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¿Por qué nos gustan los juegos en el smartphone?

02-10-2014, 2:07:46 PM Por:
¿Por qué nos gustan los juegos en el smartphone? fifu

Seguramente tiene más de un juego instalado en tu teléfono y por más atareado que estés no puedes dejar de jugarlo, ¿por qué?

Invertir unos cuantos dólares o pesos para evitar que tu “aldea” o “reino” sean atacados mientras estás en una junta, o para tener más recursos y expandirte, junto con una sensación de dependencia y euforia parecida a la que se vive en las casas de apuestas, son algunos de los resultados de cuando las estrategias de marketing se juntan con una aplicación que más que un juego, te representa un reto.

Éste es el caso de algunos de los videojuegos que descargaste en los últimos meses y que seguramente aún conservas en tu smartphone.

Durante el Congreso Mundial de Telefonía Móvil de Barcelona celebrado a inicios del 2014, se explicó que la adicción a juegos como Angry Birds, Candy Crush y Flappy Bird, el famoso juego que terminó por ser retirado de la App Store, se debe a la integración de procesos propios del marketing a los videojuegos para móviles.

“Lo que hemos hecho es integrar mejor en los juegos los procesos de reflexión y las habilidades de marketing y de venta”, explicó Nicholas Lovell, autor del libro The Curve.

De acuerdo con Lovell, la adicción y fidelidad que los jugadores tienen a estos juegos es toda una escuela para las empresas, ya que están logrando importantes sumas de dinero mediante descargas que para los consumidores son gratuitas en primeras instancias.

“Desde videojuegos, hasta música, Internet ayuda a las empresas a forjar relaciones directas con una vasta audiencia global mediante la construcción de comunidades y la oferta de productos y experiencias personalizadas”, agrega Lovell en su libro.

Como ejemplos de esta práctica, el autor coloca a Trent Reznor y su banda Nine Inch Nails, con “Ghosts I-IV“,  disco que presentó como descarga digital gratuita y que consiguió que 2,500 fans solicitaran una copia en físico.

El segundo ejemplo es Bigpoint, un desarrollador de videojuegos independiente, que con el lanzamiento de tres títulos logró que tan sólo 23,000 de los 130 millones de usuarios de estos videojuegos les dieran 80% de sus ingresos.

“80 millones de dólares que provienen de 23 mil usuarios que gastaron su dinero para actualizar su arsenal juego a juego”, detalla en su libro.

Por otro lado, Brian Blau, analista de Garner, explica que estos juegos provocan cierto nivel de dependencia, al nivel de la provocada por las apuestas, sin embargo, no lo considera peligroso o dañino, ya que “la mayor parte de la gente quiere sobre todo, seguir jugando”.

Después de Angry Birds

Angry Birds comenzó la conquista de todos nuestros dispositivos electrónicos desde el 2009, cuya temática sólo trataba de algunos pájaros enojados, sin alas, que esperaban a ser catapultados para vengarse de los cerdos que habían robado sus huevos.

Luego de este videojuego siguieron sus adaptaciones, de paisaje y ubicación, hasta terminar en 11 versiones que incluyen Angry Birds Space o Angry Birds Star Wars.

Para 2012 la saga de Angry Birds ya tenía más de 1,000 millones de descargas y la mercancía derivada de sus personajes ya representaba el 30% del total de ingresos de Rovio, la compañía finlandesa que creó a los pajaritos enojados.

¿El motivo del éxito? La generación de gratificaciones instantáneas:

“Es como una experiencia muy directa. Sus controles directos y su gratificación instantánea. Logras una especie de sensación visceral”, dijo Ville Heijari a CNN respecto a su éxito.

Candy Crush, la dulce adicción

En 2013, hubo usuarios de smartphones que experimentaron dolores de cabeza, espalda y brazos debido a que pasaban más de ocho horas tratando de alinear tres dulces del mismo color y pasar al siguiente nivel de un juego que hacía recordar a los tragamonedas de los casinos.

“Estos logros se perciben como mini recompensas en el cerebro, liberando dopamina y aprovechando el mismo neurocircuito implicado en la adicción, para reforzar las acciones”, explica Dana Smith, columnista de The Guardian, respecto al fenómeno de Candy Crush en los usuarios que lo descargaban en sus dispositivos.

“Era demasiado adictivo”

El último de estos fenómenos fue protagonizado por Dong Nguyen, un desarrollador de aplicaciones de 29 años y creador de Flappy Birds, que en su momento llegó a ser considerado como la competencia más fuerte de Angry Birds.

Flappy Birds fue lanzado el 24 de mayo del 2013 y  alcanzó ingresos publicitarios del orden de 35,000 euros diarios (unos 44,394 dólares), adicional a lo desembolsado por los adictos al videojuego.

Todo empezaba con remover los anuncios en el juego, los cuales desaparecían una vez que pagabas 99 centavos de dólar dentro de la aplicación.

Sin embargo, la fama de este videojuego, descargado en más de 50 millones de terminales de Android, terminó en febrero de este año, al ser sacada de las tiendas de aplicaciones por su propio creador:

“Pasó a convertirse en un producto adictivo, creo que se ha convertido en un problema, lo mejor es acabar con Flappy Bird. Se ha ido para siempre”, dijo Nyugen a la revista Forbes.

Sin embargo, ésa no fue la última noticia que tendríamos de Nguyen y sus juegos durante 2014.

El 21 de agosto apareció tanto en la tienda de aplicaciones de iOS y como en la de Android un juego llamado Swing Copters, del mismo desarrollador de Flappy Bird, lo que explica el enorme parecido que tienen ambas aplicaciones móviles.

En seguida se volvieron virales en redes sociales los marcadores más altos a los que la gente llegaba en el juego, cuya mayoría no sobrepasaba el nivel cuatro, sin embargo, a más de un mes de su lanzamiento aún no se dan a conocer las primeras cifras de las ganancias que pudo haber tenido Nguyen por su nueva creación.

¿Cuál es tu juego favorito?¿Cuánto tiempo le dedicas a estos juegos en tu smartphone o tablet? ¿Crees que te has vuelto adicto a estos juegos?

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autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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