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Opinión

Las criptomonedas y el Bitcoin son burbujas. En serio

11-01-2018, 10:10:35 AM Por:

El Bitcoin y otras criptomonedas tuvieron un 2017 excepcional con ganancias de más de 1,000%, pero todo lo que sube tiene que bajar. Nuestro analista Sergio Negrete explica por qué les espera un final trágico.

El recién concluido 2017 será sin duda recordado como el año que arrancó la Burbuja financiera de las criptomonedas y el Bitcoin. No se sabe qué ocurrirá, fuera de que muchos de esos activos hoy tan cotizados acabarán valiendo casi nada. Lo que hoy está en boca de todos terminará siendo maldecido por muchos, debido al dineral que perdieron. También habrá personas con ganancias fabulosas, sobre todo aquellos que tuvieron la audacia de entrar temprano y la sabiduría de retirarse a tiempo. Serán los menos.

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La ambición no es ciega, pero ciega

Mucha gente se ha enriquecido con estas “monedas” (en realidad activos de alto riesgo que solo en algunas ocasiones se usan como dinero). El primer proceso de la Burbuja ya pasó en el caso de varias de ellas: catapultarse de precios irrisorios a cotizaciones fabulosas. Uno de esos periodos en que una inversión otorga un rendimiento en días, quizá semanas, que otros activos ofrecerían, si acaso, al pasar décadas.

El padre (o madre) de las criptomonedas, Bitcoin, es por supuesto un ejemplo destacado de ello. Durante el año pasado su precio se incrementó en nada menos que 1,400%. Pero no es siquiera el mejor caso. Hay otras dos que hicieron pedazos ese rendimiento, incluso haciéndolo parecer como algo modesto. Las ganancias de Ethereum alcanzaron nada menos que un aproximado de 9,000%. Pero la “moneda” (las comillas son necesarias) más exitosa fue una conocida como Ripple, cuya cotización subió nada menos que 35,000% durante 2017. Cifras de vértigo. Basta contrastar que la Burbuja dotcom (1995-2000) implicó un aumento de alrededor de 500% en el índice Nasdaq, y eso a lo largo de toda su extensión (4-5 años). Un juego de niños comparado con lo que ahora se observa.

Por supuesto, semejantes números solo acrecientan la fiebre de ganancias en muchas personas. La ambición no es ciega, pero ciega. Y no solo se trata del lado de la demanda, sino de la oferta. Ya cualquier changarro parece dispuesto a lanzar su “criptomoneda”. No se trata de monedero electrónico tipo tienda departamental, sino de subirse al tren de la ganancia espectacular. Con la moneda venezolana quizá valiendo menos que papel de baño, Nicolás Maduro ya lanzó la suya (lo que por supuesto en nada ayudará a reducir la hiperinflación venezolana).

Por eso puede esperarse que la Burbuja se mantenga por un tiempo, porque muchos están salivando por ganar dinero a carretadas. Lo típico en una Burbuja: escuchan al vecino, prima o amiga que ganó mucho dinero con una criptomoneda… y lo sencillo que sería hacer lo mismo. Dinero rápido y prácticamente sin esfuerzo, porque aparte les venden una película de ensueño: es que esas “monedas” realmente lo valen. Claro que no son burbujas, les dicen, sino una realidad gracias a ciertos factores.

Blockchain se escribe con “B” de Burbuja

¿Por qué se cree que una “criptomoneda” como el Bitcoin pueda valer tanto dinero? De entrada se alega que habrá gran demanda de la misma para transacciones ilegales (por ejemplo en el mercado de drogas o pagos para liberar a una computadora “secuestrada” por un virus). No deja de ser peculiar que ciudadanos que se consideran honestos muestren entusiasmo en invertir en un activo idóneo para transacciones de ese tipo, sobre todo si consideran que el precio se explica por ello, pero al parecer es el caso.

Pero la razón más potente que explica el entusiasmo por semejante activo es la tecnología que lo sustenta. Y esta tecnología es la llamada “blockchain” o cadena de bloques. Esta tecnología permite el almacenamiento de información en una forma creciente y enlazada (datos que no pueden ser revisados o modificados una vez “sellados” o “cerrados” de cierta manera). Su potencial es enorme.

Pero “potencial enorme” no significa “precio estratosférico”. La Burbuja de las criptomonedas es una más de una larga cadena en entusiasmos eventualmente defraudados y fundamentados en un avance tecnológico de alto impacto. Las acciones de ferrocarriles británicos a mediados del siglo XIX, de empresas relacionadas con el radio en la tercera década del siglo XX, y por supuestos de las “dotcom” a finales de este, también ascendieron a la estratósfera antes de desplomarse. La tecnología era real, tanto que hasta hoy se mantiene vigente. En su momento fue revolucionaria y transformacional. Pero eso no justificaba, por ejemplo, que el valor de capitalización de Yahoo! en su máximo histórico (o histérico, si se prefiere) fuese superior a la suma de General Motors, Boeing y Heinz (sí, las tres juntas).

Hace 20 años (en 1998 la Burbuja dotcom estaba en pleno auge) la clave era que una empresa pusiera “.com” como su apellido. Ahora es “blockchain”. Eastman Kodak anunció que usaría esa tecnología para gestionar derechos de imagen, así como (por supuesto) una moneda para las transacciones. Las acciones de la empresa subieron nada menos que 120%. Una empresa de bebidas, Long island Iced Tea, mejor cambió su nombre por Long Blockchain Corporation, anunciando que buscaría explotar oportunidades de inversión en la tecnología. Listo, sus acciones se triplicaron su precio en el Nasdaq.

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Blockchain ha logrado lo que inicialmente parecía imposible: generalizar la burbuja, como en su tiempo fue la dotcom. Antes era montar la empresa en internet, ahora es usar en alguna forma blockchain. Parece una locura y demasiado bonito para ser cierto. Lo será, porque así son todas las burbujas financieras.

El viejito Warren Buffet y el Bitcoin

Siempre hay pretextos para soplar a una burbuja, buscando que aumente su tamaño. En estos días se dice que el gobierno chino prohibirá el “minado” del Bitcoin (dado el consumo de electricidad que ello demanda). Entonces habría un menor incremento de la oferta esperada, al menos temporalmente, de dicha criptomoneda, lo que aumentaría el precio. Un factor temporal, pero que agrega a la histeria.

Así seguirá hasta que los precios alcancen niveles todavía más irracionales. Siempre se llega al punto en que hay más inversionistas saliendo que entrando, y eventualmente las caídas llevan a pánicos, los pánicos a ventas masivas, y dichas ventas masivas a un brutal desplome. Entonces todo el mundo habla de la burbuja que reventó y se pregunta cómo pudo suceder algo así. Nada nuevo.

El mejor inversionista del mundo, Warren Buffet, ha declarado reiteradamente que espera un final trágico para las criptomonedas. Muchos dicen que es un viejo (87 años) que no entiende la nueva tecnología. Esos críticos pueden tener razón, aunque quizá deberían considerar que dijo lo mismo sobre la burbuja dotcom, y lo acusaron entonces de exactamente lo mismo.

El autor es doctor en Economía (Essex), economista (ITAM) y comunicólogo (UNAM). Profesor, Escuela de Negocios del ITESO, Investigador Asociado CEEY. Trabajó en el FMI.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

autor Doctor en Economía (Essex), economista (ITAM) y comunicólogo (UNAM). Profesor, Escuela de Negocios del ITESO, Investigador Asociado CEEY. Trabajó en el FMI.
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