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La percepción que tiene la sociedad de la policía de la CDMX sigue siendo negativa, por lo que se tienen que hacer modificaciones en su estructura y protocolos.
Derivado de los últimos acontecimientos relacionados con el operativo “Rubik”, implementado en Ciudad de México, en donde existe una falta de comunicación y coordinación entre las autoridades, los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que llevan al cabo estas actividades no están cumpliendo con su función de servir a los ciudadanos y están llevando al cabo, incluso, detenciones ilegales y extorsiones en la capital del país.
Dicho operativo ha originado una serie de detenciones arbitrarias, como es el caso reciente de algunos choferes escoltas, en donde, a pesar de acreditarse la legítima portación de armas de cargo, los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de CDMX intentan “justificar” las detenciones con supuestas llamadas al subsecretario de la Defensa Nacional, argumentando así que las licencias o las armas no están registradas; y con ello, de manera improcedente, poner a disposición del Ministerio Público a los elementos de seguridad privada. Es importante que tanto la policía como el Ministerio Público reaccionen de manera inmediata y que sus protocolos sean confiables, eficientes y, sobre todo, que la población los conozca para que no la tomen desprevenida.
Cabe destacar que, con estas detenciones, los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la CDMX dejan a su suerte y en la vía pública a la persona que resguardan, vulnerando con esto su seguridad patrimonial y física, toda vez que tanto los elementos de seguridad como el automóvil en el que viajan son puestos a disposición de la autoridad ministerial.
No es aceptable que, por un lado, tengamos un problema enorme de violencia, secuestro, asaltos y extorsión en Ciudad de México y, por otro lado, la policía capitalina enfoque sus baterías en realizar retenes, que en algunos casos afectan a personas que sí están trabajando y esforzándose para adelante. Ante la evidente escalada de inseguridad que sufre la capital del país, se debe admitir que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de CDMX, que está a cargo de Jesús Orta Martínez, no está dando resultados en materia de seguridad.
La percepción y confianza de la sociedad res pecto de la policía sigue siendo negativa, por lo que para generar un verdadero cambio se tienen que realizar de manera inmediata modificaciones en su estructura y protocolos de actuación, reforzando la capacitación de sus elementos, ya que, de seguir actuando de la misma manera, se envía el mensaje de que las autoridades, que son juez y parte, continúan protegiendo a las policías auxiliares y bancarias, contrario a lo que ya se había anunciado de que las regresarían a su verdadera labor de brindar seguridad pública a todos los ciudadanos.
La CUSAEM facturó unos 2,000 millones de pesos (mdp) entre el 2012 y 2015 y actualmente esta cantidad asciende a unos 10,800 (mdp) al año, sin que sepamos a dónde van a parar esos recursos; por lo que, ante esta cifra tan abrumadora y tantas irregularidades como lo es no dar prestaciones a su personal, todas estas policías auxiliares deberían volver a la esencia por la cual fueron creadas, dado que la seguridad pública es una de las demandas de mayor urgencia de la ciudadanía.
No se puede seguir actuando de manera improvisada, realizando pesquisas en los retenes para detectar delincuentes; en su lugar deberían ocupar medios tecnológicos y tener una metodología bien estructurada para dicho fin. En este sentido es favorable que el Gobierno Federal haya ordenado que las personas que viajan en autobús muestren una identificación oficial. Esto genera, sin duda, una mayor seguridad en los ciudadanos, además del control migratorio que se busca.
Ante el clima de inseguridad que se vive en el país, Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial pone al alcance de todos los lectores la aplicación ProteGM, adaptable a todos los sistemas móviles, como una herramienta de auxilio gratuita, con un botón de alerta para que los contactos de confianza reciban un aviso de una posible emergencia médica o de seguridad, como una aportación social de la empresa.
