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Opinión

¿Qué sigue después del COVID-19? Más tensiones entre EU y China

07-04-2020, 6:20:41 AM Por:
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Nuestro rival, por ahora, es invisible, pero sus daños podremos verlos en muy poco tiempo. Más allá de la crisis sanitaria, el coronavirus modificará la agenda pública del mundo y pondrá sobre la mesa las tensiones del capitalismo.

A lo largo de la Historia hemos aprendido que las epidemias no llegan solas. La del COVID-19 no es la excepción. Con más de un millón de contagios a nivel mundial, ya se sienten los primeros efectos de la otra batalla, una que también es contagiosa y que podría modificar el mapa geopolítico a gran escala: la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Desde hace ya un buen tiempo que ambos países luchan por la hegemonía económica mundial, pero fue hace año y medio que el presidente estadounidense Donald Trump la inició formalmente con la aplicación de aranceles a las importaciones chinas de hasta 25%. Un acto que en Beijing fue interpretado como un campanazo de guerra.

Luego vinieron las sanciones del gobierno de Trump a Huawei, las bravatas públicas de diplomáticos de ambos países y, por supuesto, el virus que hoy tiene en jaque al mundo. “El virus chino”, lo llamó Donald Trump, desatando el enojo en las más altas esferas de Beijing. Entre la prensa del país asiático se maneja cada vez más la versión de que el COVID-19 fue sembrado por las tropas estadounidenses que en octubre pasado participaron en los Juegos Militares de Wuhan, el lugar donde se originó la pandemia. “Pudo haber sido el ejército estadounidense quien trajo la epidemia a Wuhan”, expresó Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino el pasado 12 de marzo.

El antagonismo entre China-EU ya ha tomado otras dimensiones. Y la economía mundial peligra. Muchas regiones dependen directamente de lo que sucede en el intercambio comercial de las dos grandes potencias del orbe. México debe estar atento. Ante la crisis que se avecina —y que ya es un hecho para muchos, sobre todo para los trabajadores de las economías informales de América Latina—, la Comisión Europea instó al G20 a eliminar los aranceles impuestos a todos los productos relacionados con la lucha contra el coronavirus.

Guerra comercial China Estados Unidos
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La situación en Estados Unidos parece agravarse conforme avanzan los días y aumentan los contagios. Hoy ya son el foco principal de la pandemia, con 350 mil casos diagnosticados y más de 10 mil muertes (hasta el 6 de abril). Por eso, el Senado aprobó el viernes el mayor rescate económico de su historia: 2.2 billones de dólares que serán destinados a empresas y familias. Estados Unidos no quiere caerse porque corre el riesgo de que, cuando acabe la guerra contra el coronavirus, China se afiance en la cima y entonces sería muy difícil bajarlo.

Y aunque en la Unión Americana el tema principal de la agenda pública es cómo mermar los contagios de COVID-19, ya hay legisladores demócratas y líderes industriales que piden con urgencia al Congreso bajar los aranceles sobre los productos chinos y así frenar, aunque sea un poco, la caída de la economía norteamericana.  

Según reportó la agencia Reuters, “las voces que se oponen a los aranceles, tanto fuera como dentro del gobierno, ven la crisis del coronavirus como la mejor oportunidad para reducir al menos algunos impuestos de importación desde que se llegó a un acuerdo comercial de Fase Uno entre Estados Unidos y China en diciembre”.

Divisas: dólar y Yuan
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Cada uno está haciendo su lucha por llegar más fuerte al momento en que el COVID-19 esté más débil que nunca. Entonces será cuando se vean las consecuencias reales de esta pandemia, que ha cuestionado severamente el modo de producción capitalista y ha revalorizado la importancia del “Estado de bienestar”, del papel importante que juegan los gobiernos en la gestión de una crisis. Como escribió Martín Caparrós en The New York Times: “Mientras tanto, el mundo plano se vuelve nacionalista, paranoico —que son casi sinónimos—. Décadas de intentos europeos de abrir fronteras, disolver diferencias, se deshicieron ante la amenaza: lo primero que hicieron sus Estados fue cerrarlas. El Estado-nación volvió a ser, sin mascarillas, la unidad básica: la tribu prevalece. La salud es nacional, la economía lo es, las medidas lo son, la posibilidad de definir destinos”.

Entre 1346 y 1353, la peste negra acabó con entre el 30 y 60 por ciento de la población europea. Se necesitó un siglo para que el viejo continente recuperara su volumen poblacional previo a la epidemia. Queda claro que los avances médicos y científicos no permitirán que aquella tragedia se repita, pero las consecuencias las veremos en otro ámbito, en lo que el analista financiero Toni Timoner llama “la patada a la globalización”. ¿Ante qué nuevo orden mundial estaremos cuando COVID-19 sea controlado?

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La agenda pública del mundo cambiará y adiós a los esfuerzos para luchar contra el cambio climático. Timoner cree que la recesión económica mundial desestabilizará el modo de producción y llevará a las familias a una pérdida de poder adquisitivo nunca antes visto. Las revoluciones tecnológicas avanzarán a un ritmo más lento y el tráfico de personas y mercancías se verá mermado mientras el precio del petróleo se va al suelo y los líderes populistas se encumbran bajo discursos anti globalizadores. 

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Por ahora, nuestro enemigo es invisible. Sus daños no lo serán.  

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel

autor Directora General y fundadora de Comunicación Spread. Publirrelacionista y experta en manejo de crisis.
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