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Opinión

Que se destape la cloaca: Jefes, maestros, vecinos y parientes, que salgan a la luz los acosadores

01-11-2021, 6:00:00 AM Por:
© Reuters

Cuando el acoso ocurre en el trabajo, daña profundamente a las víctimas y también a las organizaciones, y aunque no lo tenemos medido, quizá sea el responsable del fracaso de mujeres emprendedoras.

En 2017, la tendencia #MeToo surgió en redes sociales como un movimiento social luego de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine y ejecutivo estadounidense, Harvey Weinstein, después, Me Too se convirtió en una inspiración y un método para denunciar agresiones y acoso sexual.

La tendencia causó una revolución que empoderó a miles de mujeres que, de manera anónima o incluso con su nombre, denunciaron a hombres por acoso, hablaron de lo que han padecido a manos de sus jefes, compañeros de trabajo, de escuela y en los casos más dolorosos, por sus mismos padres y hermanos.

Cuando el acoso ocurre en el trabajo, daña profundamente a las víctimas y también a las organizaciones, y aunque no lo tenemos medido, quizá sea el responsable del fracaso de mujeres emprendedoras y de fijar límites laborales a las mujeres en las empresas.

Además, ante un caso de acoso que se convierte en viral, el desprestigio puede ser tal que las compañías pueden ver dañada seriamente su reputación y perder -por una sola persona- años de trabajo.

Para las víctimas la primera duda es: ¿hice algo para que ocurriera esto? La respuesta en todos los casos es no, el hostigamiento sexual laboral es únicamente responsabilidad del acosador y bajo ninguna circunstancia debe ser visto como algo normal.

En México cada día son asesinadas en el país 10 mujeres, ante ello, la denuncia por acoso y agresiones sexuales puede ser un tema que quede de lado; a cuatro años de Me Too y sobre todo con la pandemia, la inercia se ha opacado y muestra de ello que es que en Twitter cada día es menos utilizado el hashtag y, debido a las restricciones por la pandemia, hay menos tendederos de denuncia en escuela y plazas públicas.

El acoso y el particular Hostigamiento Sexual Laboral (HSL), puede parecer algo menor, (bajo el contexto de violencia que vivimos en México), sin embargo, es una de las formas de violencia más comunes que enfrentan las mujeres y que marcan sus vidas.

El especialista de Perú, Arístides A. Vara Horna, clasifican el HSL en dos: Quid Pro Quo, cuando un beneficio laboral, como un aumento de sueldo, un ascenso o incluso un empleo continuo, se condiciona a que la víctima acceda a las demandas de participar en algún tipo de comportamiento sexual, y Ambiente de Trabajo Hostil, en el que la conducta crea condiciones que son intimidantes o humillantes para la víctima.

De acuerdo con la Revista Estadounidense de Medicina Preventiva (AJPM por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, 5.6 por ciento de las mujeres, es decir, cerca de 7 millones reportaron algún tipo de violencia sexual por parte de un perpetrador relacionado con el lugar de trabajo.

En México, por desgracia, no nos quedamos atrás. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 22.6 por ciento de las mujeres laboralmente activas han declarado haber sido víctimas de violencia laboral.

La vida cotidiana de millones de mujeres en el mundo transcurre enfrentando a un jefe que le insinúa tener relaciones sexuales, que hace bromas respecto a su aspecto físico, que la ve de manera lasciva, que le habla por teléfono en horario no laboral. Se siente observada y no puede denunciar, ni dejar el empleo por miedo a no encontrar otro en el corto plazo, por perder lo que ha logrado conseguir en términos profesionales, por la necesidad económica.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el primer trimestre de 2019, alrededor de 23 mil 542 personas abandonaron su lugar de trabajo debido a situaciones de acoso, pero, ¿cuántas más permanecen ahí?

El acoso ataca a todos los niveles, incluso a empresarias que, por temor a un pleito en juzgados, a perder un contrato o amistades permanecen en silencio ante el toqueteo constante de cintura, un chat inapropiado o intrusión en la vida íntima por parte del acosador.

En un país en el que 98.6% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años no fueron denunciados o no se inició una investigación del caso, de acuerdo con la Encuesta Nacional Seguridad Pública Urbana (ENSU), en su edición de diciembre de 2020, es decir, los casos no tuvieron consecuencias ni en el terreno laboral ni en el judicial, Me Too es la mejor inspiración para tomar la decisión y denunciar, al menos de manera mediática, por ello, es importante impulsarlo.

Por otro lado, las empresas tienen un impacto pues la productividad se ve disminuida, implica costos de rotación, costos legales, afectación en el clima laboral y la reputación empresarial; mientras que para la sociedad tiene costos por subsidios desempleo, costos de invalidez, gastos judiciales y discriminación de género.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Directora General y fundadora de Comunicación Spread. Publirrelacionista y experta en manejo de crisis.
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