Moody’s cambia a “negativa” la perspectiva crediticia de México
A un día de la presentación del paquete económico 2025, Moody's reportó un recorte en las perspectivas de la calificación crediticia de México, aduciendo riesgos como la reforma judicial y los apoyos a Pemex.
La agencia Moody’s Ratings modificó este jueves la perspectiva crediticia de México a negativa, desde una perspectiva estable, al señalar un deterioro en la formulación de políticas y en el entorno institucional. Este cambio, según explicó la calificadora, representa un riesgo que podría afectar tanto los resultados fiscales como el crecimiento económico del país.
Con este cambio, la calificación crediticia de la deuda soberana de México, se mantiene a dos escaños de ser considerada “bono basura”. La calificación crediticia, que se mantiene en Baa2 desde julio del 2022, es un nivel medio del grado de inversión.
La perspectiva negativa implica que Moody’s podría considerar rebajar la calificación crediticia de México en su próxima revisión. La agencia confirmó las calificaciones de emisor de deuda senior a largo plazo en “Baa2” y las notas de deuda no garantizada del programa MTN en “(P)Baa2”.
“Una baja de PERSPECTIVA en la calificación crediticia implica, históricamente, una rebaja en la CALIFICACIÓN crediticia el 66% de las ocasiones, en un lapso entre 12-18 meses”,
comentó Luis Gonzali, Vicepresidente y Director de Inversiones en Franklin Templeton, a través de su cuenta en X.
Entre los factores que Moody’s destacó está el aumento del déficit público de este año, lo cual se aparta de la trayectoria de déficits bajos que caracterizaba a México. Asimismo, el deterioro de la asequibilidad de la deuda y la mayor rigidez en el gasto público complican los esfuerzos por lograr una consolidación fiscal.
Moody’s también expresó preocupación por posibles riesgos institucionales derivados de la reforma judicial, que a juicio de la institución, pone en riesgo el sistema de pesos y contrapesos. Esto podría tener implicaciones negativas en la estabilidad económica y fiscal del país, advierten.
En cuanto a la deuda de Pemex, Moody’s indicó que el riesgo de que sus pasivos contingentes pasen al balance del gobierno ha aumentado, sin señales claras de que la empresa pueda recuperar su sostenibilidad financiera a largo plazo. Esto implica riesgos fiscales adicionales para el gobierno.
El último trimestre, Pemex reportó pérdidas por 430,100 millones de pesos (mdp), su peor desempeño desde la pandemia de Covid-19 en 2020. MIentras tanto, la empresa recibió 150,500 mdp de enero a septiembre del 2024, y le fueron condonados 91,300 mdp en impuestos.
La agencia señaló que la calificación de México se mantiene gracias a su fortaleza económica estructural, impulsada por la diversificación de la economía y el potencial del nearshoring, además de un historial prudente en política fiscal y monetaria que mantiene los desequilibrios macroeconómicos en niveles moderados.
Este recorte en la calificación crediticia ocurre un día antes de la presentación del paquete económico 2025, en el que el gobierno dará a conocer los ingresos que espera recibir y cómo los gastará.
“El mensaje de Moody’s al cambiar la perspectiva un día antes de presentar el presupuesto es bien claro: La disciplina fiscal importa, pero también importa la fortaleza de las instituciones”,
comenta Gonzali.
Los criterios de gasto público serán relevantes, pues el mercado espera saber cómo hará el gobierno de Claudia Sheinbaum para recortar el déficit de la deuda pública, situado en un máximo de tres décadas de 6% del Producto Interno Bruto (PIB) a un 3.5%, sin comprometer programas clientelares y obras de infraestructura, ni incrementar los impuestos.
Las agencias calificadores en particular van a revisar cómo se ajustará el déficit fiscal y el nivel de deuda esperado al cierre del 2025, a fin de evaluar cómo se ajusta la calificación crediticia. Esto podría representar que los inversionistas reduzcan su participación en bonos de deuda mexicana.
Desde que se dieron a conocer los resultados de las elecciones en México, donde el partido oficialista ganó la mayoría en el Congreso, instituciones financieras, inversionistas, organismos internacionales y gobiernos extranjeros han mostrado sus preocupaciones ante reformas constitucionales que deterioren el entorno de inversión en México.
Actualmente, Fitch Ratings mantiene la deuda soberana de México con una calificación de BBB-, lo más bajo por encima de ser un bono basura, mientras que S&P mantiene una calificación de BBB en moneda extranjera y BBB+ en moneda local, con perspectiva estable.
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