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¿Volvimos a la década perdida de los setenta? Hay dos grandes diferencias

27-06-2022, 6:00:00 AM Por:
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Lo que vivimos ahora provoca una comparación con los setenta por el largo periodo de estancamiento, alta inflación y tasas de interés por las nubes.

Por Ben Laidler*

Recesión y estanflación son palabras que han regresado a escena ante la situación económica de los últimos meses. Ello ha provocado comparaciones con la década de los 1970: un largo periodo de estancamiento, alta inflación y tasas de interés por las nubes. Si bien una futura recesión es posible, hay diferencias con los setenta que indican que cualquier recesión no será tan larga ni tan oscura como hace 40 años.

Es cierto que, de acuerdo con los analistas, existen riesgos de que la economía de Estados Unidos llegue a caer en recesión, llevando consigo a algunos otros países, con los que se encuentra asociado estrechamente, como México. Goldman Sachs elevó la probabilidad de que esto suceda a 30% recientemente. También es verdad que Gran Bretaña ya está de lleno en el panorama de estancamiento e inflación, por su situación particular, en medio de un Brexit mezclado con la pandemia de Covid-19. Por último, como en aquella época, hoy se vive un shock de oferta en el mercado petrolero que mantiene los precios por arriba de los 100 dólares por barril.

Sin embargo, hay que aclarar que, si llega a suceder, una recesión no llegaría a la economía estadounidense sino hasta 2023, cuando hayan hecho efecto las apuradas medidas de política monetaria para contrarrestar la inflación en EE.UU. establecidas por la Reserva Federal (Fed). Este auto que es la economía todavía conserva cierta velocidad, pese a que el chofer ya está pisando los frenos.

Fue precisamente la agresividad del más reciente movimiento de tasas por parte de la Fed lo que desencadenó nuevos temores sobre una recesión. El alza de 75 puntos base ha sido una de las más agresivas desde los 1960 para una tasa de inflación de 8.6% (a 12 meses) en mayo pasado, que no había sido tan alta desde 1981. Esto trajo de regreso el fantasma de aquel periodo que se extendió desde 1973 hasta 1982.

En los setenta vimos una combinación tóxica de “estanflación”: crecimiento débil, alta inflación (y expectativas altas de inflación). La inflación global promedió 11% durante la mencionada década, tres veces su nivel anterior. Esto se vio agravado por no uno, sino dos shocks de precios del petróleo. La Fed necesitó aumentar drásticamente las tasas de interés para finalmente controlar la inflación, lo que desencadenó tres recesiones en EE. UU. entre 1969 y 1980 y varias crisis financieras. Al igual que ahora, el período comenzó con tasas de interés reales negativas, un gran estímulo fiscal y crecientes presiones salariales.

La inflación más alta alcanzada en aquel periodo fue de 14.8% en marzo de 1980, y la tasa de política monetaria llegó varias veces a tocar el 20%. La política de “stop and go” establecida por la Fed de aquel entonces provocó una fuerte pérdida de credibilidad, que apoyó las altas expectativas de inflación por parte de los empresarios e inversionistas.

Actualmente existen dos grandes diferencias que dan esperanza:

1) La credibilidad de la Fed, lo cual se puede apreciar en las reacciones del mercado ante cada uno de sus comunicados, así como sus orientaciones sobre el futuro.

2) El consiguiente anclaje de las expectativas de inflación a más largo plazo, que siguen en poco más del 2%.

En conclusión, una breve recesión permite a los inversores mirar a través de la desaceleración hacia la recuperación que está del otro lado. Esto no fue posible en el escenario de la ‘década perdida’ que fueron los años setenta.

Esto es positivo para los mercados, pues implica un ciclo más corto y agudo que la década perdida de los años setenta.  Los mercados alcistas se construyen sobre los hombros de los mercados bajistas, con los alcistas, que dura en promedio cuatro veces y son cuatro veces más grandes que el bajista. Es decir, llevará menos tiempo controlar la inflación, con una política monetaria en donde más valga un colorado que mil descoloridos.

*Ben Laidler es estratega global de mercados, eToro

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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