podemos hablar de una muy buena noticia para la economía global; lamentablemente, sigue “pateándose, el bote”, ahora para enero de 2025, cuando seguramente el mundo volverá a llenarse de incertidumbre.
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