Los retos de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México
La mandataria deberá combatir la violencia, reducir el déficit fiscal, y revertir la desatención a las mujeres registrada con Andrés Manuel López Obrador.
Además del combate a la violencia e inseguridad que laceran con cifras históricas al país, Claudia Sheinbaum Pardo asume el poder como la primera presidenta de México con otros tres retos que no serán fáciles de sortear: Reducir el déficit fiscal, lograr resultados positivos en la revisión del T-MEC, y revertir la desatención a las mujeres registrada en la gestión de Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum hereda un saldo de casi 200,000 homicidios registrados en los últimos seis años, y la comisión anual de más de 26 millones de delitos, que en el 92.4% de los casos no se denuncian, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
A esto se añaden una crisis humanitaria por el alto número de personas desaparecidas, la impunidad prácticamente generalizada en todos los delitos, el dominio territorial que ejercen grupos del crimen organizado en amplias zonas del país, y las consecuencias derivadas de la militarización de una buena parte de la administración pública.
También están los problemas que plantea la implementación de la reforma al Poder Judicial de la Federación, con la que se pretende ejercer un control político de la Suprema Corte y de toda la judicatura.
La mandataria deberá atender todos estos desafíos sin aumentar la deuda interna, que asciende a 12.24 billones de pesos, cifra que no habíamos visto en los últimos 24 años, y obligada a seguir una verdadera astringencia fiscal para lograr disminuir el déficit que en esta materia padece el país.
Si bien la nueva administración ya ha informado que en 2025 el déficit fiscal será del 3% del Producto Interno Bruto (PIB), es difícil que esto se consiga, a menos que desde ahora se admita que en el próximo año tendremos una desaceleración económica.
Perspectiva de género
Adicionalmente, no solo porque se trata de una mujer, sino porque sus orígenes, perfil y formación son distintos a los de López Obrador, Claudia Sheinbaum tendría que mostrar una verdadera empatía con las mexicanas.
A diferencia del gobernante anterior, quien desde el inicio de su gestión mostró un marcado desdén por las mujeres, empezando por la cancelación de las estancias infantiles que beneficiaban sobre todo a las ciudadanas con más carencias económicas, la presidenta debe iniciar su gobierno incluyendo la perspectiva de género en el próximo Presupuesto.
Igualmente debe apoyar a las madres buscadoras, las sufridas mujeres que han sido revictimizadas por todas las autoridades, y abandonadas a su suerte en sus esfuerzos por encontrar a sus hijos, esposos y hermanos desaparecidos.
Las cifras en este tema no son nada halagüeñas: Superando lo ocurrido en las dictaduras militares de países como Argentina, Chile y Uruguay, en el México democrático 52,243 personas han desaparecido desde el 1 de diciembre de 2018, de acuerdo con el censo de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas.
A estos registros, que no solo son números, sino hombres y mujeres con nombre y apellido, se agregan 5,280 feminicidios cometidos entre enero de 2019 y agosto de 2024, una media de 78 mujeres privadas de la vida cada mes.
Parte de las soluciones que al respecto se requieren incluyen una verdadera reforma a la Fiscalía General de la República (FGR) y a las fiscalías del país, pues los Ministerios Públicos están rebasados de trabajo, pero también son ineficientes y carecen de una capacitación especializada para atender a las víctimas del delito.
Educación y salud
La presidenta igualmente tendrá que recuperar el rezago educativo que dejó la pandemia de Covid-19, implementar diagnósticos para conocer la verdadera situación de los estudiantes, y proponerse elevar el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano que se destina a la educación.
En ese tenor, mejorar cualitativamente la enseñanza es esencial para conseguir en el mediano y largo plazo un mayor desarrollo en el país, y para ello basta tomar como ejemplo a las políticas implementadas por los países asiáticos desde la década de los años setenta.
Otro gran reto para la jefa del Poder Ejecutivo será cambiar la política de salud implementada por Andrés Manuel López Obrador, quien prácticamente destruyó un sistema que, aun con deficiencias, sí proporcionaba la atención que requerían los mexicanos sin seguridad social.
Desde 2019, particularmente dolorosa fue la cancelación de los apoyos oficiales que recibían organizaciones dedicadas a atender a las mujeres y niños con cáncer. También es alarmante que hoy cuatro de cada 10 menores de edad no cuenten con el esquema de vacunación completo, cuando -hasta 2018- poco más del 90% de los infantes estaban adecuadamente inmunizados.
Finalmente, en el ámbito político, Claudia Sheinbaum Pardo tiene ante sí el desafío de gobernar para todos los mexicanos, algo que no hizo su antecesor.
Dialogar con la oposición, dejar de denostar a quienes no coinciden con su proyecto, respetar la ley, ser tolerante con sus críticos y sensible con las miles de víctimas que tiene este país, podrían ser el mejor distintivo para la primera mujer que ostenta el poder presidencial en México.
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