Realidad virtual, sofisticada fuente de innovación

El Centro de Desarrollo Ford crea automóviles por medio de software utilizado en películas como Star Wars.

La Sala de Realidad Virtual Ford es un espacio compuesto por proyectores de video, un súper calculador de imágenes en tiempo real, un sistema de restitución sonora en 3D y un sistema de navegación, que con el auxilio de un sombrero electrónico y unas gafas estereoscópicas permiten experimentar la sensación de conducir un auto a través de un mundo imaginario gracias a la tecnología Virtual Review o iVR.

Y Ford no es la única empresa que está empleando esta tecnología en el desarrollo y diseño de sus futuros modelos. General Motors, Mercedes-Benz, Renault, Volkswagen y PSA Peugeot Citroën también lo están haciendo.

Una herramienta sin igual
Ubicarse directamente en el interior de la cámara de combustión de un motor o en la línea de montaje de una planta de producción eran escenarios inimaginables hasta hace unos años. Hoy la realidad virtual abre nuevas vías para reducir el tiempo de gestación de un vehículo, controlar costos de desarrollo y multiplicar las posibilidades creativas de diseñadores, al permitirles crear un sinfín de variantes de un mismo diseño en menor tiempo y sin haber construido un solo modelo real.

Por su parte, Mercedes-Benz cuenta en su centro tecnológico de Sindelfingen, Alemania, con una sala de inmersión de tipo CAVE (Ambiente Virtual Asistido por Computadora), que crea la ilusión de una inmersión completa en un contexto virtual. Esta sala ofrece la posibilidad de ensayar múltiples soluciones de desarrollo y diseño, lo que minimiza al máximo la utilización de prototipos para la gestación de un nuevo modelo.#ADJUNTOIMAGENCHICO01#

El CAVE cuenta con un sistema de retroalimentación de fuerza, también conocido como interfaz háptica, mecanismo por medio del cual el usuario puede interactuar con un entorno virtual al experimentar sensaciones perceptibles al tacto. El sistema se compone de una estructura mecánica articulada, equipada con motores y sensores conectados a los dispositivos electrónicos de a bordo. El usuario toma con la mano el extremo de la estructura y la desplaza libremente, tanto en el mundo real como en la escena virtual. Cuando la mano virtual entra en contacto con un objeto digital, envía una corriente eléctrica a los motores, que simulan el contacto real… Sin duda, la realidad virtual se aleja de la ciencia ficción para acercarse cada vez más a nuestra realidad cotidiana.

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