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Opinión

Responsabilidad afectiva para combatir la insatisfacción laboral

03-06-2022, 6:00:00 AM Por:
© Envato Elements

Antes de pandemia, la empatía en el trabajo ya era un recurso escaso. Según el INEGI, el clima laboral en México reportaba una insatisfacción del 88 por ciento de los empleados. Esto habla del poco interés que se había tenido sobre el tema a nivel nacional.

La responsabilidad afectiva es uno de los temas que hoy en día tienen mucho peso en las relaciones, y no se limita solamente a las personales, también abarca las profesionales.

El significado coloquial se refiere a estar emocionalmente consciente de cómo las acciones de uno impactan a los demás, generalmente en el contexto de las relaciones interpersonales. Pero si no se ha establecido un acuerdo explícito con alguien, ¿por qué debería importar el sentir de alguien más? ¿No se puede simplemente ignorar esas emociones y ser ‘profesional’? La respuesta es no.

Antes de la pandemia, la empatía en el trabajo ya era un recurso escaso. Según el INEGI, el clima laboral en México reportaba una insatisfacción del 88 por ciento de los empleado. Esto habla del poco interés que se había tenido sobre el tema a nivel nacional, pero ahora, es importante saber que todos pensamos y sentimos diferente.

Todos los que forman parte de una empresa, sin importar el cargo, deben comprender la importancia de la responsabilidad afectiva. Partiendo de que todos tenemos diferentes formas de pensar de interpretar algun evento, ser empáticos con otras personas y construir relaciones honestas, respetuosas y afectivas, puede repercutir positivamente en la compañía. Y no debe ser un tema específico de Recursos Humanos o de los líderes de la empresa, ni tampoco exclusivo de las nuevas generaciones, sino un pensamiento compartido por todos y todas. Nadie sabe qué ocurre en la vida de las personas con quienes compartes más de 8 horas diarias, pero también a veces ser demasiado transparentes en el trabajo puede orillar a problemas.

Existen cinco estrategias para poner en práctica que te ayudarán a tener mayor responsabilidad afectiva en la oficina, sin importar tu puesto:

1. Define el salario emocional

El salario emocional se trata de todas las restribuciones, no económicas, que obtienes en el trabajo. Algunos de estas son los ‘personal days’, programas sociales, tácticas de inclusión y wellness, horarios flexibles, libertad de vestimenta, home office, reconocimientos o reuniones informales, puntualidad a la hora de salida y de comida. También analiza qué ofreces a la compañía, tus actitudes y tus valores tienen mucho peso.

2. Establece una comunicación interpersonal armoniosa

Preocuparte por quienes trabajan contigo, saber detectar si están atravesando un momento complicado y respetar su espacio, es vital para las relaciones laborales. Incluso, sentirte apoyado y escuchado en el trabajo, hará que tus colegas se sientan agradecidos y más humanos y seguramente repercutirá en la lealtad a la compañía.

3. Aprende a disculparte y reconocer errores

No es agradable admitir un error en el trabajo y menos si se trata de líderes, pero darle valor a los errores, disculparse y tener humildad de reconocerlo frente a otros puede ser muy efectivo. Debemos dejar de pensar que equivocarse en el trabajo puede representar poco profesionalismo o seniority y aprender a tratarnos más como humanos. En este punto es fundamental asumir las consecuencias.

4. Haz que la competencia interna sea sana

Estamos acostumbrados a buscar notoriedad en un equipo para ganarse la confianza de los demás. La realidad es que tener a un integrante en el equipo que se preocupe más por apoyar que competir, lo hará un verdadero team player y eso, también hay que reconocerlo.

5. Establece acuerdos y que sean claros

Cuando es tiempo de evaluaciones de los empleados, se suele percibir un ambiente tenso. Es común destacar mucho más lo que se dejó de hacer pensando que, desde ahí, se parte para los siguientes objetivos. Como si fuera ‘un reto’ o aludir a ser ‘ambiciosos’. En ese sentido, es muy importante ser claro en decir qué hay detrás de dichos acuerdos y establecer cuáles son los límites si se habla de compromiso. Ser flexible no significa ignorar un reglamento, sino escuchar las necesidades y pensamientos del otro.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Comunicólogo por el ITESM y Maestro en Recursos Humanos por la ULA. Storyteller de historias que inspiren, capital humano, desarrollo organizacional y liderazgo. Publirelacionista, maratonista y especialista en generador de contenidos.
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