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Opinión

Este oficio tiene escasez de profesionales

07-10-2021, 6:00:00 AM Por:

A nivel global son necesarios más de 75 mil ortoprotesistas para tratar a las personas con amputaciones traumáticas.

Aunque actualmente se ha facilitado la tarea protésica con la fabricación modular, el papel que juega el especialista protésico sigue siendo esencial.

Se estima que en 2017 casi 58 millones de personas vivían con amputación de extremidades debido a causas traumáticas en todo el mundo según el estudio “Prevalencia mundial de amputaciones traumáticas no mortales de miembros” publicado por el Centro Nacional para la Información Biotecnológica ​de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Este mismo texto identificaba la necesidad de más de 75 mil especialistas protésicos para tratar a las personas con amputaciones traumáticas. Es importante explicar que un paciente amputado requiere de un equipo multidisciplinar compuesto por terapeuta, psicólogo, tanatólogo, protesista, entre otros; y varias fases para poder completar el proceso de adaptación a una prótesis. Es lo que en el sector se conoce como el círculo de tratamiento protésico.

Este consta de ocho pasos esenciales. El primero de ellos es la revisión por un protesista y el médico encargado de la amputación o lesión para verificar las necesidades del paciente de acuerdo con su edad, peso y actividades diarias, además de determinar el tiempo aproximado de recuperación y rehabilitación.

Una vez que se determine si es viable la prótesis se inicia la terapia pre protésica para fortalecer y tonificar el muñón, en su caso, en este momento un especialista en rehabilitación (médico o fisioterapeuta) asesorará al paciente acerca de los ejercicios que debe realizar.

En la etapa de recomendación, el protesista vuelve a revisar el muñón del paciente y a realizar una serie de preguntas para poder evaluar el nivel de actividad que tendrá con la prótesis, sobre todo cuando los pacientes son atletas de alto rendimiento. Basándose en este análisis, el protesista determina el tipo de prótesis ideal para el paciente, los componentes necesarios para esta y se calculan los precios y materiales de la prótesis.

Para la toma de medidas, el muñón debe estar completamente cicatrizado y la terapia debe de continuar sin pausarse, en este momento el protesista toma por medio de un molde en yeso o fotografías digitales todas las medidas necesarias del muñón para hacer su socket de prueba, es decir, la conexión entre el muñón y el resto de la prótesis.

Ya en la producción, el molde sirve al protesista para realizar las primeras pruebas con un socket que no será el definitivo, este servirá para que el paciente se adecue al dispositivo y determinar en qué puntos del muñón se distribuye el peso y así evitar dolores o roces.

Después se realiza una prueba por un par de semanas en búsqueda de cualquier ajuste necesario a la prótesis a fin de que le sea cómoda al paciente, una vez que éste se siente 100 por ciento cómodo y seguro con estos ajustes, se fabrica el socket definitivo.

Con la prótesis lista se inicia la rehabilitación post protésica en la que el paciente tiene que aprender a modificar y controlar su movimiento, realizar ejercicios repetitivos y entrenamiento con el objetivo de que realice sus actividades diarias; mientras que, en la etapa de control de calidad, el paciente debe de ser completamente honesto sobre el desempeño de su prótesis y cómo la siente para realizar alguna modificación si es necesario.

Posteriormente el control continuo es uno de los pasos más importantes y uno de los que muchos pacientes incumplen porque deben mantenerse en comunicación con su protesista y avisar ante cualquier cambio en la comodidad o desempeño de la prótesis.

La duración de todo el ciclo varía en función tanto de la fabricación de la prótesis, especialmente el socket personalizado, como del tipo de amputación que tenga el paciente, aunque el avance tecnológico ha permitido que incluso se puedan fabricar en semanas, pues ya existen componentes hechos con anticipación que sólo requieren el proceso de ensamblado. En el caso de los atletas además se debe sumar el proceso de adaptación a las necesidades de cada deporte.

En todos los casos, será clave el equipo multidisciplinar que acompañe a la persona en cada momento del proceso de adaptación y una buena comunicación para garantizar el mejor ajuste de acuerdo a la actividad que desarrolle el paciente. Todo con la finalidad de integrar a la persona amputada a la vida cotidiana.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Con más de 25 años de experiencia en el sector salud y gran conocimiento de América Latina, dirige Ottobock LATAM, compañía alemana líder en la fabricación de dispositivos protésicos de alta tecnología.
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