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Opinión

¿Por qué los mexicanos seguimos gastando tanto en salud?

27-03-2018, 1:50:50 AM Por:

El sistema de salud en México enfrenta un gran número de retos. Solo el 27% cuenta con uno de gastos médicos, el sistema de salud pública se encuentra saturado y los malos hábitos de la población elevan las tasas de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas.

Uno de los grandes pendientes que siguen teniendo los gobiernos en el mundo es la procuración de un sistema eficiente de salud y el sistema mexicano no es la excepción. Se ha buscado generar un modelo que no sólo tenga la intención de ser universal como se ha manifestado desde la puesta en marcha del Seguro Popular hace más de una década, sino que realmente cumpla con la función de dar un servicio expedito y de calidad a la ciudadanía, además de reforzar las campañas de prevención que reduzcan los índices de padecimiento de las enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes.

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De acuerdo con el Health at a Glance 2017: OECD Indicators, el gasto de bolsillo de los mexicanos en salud representa el 41% del gasto general en el rubro, y si bien ha habido un avance porque anteriormente manejábamos un porcentaje del 45%, somos el segundo gasto más alto dentro de las naciones pertenecientes al organismo y con el doble del promedio, ubicado en 20%.

Esto nos hace ver que, a pesar de las buenas intenciones que tenemos para garantizar una atención en salud, debemos ir más allá de afiliar por afiliar a la seguridad social, al generar un ecosistema de salud donde convivan opciones públicas que atiendan a la población más vulnerable y opciones privadas, con incentivos para que sean adquiridos por la población que puede costearlos.

Según la Encuesta de Inclusión Financiera 2015, de los casi 19 millones de adultos que cuentan con un seguro, solo el 27% cuenta con uno de gastos médicos; mientras que la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) afirma que el gasto de bolsillo por persona en materia de salud es de 4 mil 066 pesos al año, es decir, 4% del salario promedio anual.

Si consideramos que aún con la situación económica poco holgada que mantiene nuestro país, los mexicanos seguimos pagando de nuestro bolsillo la atención médica, podemos identificar que esta problemática no tiene su base solamente en la falta de recursos, sino en otro número grande de factores.

Entre los que se han identificado, desde una perspectiva del sector privado, están elementos de mercado como la relación que tiene actualmente el sector asegurador con los hospitales y médicos, y desde una perspectiva pública, una crisis de credibilidad, saturación y falta de infraestructura en las instituciones de salud gubernamentales, además de una ineficiencia de uso de recursos alarmante.

En el primer rubro, tenemos que la mayoría de las compañías de seguros compiten por el mercado cautivo sin que se hayan creado productos y soluciones que puedan permear en otros segmentos de la población, principalmente el de bajos recursos. Ante ello, se requiere que cambiemos nuestra mentalidad y vayamos por ese 96% de la población que no cuenta con un seguro de algún tipo.

Además, tenemos que el sector asegurador debe diseñar mecanismos que mejoren su interacción con hospitales y médicos privados, ya que actualmente las aseguradoras deben mantener una fiscalización exhaustiva para prevenir fraudes o el cobro de productos y servicios que el asegurado no recibió o simplemente no necesitaba.

Por otra parte, cada vez es más común el que el sector enfrente problemas de sobre costo con los médicos que difícilmente se acoplan a los tabuladores médicos diseñados. En algunos casos se ha visto, tristemente, un doble criterio para la tarificación de sus honorarios, con un costo cuando el paciente tiene seguro y otro cuando no.

Del lado de la salud pública, la saturación del sistema es el principal problema, ya que al no existir suficientes hospitales, clínicas y centros de salud o personal médicos para atender a la población, el servicio es lento e ineficiente, lo que conlleva también a que la población desconfíe de la atención que está recibiendo.

Esto sin mencionar las enfermedades de tipo crónico-degenerativas que se gestan por malos hábitos de la población como la obesidad, tabaquismo y el sedentarismo, que en un futuro nada lejano empezarán a meter cada vez más presión al delicado sistema de salud nacional.

Padecimientos como el cáncer, diabetes mellitus, isquémicas del corazón, enfermedades cerebrovasculares y crónicas del hígado no sólo merman la calidad de vida de las personas, sino también representan un gasto para el sector público.

Esto sin considerar el incremento de la expectativa de vida de la gente, que de por sí representa un reto enorme para las sociedades y sus gobiernos. Así las cosas, es imperativo la creación de políticas públicas claras y contundentes que vayan más allá de la retórica para que la población adquiera la conciencia de que debe mejorar sus hábitos tanto en adultos, aunque particularmente en los niños.

Como podemos ver, estamos inmersos en un círculo vicioso en donde gobierno, iniciativa privada y ciudadanía evadimos nuestra responsabilidad; y para poder avanzar es necesario que alguien rompa ese círculo y tomemos conciencia de que la ventana de tiempo se está cerrando.

*Francisco Oliveros. Especialista en la industria de los seguros en México, es CEO de Seguros SURA. Es columnista en diversos medios de comunicación y ha sido conferencista en foros nacionales e internacionales. Egresado de la Universidad Iberoamericana, cuenta con un Posgrado en Alta Dirección.

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