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Opinión

La pandemia acelera la nueva era de la información

11-08-2020, 8:05:04 AM Por:
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El mundo seguirá muy conectado a pesar de la pandemia, con sana distancia física quizá, pero con mucha promiscuidad y cercanía digital.

Vivimos un parto desde hace años: Es la era de la información trasformando al mundo, y la pandemia y el confinamiento han acelerado el proceso.

El ser humano siempre ha usado la información social, la del grupo, la de la tribu, para sobrevivir. La información histórica, cultural, y la nueva, la del presente con diversas maneras de comunicarse.  

El ser humano es inteligente en grupo, no tanto en lo individual. El ser humano es muy agresivo, pero logra hacer sistemas sociales que promueven la convivencia y el desarrollo. Unos mejor que otros. El sistema es el que hace la diferencia, por eso hay primer y tercer mundo.

La imprenta potenció el renacimiento de la razón y la emergencia de la era de la Ilustración. Luego vino el reconocimiento del mercado como una herramienta de procesamiento democrático y eficiente de datos y recursos.

Eso trascendió en el desarrollo social y político con mayor libertad para el individuo. Hoy esto se ha magnificado a escalas inimaginables con la Internet y la posibilidad de comunicar información instantánea a nivel mundial.

En el horizonte no muy lejano vemos la inteligencia artificial, la capacidad de contar con una herramienta que sea más “inteligente” que nosotros. Es algo que aún no entendemos bien, pero que ya nos inquieta.

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Si en la era industrial se requería un control central para coordinar esfuerzos, en esta era, la información descentralizada viene a suplir esa necesidad. Los sistemas complejos se auto-ordenan con información y si la información está disponible para todos o muchos de manera democrática, descentralizada y distribuida, ya no se requiere un Estado con un poder central, burocrático y jerárquico.

No sólo eso, tareas que antes requerían la inteligencia humana ya no lo requieren; procesos legales, contables y hasta médicos pueden ser ejecutados con mayor eficacia por programas. Acabo de leer un editorial escrito por un programa y la verdad, muy bien escrito, no se percibe artificial. 

En todo cambio hay ganadores y perdedores. Los analistas del populismo nos explican que las masas ya no se sienten representadas por los partidos políticos y sus gobernantes, y que ese descontento es aprovechado por un político parásito que se viste de “outsider” con superioridad moral, por encima de todos.

Quien no genera riqueza porque su trabajo ya no es valorado por el mercado tiene razón de sobra para estar asustado e inconforme, y muy dispuesto a culpar a alguien: inmigrantes, competencia y comercio internacional o simple y llanamente, a los políticos.

El mundo está conectado de muchas maneras físicas, comerciales, financieras e informáticas. Las regiones, ciudades o países más conectados son los más ricos. Así es la información. No todos lo entienden.

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El mundo seguirá muy conectado a pesar de la pandemia, con sana distancia física quizá, pero con mucha promiscuidad y cercanía digital.

¿Hace falta el gobierno en esta nueva era? No, el mundo se puede auto-ordenar sin gobiernos. Leyes sí, estructuras jerárquicas y poder centralizado, no. Las reglas de la convivencia están cambiando a pasos acelerados, pero como en todo cambio, la resistencia es fuerte.

Los individuos, las empresas y las comunidades que entiendan esto mejor serán los grandes ganadores. Los que no lo entiendan serán los grandes perdedores.

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El Estado-nación, los partidos, la jerarquía, el poder central, los sindicatos, la educación en aulas, uniforme y oficial, y el control burocrático van de salida. La pandemia ha acelerado el proceso. No es un camino ordenado, por el contrario, está lleno de turbulencia y resistencias, el populismo es una de ellas.

En México, por ejemplo, un gobierno populista insiste en desconectarse del mundo y lanzarse desesperadamente a una época que ya no existe, ni existirá. Mientras el mundo camina inexorablemente hacia la era de la inteligencia artificial, aquí seguimos viviendo la era de la estupidez política. 

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel

autor Director y fundador de Semáforo Delictivo.
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