Educación innovadora, la solución para los problemas de la humanidad
la educación innovadora tiene que ver con una serie de estrategias metodológicas que pueden implementarse en conjunto o por separado
Parece mentira que, en casi todas las escuelas del mundo, se sigan implementando los modelos educativos que nacieron en la Inglaterra victoriana, enfocados en formar empleados de líneas de ensamblaje y oficinas burocráticas del Imperio británico, nada más lejano a la realidad que vivimos ahora, a más de un siglo de distancia. Y, aún así, ésta es una de las más tristes realidades de la educación actual.
Sin embargo, existe un conjunto de modelos, prácticas, metodologías y programas que pueden clasificarse como innovadores, ya que encuentran en la colaboración, la creatividad, el pensamiento crítico y la tecnología, un eje novedoso para la resolución de los problemas más grandes de la humanidad.
Entre estos problemas se encuentran los establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta lista es una iniciativa que contempla 17 objetivos y 169 metas propuestas, que incluyen esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, el consumo sostenible, y la paz y la justicia, entre otras prioridades.
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En este sentido, la educación innovadora tiene que ver con una serie de estrategias metodológicas que pueden implementarse en conjunto o por separado; por citar algunas, tenemos el Aprendizaje Basado en Proyectos (PBL, por sus siglas en inglés); la interdisciplinariedad, que busca integrar diversas materias dentro de actividades y proyectos englobadores; la integración y la creación de herramientas tecnológicas en un proceso de Design thinking para la búsqueda de soluciones, o la propuesta sobre las inteligencias múltiples de Gardner, que suman distintos estilos y estrategias de aprendizaje en el desarrollo de habilidades y conocimientos puntuales.
Estas nuevas estrategias pedagógicas buscan ir más allá de los métodos tradicionales de aprendizaje, en donde buscar, procesar y memorizar datos (todo lo que se necesitaba cuando no había equipos de cómputo), es más importante que razonar, entender, crear y aprovechar los datos para objetivos específicos en la resolución de problemas.
Los elementos de la educación innovadora se formulan bajo las necesidades directas de la vida real, en particular desde la realidad a la que sabemos —desde hoy— que se enfrentarán los profesionales del futuro. Lo fundamental es preparar a la niñez y juventud actuales para que en el futuro sean capaces de crear el mundo en el que desean vivir con empatía, amor, creatividad y flexibilidad.
Así, esta educación proviene de una realidad: que el mundo no necesita niños, estudiantes y profesionistas que actúen como “maquinitas” y que sean parte de un engranaje, tal como ocurre con los resultados de la educación actual. Hay que destacar que ya existen máquinas que ejecutan muchas labores que antes hacía la mano del hombre y que esto seguirá avanzando exponencialmente.
Por esto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible son, desde su concepción, grandes hitos que necesitarán el esfuerzo de millones de personas para ser alcanzados. Aunque, evidentemente, las soluciones vendrán desde muchos frentes, es de esperarse que la tecnología (actual y sus nuevos desarrollos) sea un componente indispensable en varias de las soluciones desde sitios más allá de los obvios. Es fácil imaginar que mediante la inteligencia artificial podremos, por ejemplo, desarrollar nuevos modelos económicos, políticos o de emprendimiento que nos acercarán un poco más a la meta.
Para hacerlo posible, quienes más aportarán serán los que posean las habilidades y herramientas para presentar soluciones tecnológicas a esos problemas desde una posición humanista y con valores. Mientras más seamos los que podamos afrontarlos, más rápidamente y con mejor calidad alcanzaremos soluciones para ellos, una tarea que compete a toda la humanidad.
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