¿Qué es una tanda y cómo funciona? Piénsalo antes de unirte a una
La popularidad de las tandas radica en su simplicidad y en que no requieren la intervención de bancos ni trámites complicados, ¿pero cuáles son sus riesgos?
Ahorrar dinero puede ser un desafío, especialmente cuando no tenemos un sistema o método que nos motive. Para muchas personas, las tandas se han convertido en una forma sencilla y accesible de lograrlo.
Aunque las tandas son un instrumento financiero para capitalizarte, se trata de un ahorro informal en el que se involucran familiares, amigos, compañeros del trabajo u otros grupos, donde se asignan turnos y cada quien cumple con lo que le corresponde, por ende, cada quien recibirá la cantidad que le toca.
Sin embargo, antes de unirte a una tanda, es importante entender cómo funciona, cuáles son sus riesgos y si realmente vale la pena. Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber.
¿Qué es una tanda y cómo funciona?
Una tanda es un sistema de ahorro colectivo en el que varias personas se comprometen a aportar una cantidad fija de dinero durante un período determinado. Cada participante tiene asignado un turno para recibir todo el dinero acumulado por el grupo, lo que lo convierte en una especie de “mini préstamo” rotativo sin intereses.
Por ejemplo, si diez personas acuerdan aportar 1,000 pesos al mes durante diez meses, cada mes una persona recibirá los 10,000 pesos reunidos. El orden para recibir el dinero se define al inicio y puede ser por sorteo o acuerdo.
La popularidad de las tandas radica en su simplicidad y en que no requieren la intervención de bancos ni trámites complicados. Además, fomentan la disciplina del ahorro entre personas que, de otra forma, podrían gastar ese dinero sin pensarlo.
¿Cuál es el truco de las tandas?
El truco de las tandas está en la confianza entre los participantes. Todo el sistema depende de que cada miembro cumpla puntualmente con sus aportaciones, sin importar si ya recibió su dinero o está esperando su turno.
Para algunos, el truco está en elegir bien el orden de cobro: si te toca al principio, puedes usar el dinero como un préstamo sin intereses; pero si te toca al final, básicamente estarás ahorrando sin disfrutar de los beneficios hasta el cierre de la tanda.
Sin embargo, también existe el riesgo de que alguien incumpla con los pagos. Si eso ocurre, el resto del grupo puede verse afectado, especialmente quienes aún no han recibido su turno.
¿Cómo es el proceso de las tandas?
El proceso de las tandas suele ser sencillo:
- Se forma un grupo: Generalmente, entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. La confianza es clave.
- Se establece un monto y un plazo: Todos acuerdan cuánto dinero aportarán y con qué frecuencia (semanal, quincenal o mensual).
- Se asignan los turnos: Esto se puede hacer al azar, por orden de inscripción o por acuerdo.
- Se realizan los pagos: Cada participante entrega su aportación al organizador, quien se encarga de reunir y entregar el dinero al participante en turno.
- Se repite el ciclo: Hasta que todos los participantes hayan recibido su dinero.
El organizador juega un papel crucial, ya que debe garantizar la transparencia y el cumplimiento de todos los participantes.
¿Qué tan bueno es entrar a una tanda?
Depende de tus circunstancias. Las tandas pueden ser útiles si:
- Necesitas disciplina para ahorrar.
- Confías plenamente en el grupo y el organizador.
- Tienes un plan claro para el dinero que recibirás.
Sin embargo, también tienen desventajas:
- No generan intereses. El dinero que recibes no crece con el tiempo.
- Dependes de la responsabilidad de los demás. Si alguien incumple, puede afectar a todo el grupo.
- Si te toca al final, no es más que un método forzado de ahorro.
Por eso, antes de unirte a una tanda, evalúa si es la mejor opción para ti o si prefieres alternativas más seguras, como una cuenta de ahorro o un fondo de inversión.
¿Qué pasa si me depositan la tanda?
Cuando llega tu turno, recibes todo el dinero acumulado por el grupo. Es importante que tengas claro qué harás con ese dinero. Muchas personas usan las tandas para:
- Pagar deudas.
- Cubrir gastos grandes, como vacaciones o útiles escolares.
- Iniciar un negocio pequeño.
Lo ideal es que no lo gastes impulsivamente, ya que podrías arrepentirte más adelante. Recuerda que aún deberás seguir aportando el resto del ciclo, aunque ya hayas recibido tu tanda.
¿Vale la pena una tanda?
Las tandas pueden ser una herramienta útil para ahorrar o acceder a dinero rápidamente, pero no son para todos. Si tienes dudas sobre la fiabilidad del grupo o no estás seguro de poder cumplir con los pagos, es mejor buscar otras opciones.
Además, considera que, aunque no pagas intereses, tampoco obtienes rendimientos. Si buscas hacer crecer tu dinero, invertir en un fondo o abrir una cuenta de ahorro con intereses podría ser una mejor alternativa.
En conclusión, una tanda puede ser una buena idea si confías en los participantes, tienes un propósito claro para el dinero y quieres ahorrar de manera disciplinada. Pero si buscas mayor seguridad o rendimiento, hay otras herramientas financieras que podrían ajustarse mejor a tus necesidades.
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