Los grandes capitales reaccionan contra la reforma judicial de AMLO
Morgan Stanley degrada al país como destino de inversión; el peso otra vez en 19 unidades; la BMV cae más en el año y se aleja del júbilo en Wall Street.
La reforma judicial en México avanza, y con ella también se incrementan las presiones sobre las finanzas y los mercados mexicanos.
Este martes, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, aseguró que la reforma será dictaminada el lunes 26 de agosto.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a las cinco personas más ricas de México (Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego, María Asunción Aramburuzabala y Alejandro Bailleres) que se pronunciaran sobre la reforma judicial, la verdad es que los grandes capitales ya hablaron, y de varias formas: consideran que esta iniciativa incrementa los riesgos de hacer negocios en México.
Los inversionistas y mercados en general temen que la reforma sea aprobada en los mismos términos en los que fue diseñada por el Ejecutivo federal, con el inicio de la nueva legislatura que inicia el 1 de septiembre, ya con la mayoría calificada del partido gobernante.
Según los inversionistas, dicha iniciativa afecta la certeza jurídica y desde el inicio se han pronunciado en contra.
Aconsejan reducir exposición a los activos mexicanos
Este martes el banco de inversión Morgan Stanley degradó a México al rango de UW (underweight), es decir, recomendó a sus inversionistas reducir la participación en la cartera de inversión en México, tras la propuesta de reforma al Poder Judicial.
Morgan Stanley es una multinacional financiera estadounidense que desarrolla su actividad como banco de inversión y agente de bolsa, se ubica entre las 500 empresas más relevantes de los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.
“Creemos que remplazar el sistema judicial debería aumentar el riesgo, las primas de riesgo de México y el límite de gasto de capital (capex). Esto es un problema, ya que la relocalización (nearshoring) está alcanzando cuellos de botella”, dijo la calificadora a sus inversionistas.
Adicionalmente señaló: “Bajamos el peso de posiciones clave en el país como Walmex, Femsa y Coca-Cola Femsa, y eliminamos Kimberly Clark México, Laureate y Qualitas”.
Morgan Stanley ya había reducido su calificación a las acciones de México en junio pasado, a causa de la “falta de visibilidad de las políticas económicas de la futura presidenta, Claudia Sheinbaum”, especialmente con respecto al Nearshoring.
Las implicaciones
Morgan Stanley no califica deuda soberana; es decir, no degradó la calificación del país, sino al mercado mexicano como destino de inversión. Precisamente por esa causa sí tiene un impacto en los mercados nacionales, con exposición internacional.
Los mercados temen que los últimos 30 días del actual mandatario en el poder puedan afectar la calidad institucional y los contrapesos en México.
Los capitales han reaccionado negativamente desde que el resultado electoral del 2 de junio anticipaba una mayoría de Morena, el partido en el poder, en las Cámaras, pero llegó un espacio de tiempo en el que se supone la reforma se puso a discusión. Sin embargo, todo indica que se aprobará sin cambios sustanciales.
El peso mexicano ha registrado presiones, desde su máximo del año con respecto al dólar, ubicado en 16.53 pesos hasta ahora refleja una caída de 14.98 por ciento, aunque ha reportado una depreciación máxima de 21 por ciento en los días posteriores a la elección presidencial de junio.
La eventual reducción de posiciones en portafolios de inversión de emisoras mexicanas no es una buena noticia para el mercado accionario nacional, que este año no comparte el júbilo de su contraparte en Nueva York.
Al cierre del martes, el principal indicador bursátil de México, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) reporta una caída de 5.91 por ciento, muy lejos de la trayectoria positiva en Wall Street.
Los capitales en México han señalado los inconvenientes de una reforma judicial que, si bien también consideran necesaria, igual que el Ejecutivo, señalan que debe revisarse.
En días pasados, el Consejo Coordinador Empresarial publicó un comunicado, fijando su oposición a la reforma en los términos en los que se pretende aprobar, a lo que el presidente López Obrador reaccionó con dureza y retó a las cinco personas más ricas de México a que se pronunciaran sobre su polémico proyecto para reformar al Poder Judicial.
La reforma judicial podría impactar en la llamada “certeza jurídica”, en la que descansa la confianza para invertir en el mercado mexicano.
Además, se conjugaría con un entorno adverso y de incertidumbre por la elección presidencial en Estados Unidos, proceso en el que el candidato republicano ha amenazado al país con represalias como aranceles en caso de ganar la presidencia.
En un contexto global tan complicado, la reforma judicial parece llegar en el peor momento, incrementando las presiones para las finanzas y los mercados mexicanos.
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