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Opinión

Elon, tenemos que hablar de Twitter

29-04-2022, 1:23:51 PM Por:
© Especial

Al ritmo actual de la compañía, esto es lo que tardaría Elon Musk en recuperar su inversión tras comprar Twitter.

Al paso que lleva, a Elon Musk le tomaría unos 30 años recuperar la inversión que está por hacer en Twitter. De hecho, el año pasado este negocio registró pérdidas porque tuvo que pagar un juicio millonario a un grupo de accionistas que reclamaron tiempo atrás que la red social había proyectado números de usuarios excesivamente altos, a los cuales nunca llegó.

Twitter, Tech, pero no Big

La reciente oferta de compra por casi 44,000 millones de dólares por parte de multimillonario Elon Musk, misma que aún no se liquida hasta el 29 de abril, es una gran salida para los inversionistas actuales de Twitter, que no podían ver en el futuro cercano una mejor valuación para la acción.

Si revisa los números de Twitter, apreciará que esta red social nunca estuvo a la altura de las Big Tech, y que se quedó chica en la década pasada en comparación con otras redes, como Facebook, Instagram, YouTube y ahora Tik Tok. Su número total de usuarios diarios promedio (DAU) fue de 229 millones en el primer trimestre de 2022, en comparación con los 1,880 millones de DAU de Facebook en el mismo periodo, o los 3,450 millones de personas que la misma empresa cuenta como usuarios conjuntos de Facebook, Instagram, Messenger y Whatsapp.

Por su parte, YouTube reporta unos 122 millones de usuarios activos al día, pero de una base de más de 2,000 millones de usuarios al mes. Tik Tok, de acuerdo con los estimados más recientes, supera los 1,200 millones de usuarios.

En dólares, Twitter tuvo ingresos por 5,000 millones de dólares (mdd) en 2021, un incremento de 37% con respecto del año anterior. En comparación, Meta (Facebook) tuvo ingresos por 117,000 mdd ese año y la ahora decaída Netflix por casi 30,000 mdd.

Twitter tuvo una pérdida neta de 221 mdd en 2021, no por falta de eficiencia, sino producto de un acuerdo para pagar 765 millones por una demanda legal. Y aquí se pone interesante, para quien no esté al tanto.

La demanda

Resulta que allá por 2016, un grupo de accionistas encabezados por Doris Shenwick demandó a Twitter por lo que alegó fue un engaño por parte de la empresa acerca de su futuro. En aquellos gloriosos años de 2014, la red social predecía llegar a los 500 millones de usuarios en el mediano plazo, y hasta a los 1,000 millones en el largo plazo de acuerdo con los quejosos. Ninguna de las predicciones sucedió, y más bien hubo una caída en usuarios en 2016, que detonó la demanda, en donde se alegó que la empresa no tuvo ninguna base sólida para sus proyecciones.

El juicio se arrastró, como suele pasar, hasta 2021, en donde culminó, como también suele pasar, con un arreglo entre las partes. Twitter pagó 800 millones de dólares a los demandantes, sin admitir oficialmente ningún engaño.

Ahora bien, en un año sin pandemia, sin costos legales o demandas como fue 2019, Twitter ganó 1,470 millones de dólares como utilidad neta. Esto querría decir que a este ritmo pasarían 30 años antes de que Mr. Elon Musk recuperara su inversión, sin contar inflación ni costo de oportunidad.

Queda claro que éste no puede ser el futuro de la empresa, y que Twitter tendrá que crecer mucho más rápidamente en los próximos años. En ese contexto, las referencias o críticas de Musk a un supuesto predominio de lo que en Estados Unidos entienden por izquierda en la red social, y que otros definen como cultura Woke, puede jugar en favor y en contra de la red social.

En concreto, Twitter podría tener en el futuro las siguientes ventajas:

  • Un manejo como empresa privada, que restaría presión sobre su necesidad de obtener utilidades de corto plazo, y le permitiría invertir de lleno en investigación y desarrollo. De paso, anularía la posibilidad de nuevas demandas por accionistas desilusionados.
  • La adopción de nuevos formatos multimedia, como video o el sistema conocido como Spaces, que ha dado un nuevo aire a los usuarios.
  • El liderazgo de Musk, quien debe tener en mente planes mucho más concretos que simplemente abrir un botón de editar, eliminar bots y censurar menos.
  • Su importancia política, para bien o para mal.

En contra hay varios factores:

  • El posicionamiento que tiene ante las nuevas generaciones, que prefieren otras redes sociales para divertirse. Twitter se convirtió en una arena para discusiones políticas, sociales y culturales. Por ello muchos de sus usuarios la aman, pero otros muchos buscan relajarse en otro lado.
  • Un movimiento demasiado contrario a la cultura Woke por parte de una nueva administración o una remoción insensible de controles al contenido podría causar una desbandada de usuarios. Claro, pudieran llegar otros, pero a qué precio.
  • No queda claro cuántos usuarios totales costaría la remoción de bots y otros mecanismos de intervención concertada en la red social.
  • La amenaza legal que pende sobre Twitter y otras redes sociales, como la Digital Services Act en Europa, donde las empresas se harían objeto de multas e incluso prohibición si no combaten el discurso de odio, cualquier propaganda terrorista, contenidos ilegales e incluso la desinformación o fake news. Así de claro. En EE. UU., donde este tema no avanza tanto, el presidente Joe Biden creo una Junta de Gobernabilidad sobre la Desinformación, justo días después de la compra.
  • La posibilidad de presiones extracorporativas. Algunos medios reprodujeron la pregunta de Jeff Bezos, dueño de Amazon y del New York Times: ¿Qué pasa si un país determinado –cof, cof, China, cof, cof– amenaza a Tesla por lo que se dice en Twitter?

A todo esto, más allá de la concreción de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) para adquirir las acciones de Twitter, ¿qué le importaría esto al inversionista en la bolsa? Uno, su efecto en Tesla, en donde ya Musk tuvo que salir a declarar que no venderá más acciones de la empresa para adquirir Twitter, pero que ya enfrenta una potencial demanda por parte de un inversionista que considera que el empresario no le podrá dedicar todo el tiempo necesario a la fabricante de vehículos eléctricos.

Dos, el tamaño de Twitter, por poco comparable que sea con las Big Tech, podría no dejarla fuera de los mercados por mucho tiempo. Éste es un negocio que necesitará mucha inversión, si quiere romper esos nivieles en los que quedó estancado.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Periodista
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