México pierde seguridad alimentaria en maíz blanco

La producción de maíz blanco ha caído 16% en dos años por la sequía y baja productividad, incrementándose la importaciones de este grano.
Debido a la sequía, la producción de maíz blanco en México sufrirá este 2025 “la peor caída” de los últimos 10 años, pero también porque no existen programas oficiales que fomenten la productividad en el campo, lo que ha hecho que el país haya perdido su seguridad alimentaria, convirtiéndose en el segundo importador de granos a nivel mundial, de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
“Los programas no han impulsado la productividad ni la producción de granos”, toda vez que -desde 2019- el gobierno tiene una política asistencial en materia agrícola, asevera en entrevista con ALTO NIVEL Juan Carlos Anaya, director de GCMA.
Anteriormente, México era autosuficiente en la producción de maíz blanco, es decir, las cosechas de este grano satisfacían la demanda interna de consumo para la cadena de la masa y la tortilla.
Sin embargo, en este año el país “va a sufrir la peor caída de los últimos diez, doce años”, teniendo un déficit de alrededor de 550,000 toneladas métricas de maíz blanco, mismas que deberán importarse.
De hecho, “México se ha vuelto el segundo importador a nivel mundial de granos y oleaginosas después de China, y por tercer año consecutivo vamos a ser el mayor importador de maíz a nivel mundial”, lamenta Anaya.
Producción a la baja
En 2024, México produjo 20.6 millones de toneladas métricas de maíz blanco, 12.3% menos que las 23.5 millones de toneladas métricas del grano producidas en 2023, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
En solamente dos años, la producción nacional de maíz blanco ha caído 16%, pues a diciembre de 2022, fue de 24,564 millones de toneladas que, sumadas a las importaciones e inventario inicial de aquel año, la oferta total de este grano fue de 27,506 millones de toneladas, según información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
A su vez, el año pasado se importaron 200,000 toneladas métricas de maíz blanco, cifra 50% menor a las 400,000 toneladas importadas en 2023.
Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en 2025 se prevé una producción de 19.03 millones de toneladas métricas de maíz blanco, cantidad que será deficitaria en 3.01% a las necesidades del país, ya que se proyecta una demanda de 19.62 millones de toneladas métricas.
A esto hay que agregar que en este 2025 también se comprarán en el exterior 24.5 millones de toneladas de maíz amarillo, que es utilizado como alimento para ganado y aves, un aumento de 5.1% en comparación con las importaciones de 2024.
En 2023, México importó 19.2 millones de toneladas métricas de maíz amarillo, en 2024 la importación subió 21.3% con 23.3 millones de toneladas métricas de este grano, según el GCMA.
Es decir, la producción nacional de maíz blanco y amarillo “es solamente del 45% (de la demanda), el 55% este año será de importación, y en 2024 la importación ya fue del 50.6%, por eso te hablo que México no es autosuficiente para nada”, enfatiza Juan Carlos Anaya.
En términos monetarios, de acuerdo con el Banco de México, en 2024 las importaciones globales de maíz sumaron poco más de 5,393 millones de dólares, en tanto que en 2023 el valor de las compras de maíz en el extranjero fue de 5,872 millones de dólares, lo que representa una disminución anual de 8.16%.
Inseguridad alimentaria
La autosuficiencia alimentaria es la capacidad que tienen los países para producir todos los alimentos que necesita su población, sin tener que depender de importaciones. En contraste, la seguridad alimentaria implica que los alimentos que se demandan estén disponibles, y que las personas puedan tener acceso a ellos.
En ese tenor, además de las importaciones de maíz, México compra en mercados internacionales el 60% del trigo que se consume, el 80% del arroz, y en el caso del frijol, en los últimos dos años “hemos sido grandes importadores derivado de la sequía”, por lo que nuestra nación sufre de inseguridad alimentaria.
El Banco de México reporta que en 2024 las importaciones de trigo ascendieron a 1,639 millones de dólares, las de arroz sumaron 645.6 millones de dólares, y las de frijol fueron de 520.4 millones de dólares. Asimismo, en leche y sus derivados, el año pasado el país importó 1,652 millones de dólares.
Todos estos datos muestran que, desde hace décadas, México ya no tiene autosuficiencia alimentaria porque la población y el consumo han ido creciendo por encima de la producción de granos básicos y otros productos agrícolas, pero el país sí tenía seguridad alimentaria, aunque esta también se ha perdido, argumenta el director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
Tanto las dificultades climáticas como las políticas agrícolas que se han aplicado en los últimos años han provocado “que México ahora -en tema de granos y oleaginosas- solamente produzcamos el 45% de lo que necesitamos”, apunta Anaya.
“En el tema de seguridad alimentaria va a tardar años para lograr lo que dice la FAO que cuando menos debíamos producir el 75% de lo que necesitamos”, vaticina.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera que los países cuentan con seguridad alimentaria cuando logran producir el 75% de los alimentos que demanda su población.
Para esta institución, la seguridad alimentaria existe “cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias”.
Anteriormente, a decir de Juan Carlos Anaya, “había programas de fomento productivo, había programas de financiamiento, de seguro, de innovación, de tecnificación de riego, y todos esos programas fueron eliminados, y hoy pues regalamos fertilizantes que no han dado resultados, no ha aumentado la producción”, subraya.
De acuerdo con la Alianza Mundial para la Seguridad Alimentaria (GAFS, por sus siglas en inglés), una iniciativa del Grupo de los Siete (G7) y el Banco Mundial, casi un tercio de la población mexicana sufre de inseguridad alimentaria moderada o severa.
Esto quiere decir que alrededor de 35 millones de personas en México no cuentan con los alimentos que necesitan diariamente, sobre todo por razones económicas. Esta situación también es un reflejo del fracaso de las políticas agrícolas aplicadas en los últimos años en el país, pues no hay apoyos para lograr que el campo sea más productivo.
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