La realidad que afecta a la gran minoría en el mercado laboral
La equidad de género en el mercado laboral busca condiciones igualitarias para los colaboradores y colaboradoras en las empresas
Por Andrée Marie López Fernández y Liza Monroy Ortiz*
Existen ciertas decisiones empresariales que son lugar común a pesar de ser injustificables. Por ejemplo, no hay nada que permita justificar la persistente brecha salarial de género. Esta decisión está presente en todo tipo de empresas, sin importar el tamaño, giro, o ganancias netas.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) afirmó que las mujeres representan el 51.4% de la población mexicana, por lo que se confirma la singularidad de que son la minoría más grande, la gran minoría. Las mujeres siguen experimentando desventajas importantes en comparación a los hombres a pesar de declaraciones de líderes políticos y empresariales sobre su intención de cerrar la brecha salarial de género, su interés en la equidad, y su postura pro responsabilidad social corporativa.
A medida que la línea divisoria entre trabajos femeninos y masculinos se difumina, y la participación aumenta, debemos preguntarnos ¿las condiciones son verdaderamente equitativas?
El Banco Mundial afirmó que en el mundo existen 2.7 billones de mujeres que legalmente no pueden acceder a los mismos trabajos que los hombres. Algunos pueden pensar que México está más avanzado en términos de equidad laboral; Zenyaen Flores da cuenta de que las mujeres ganan 30% menos que los hombres, y hasta el 39% en Nuevo León. Esto deja ver que la mayoría de líderes empresariales viven en sus nóminas una retribución en la que es realidad que al 51% de la población se le paga entre 30 y 39% menos que al 49% restante. ¿Impactante? ¡Cierto!
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Seamos honestos, a mucha gente le enfada e incluso se ofende cuando en alguna compra les redondean centavos porque, después de todo, ese dinero se lo han ganado con su esfuerzo ¿no? Entonces ¿qué postura tomaremos por ese 30% ganado con esfuerzo que le corresponde al 51% de la población?
La práctica no sólo es injusta, no ética y cuestionable, también es ampliamente responsable por la perpetuación del ciclo de pobreza, por lo que es un Objetivo de Desarrollo Sostenible. Según las Naciones Unidas, México está estancado en cuanto al cumplimiento del objetivo de la equidad de género. Por lo tanto, esto no es solamente un asunto de género, esto se trata de mejorar las condiciones de la humanidad misma.
De acuerdo a las Naciones Unidas, 1.4 billones de mujeres en el mundo residen en países donde el indicador de equidad de género está reprobado, mientras otro 1.4 billones apenas y logran el mínimo para aprobar. Por lo que se estima que las condiciones actuales del mundo no permitirán que ningún país logre el objetivo.
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No existe contexto donde esta práctica se pueda racionalizar y por ningún motivo las empresas podrían decir que están desarrollando la responsabilidad social corporativa mientras sus colaboradores y colaboradoras no reciban compensación igual por el mismo trabajo.
Es nuestro deber, como líderes de negocios, dar el paso al frente, desafiar, y cambiar el statu quo. La solución es simple: Exigir igualdad de circunstancias, no ser iguales, para alcanzar la equidad. Es decir, igualdad de oportunidades, igualdad de condiciones, igualdad de remuneración.
Desafiemos las probabilidades y seamos el primer país en alcanzar el objetivo de equidad de género 2030.
La Dra. Andrée Marie López Fernández y la Mtra. Liza Monroy Ortiz son académicas de la Facultad de Empresariales de la UP*
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